El mal sino de Vélez-Rubio: ni una semana abiertos

«Han cerrado un pueblo pero nos han limitado a toda la comarca», explicaba ayer a IDEAL Pedro Luis Díaz, alcalde del vecino Vélez-Blanco. Con menos de 1.900 habitantes y cuyo término municipal prácticamente se confunde con el de Vélez-Rubio, tanto esta localidad como Chirivel y María (son cuatro pueblos los que forman la comarca) dependen en gran medida de los servicios que presta la localidad de mayor tamaño de la zona. «Allí está la ferretería», relató el regidor velezano, «y también todas los servicios de la administración. Para cualquier cosa, hay que ir allí», añadió.

También es importante el flujo de vecinos entre municipios para el sector más azotado por la crisis sanitaria, la hostelería. Para los responsables de los establecimientos de restauración, la «incertidumbre» que se posa sobre sus hombros es el peor compañero de este viaje que ya se está eternizando. Un trayecto difícil y muy costoso. «Ayer mismo (en referencia al jueves) compré 4.000 euros en género y, de un día para otro, dicen que hay que cerrar», relata Francisco Gea, gerente de 'Ganímedes', uno de los establecimientos de restauración afectados por las nuevas medidas. Solo con los vecinos del pueblo, no pueden mantenerse.

«El fin de semana pasado no nos dio tiempo a abrir el sábado. Hay que limpiar, comprar... », continúa este profesional de la hostelería que acaba de sacar del ERTE a una decena de trabajadores. «Hacía buen tiempo y el domingo se llenó todo. Había un ambiente festivo aquí, la gente necesita esto», refiere sobre lo que ocurrió hace una semana y que las «buenas previsiones» anunciaban que se repetiría durante hoy y mañana. De ahí que se abasteciera de todo lo necesario.

«Esto no es una tienda de ropa que abres y ya está», manifiesta mientras hace cuentas de las pérdidas de sus «ahorros de toda la vida» que le ha supuesto cerrar durante «cinco meses entre 2020 y lo que va de 2021». Redondea las cifras en 60.000 euros y repite esa crítica sobre que se está «culpando» a la hostelería de algo de los que no es responsable: «¿Quién decide qué es esencial? ¿No es esencial que las personas trabajen?», se lamenta. Al mismo tiempo, se muestra todavía optimista en «el buen tiempo».

Sergio Aránega tiene otro establecimiento, en su caso una cafetería-pub, también en Vélez-Rubio. Ahora está cerrado porque tiene que guardar cuarentena por haber sido contacto estrecho de un positivo de covid-19. «Sale más rentable estar cerrado que sacar del ERTE a algún empleado», advierte sobre su caso concreto.

El pub 'Áfricapeople' que regenta se centra ahora más en su faceta de cafetería que en la de local de copas aunque, ante las nuevas circunstancias, le habría gustado poder hacer algo más. Sin embargo, sostiene que «no puedes reinventarte, no puedes hacer cambios si están siempre abriendo y cerrando».

Así se siente Vélez-Rubio y, por consecuencia toda la comarca desde hace semanas, como el Guadiana. Tal es así que desde el Ayuntamiento se solicitó que se permitiera abrir a comercios de ropa como actividad esencial ante la compleja situación de la zona. No en vano, su emplazamiento les complica lo más cotidiano ya que al estar casi en la frontera con Murcia, también han visto truncada la movilidad con la región vecina. Un aislamiento que, esperan, acabe lo antes posible.

De momento, ya han conseguido dar un importante paso y su población mayor de 85 años ha recibido ya primera dosis de la vacuna.