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E. P.
El Hospital Provincial: una joya con tanta historia como Almería

El Hospital Provincial: una joya con tanta historia como Almería

Desde su fundación por parte de los Reyes Catolicos, el edificio se ha adaptado siempre a las necesidades de cada nueva generación

a. amate

Martes, 20 de diciembre 2022, 22:56

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Apenas tres años después de la conquista de Almería, en 1492, los Reyes Católicos mandaron levantar el Hospital Real de Santa María Magdalena junto a la entonces Mezquita Mayor de la ciudad de Almería (actualmente, Iglesia de San Juan) que había sido transformada en catedral de la nueva ciudad cristiana. Unas instalaciones ubicadas en plena Almedina, que atendían a un población de unos 5.000 habitantes. Así, en su germen, al tratarse de una fundación real, los propios Isabel de Castilla y Fernando de Aragón ejercían como patronos del nuevo Hospital Real, mientras que la administración y dirección del mismo se encomendó al obispo de Almería y su cabildo.

Esta edificación, uno de los primeros proyectos de la Almería cristiana, fue víctima del terrible terremoto que en 1522 destruyó gran parte de las construcciones de la ciudad, quedando finalmente en un estado ruinoso tras otro seísmo de gran magnitud décadas después. Así, en 1547 se iniciaron las obras de un nuevo hospital, esta vez promovidas (y sufragadas con su propia hacienda y renta) por el obispo fray Diego Fernández de Villalán. Doce años después, en 1556 el nuevo Hospital Real comenzó su andadura oficial.

El edificio, ubicado en pleno corazón de Almería, fue diseñado siguiendo un sobrio estilo renacentista propio de la época. Originalmente estaba compuesto de tres naves unidas entre sí en forma de U y compartía su uso hospitalario con el granero de la ciudad. De ahí la forma asimétrica de su fachada original. La sobriedad exterior se compensaba en el interior del hospital con algunos elementos de gran porte como la escalera con balaustrada esculpida en piedra (que ha sido recuperada en parte y reubicada). Coronando este majestuoso elemento se pueden todavía observar los perros alanos, símbolo de la familia de Vilallán.

En la planta superior, ascendiendo por la escalinata elaborada en nogal también ahora restaurada, se encuentra otra de las joyas del hospital de Santa María Magdalena de Almería: la sala de los enfermos. Como su nombre indica, acogía a los pacientes que debían ser tratados en el lugar, quienes recibían cuidados sanitarios bajo el amparo de un artesonado mudéjar sin paragón, ni entonces ni ahora.

Con 37 metros de largo, está considerado en la actualidad como la obra de su clase de mayor longitud de un edificio civil en toda España. Perfectamente restaurando, en esta nueva vida del Hospital Provincial seguirá sorprendiendo a quienes se adentren en la imponente estancia.

Aunque en la larga historia de este hospital también hubo momentos de penuria y escasez durante los dos siglos posteriores a su creación, cuando apenas contaba con media docena de camas disponibles. Sin recursos económicos ni medios personales, se sucedieron no pocos desencuentros entre las autoridades eclesiásticas y civiles, sobre todo, cuando se debía atender de manera gratuita a soldados que llegaban enfermos o malheridos. A lo largo de los siglos XVII y XVII se habilitaron nuevos espacios –algunos hoy visitables– como las salas de enfermería, el hospicio de transeúntes o las cocinas. También llegó a contar con huerto o establo.

Fue durante el reinado de Carlos III (1759-1788) cuando se impulsaron iniciativas fundamentales para la administración y ampliación de las instalaciones. En estos años centrales del siglo XVIII se creó la Junta de Caridad, en la que participaban representantes del Obispado, del Cabildo, del Gobierno y de la ciudad de Almería. Con ello se produjo un proceso de desecularización, perdiendo las autoridades eclesiásticas el control del Hospital.

En 1778 finalizó el proyecto aprobado anteriormente por la Cámara deCastilla y ejecutado por el arquitecto Juan Antonio Munar, que conllevó importantes modificaciones tanto en el interior como en el exterior del espacio. Se abrió un balcón central y una nueva puerta –esta vez de estilo neoclásico– en la fachada principal, donde el escudo del rey Carlos III sustituyó al de Villalán. Una de las múltiples anécdotas acumuladas en casi medio milenio de historia es que la corona original de piedra del escudo real fue destrozada durante los tumultos revolucionarios de La Gloriosa (1868) y, recientemente, ha sido recreada en forja.

Aunque una de las más importantes actuaciones del siglo XVII fue el cerramiento del patio y la construcción del ala sur, cerrándose la U del proyecto inicial. Con ello se logró ampliar las dependencias destinadas a camas, que habitualmente ascendían a treinta, si bien se podían ampliar hasta el centenar en caso de ser necesario. También se crearon salas para cirugía, convalecencia y medicina. Todos estos espacios están todavía perfectamente señalizados en las puertas que dan acceso a los mismos, tallados en los marcos de piedra de las puertas.

En el año 1835 el hospital pasó a ser gestionado por la Diputación de Almería, asignándose los servicios una década después a la congregación de las