Yolanda García, conocida como la 'chef de las malas hierbas', es también impulsora de la Gastroconciencia. R. I.

Las jefas de la alta cocina almeriense

Estefanía Marchal (Alinea), Belén Ibáñez (Errante) y Yolanda García (Gastroconciencia) lideran sus respectivas cocinas en un sector dispar y que han dominado los hombres pese al valor cultural de la mujer en este

David Roth

Almería

Viernes, 7 de marzo 2025, 22:29

La alta cocina ha sido históricamente un ámbito dominado por hombres, a pesar de que en los hogares las mujeres han sido las principales guardianas ... de la tradición culinaria. Esta disparidad se refleja en las cifras: en España, solo el 10,5% de los restaurantes con alguna estrella Michelin están dirigidos por mujeres. En Andalucía, de los 27 restaurantes galardonados con estrellas Michelin, ninguno está liderado exclusivamente por una mujer.

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Sin embargo, cada vez son más las chefs que desafían este panorama y logran abrirse camino en un sector tradicionalmente dominado por hombres. Tres nombres destacan especialmente en la escena gastronómica almeriense: Estefanía Marchal Carreño, Belén Ibáñez y Yolanda García. A través de su talento, esfuerzo e innovación, estas mujeres han conseguido posicionar sus proyectos como referencias de la alta cocina en la provincia.

Estefanía Marchal

Estefanía Marchal, originaria de Linares, ha logrado hacerse un nombre en la gastronomía almeriense gracias a su labor al frente de Alinea, restaurante ubicado en Roquetas de Mar. Su trabajo ha sido reconocido con la nominación a los TheFork Awards 2024, que premian las mejores aperturas del año, así como con la victoria en el concurso Vestial 2023, donde destacó por su innovador uso de hortalizas almerienses. Además, su talento fue clave para alzarse con el premio de la I Ruta de Tapas Gastronómicas de Roquetas.

Desde pequeña, Estefanía sintió una conexión especial con la cocina, aprendiendo de su madre y su abuela. Su formación profesional comenzó en el IES El Valle de Jaén, donde cursó el grado medio y superior en Cocina y Restauración. Más tarde, se especializó con un máster en Dirección y Gestión en Cocina en el Parador de León. Su trayectoria la llevó a trabajar en diferentes puntos de España hasta que decidió asentarse en Almería, animada por Mayte, una de sus profesoras, quien le habló de la calidad de vida en la provincia y a abrir Alinea de la mano de Miguel Ángel, dueño de patio salado y que «me ayudó a cumplir esta aventura». Allí se apoya en Alberto Rosa, jefe de sala, y Pascual Rodríguez, camarero, quienes se encargan de ofrecer un servicio impecable.

En Alinea, Estefanía desarrolla una cocina que respeta la tradición pero incorpora toques modernos y creativos. Se abastece de ingredientes frescos y locales, que selecciona personalmente en los mercados de Roquetas de Mar y Almería. Entre sus creaciones destacan el gazpacho de jeringuilla con tomate pasificado, la alcachofa a la brasa con crema de ajo cabañil, el contramormo entomatado con patatas fritas, la entraña a la brasa con causa limeña y su icónico Huevo de Oro, una reinterpretación de los huevos rellenos con guiso de changurro y ketchup de verdura. Con una bodega de 140 referencias y menús degustación cuidadosamente diseñados, Alinea se ha convertido en un referente gastronómico.

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Estefanía reconoce que la alta cocina sigue siendo un espacio donde predominan los hombres. «En las galas y eventos, la presencia masculina es abrumadora», comenta. No obstante, reivindica el papel de la mujer en este sector y se ha convertido en inspiración para muchas jóvenes que sueñan con dedicarse a la gastronomía. Su mensaje es claro: «Nunca dejen de soñar, pero tampoco de trabajar».

Belén Ibáñez:

En el barrio de Plaza de Toros de Almería se encuentra Errante, un restaurante que en pocos años ha conseguido hacerse un hueco entre los más destacados de la provincia. Detrás de este proyecto está Belén Ibáñez, una chef cuya trayectoria es tan inusual como inspiradora. Con una formación en Genética de la Conservación y experiencia en proyectos científicos en Perú y Senegal, la crisis económica la llevó a reinventarse y a emprender junto a su pareja, José, un negocio gastronómico en el que han volcado todo su esfuerzo.

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Errante refleja el recorrido vital y profesional de Belén. Su cocina fusiona influencias internacionales con productos locales, dando lugar a platos únicos. En su carta destacan creaciones como la lasaña guantón de vieira y gamba roja, el bao de panceta con hoisin casero y el lingote de mousse de queso curado, solomillo angus, aceite de albahaca y piñones. Gracias a su apuesta innovadora y a su capacidad para combinar aromas y sabores de diferentes partes del mundo, Errante ha sido incluido en el prestigioso ranking Macarfi de los siete mejores restaurantes de la provincia.

Al igual que Estefanía, Belén es consciente de que la alta cocina sigue estando dominada por hombres. «En concursos y reconocimientos siempre se ven más nombres masculinos», señala. En su opinión, esto puede deberse tanto a factores estructurales como a la falta de reconocimiento del trabajo femenino en este ámbito. Comparando su experiencia con la ciencia, afirma: «En el nivel de doctorandos hay un 70% de mujeres, pero cuando miras quiénes tienen una plaza fija en investigación, apenas llegan al 30%. La maternidad y las condiciones de trabajo lo ponen muy difícil». A pesar de ello, en Errante han optado por crecer a su propio ritmo, sin prisa por expandirse, priorizando la calidad y el disfrute de la experiencia gastronómica.

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Yolanda García

Otro nombre fundamental en la gastronomía almeriense es el de Yolanda García, conocida como «la chef de las malas hierbas» por su trabajo con plantas silvestres comestibles. Más allá de la cocina tradicional, Yolanda ha desarrollado un enfoque innovador basado en la sostenibilidad y la investigación de los ingredientes autóctonos. Su proyecto 'Gastroconciencia', término patentado por la chef y que busca reivindicar la biodiversidad de la provincia y promover una cocina más respetuosa con el entorno.

Desde sus inicios, Yolanda se ha interesado por el valor de los productos locales y ha defendido la necesidad de volver a las raíces culinarias. Su trabajo con especies silvestres como la acedera, la borraja, la verdolaga o el cardo borriquero ha sido reconocido a nivel nacional, destacando su presentación en Madrid Fusión 2019.

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Además de su labor gastronómica, Yolanda ha reflexionado ampliamente sobre el papel de la mujer en la cocina profesional. «Mi madre y mi abuela cocinaban todos los días, pero en los grandes congresos y premios, la mayoría de los chefs son hombres», señala. Considera que las mujeres han estado históricamente vinculadas a la cocina doméstica, pero cuando la gastronomía adquirió prestigio, los hombres ocuparon los espacios de mayor visibilidad. «Nadie dice 'las croquetas de mi abuelo'. Siempre es la abuela, la madre, la tía. Son ellas las que han sostenido la tradición culinaria en los hogares, pero su papel ha sido invisibilizado en la alta cocina», añade. A pesar de esto, asegura que hay un cambio en marcha y que las mujeres están recuperando su espacio en la gastronomía de alto nivel, aunque aún queda mucho por hacer: «Es importante que haya referentes femeninos visibles para inspirar a nuevas generaciones». También subraya la necesidad de que las mujeres pierdan el miedo a ocupar estos espacios: «Tenemos que creérnoslo, dar un paso adelante y no esperar a que nos llamen».

A diferencia de otras chefs, Yolanda ha optado por no tener un restaurante propio. Prefiere centrarse en la investigación, las experiencias gastronómicas en pequeños grupos y la divulgación. Actualmente, desarrolla su proyecto en el Mirador de la Joya, en Agua Amarga, donde organiza eventos exclusivos. Además, colabora con diversas instituciones en iniciativas de gastronomía sostenible y ha participado en la publicación del libro 'Pescados con alma de mujer', que visibiliza el papel femenino en el sector pesquero.

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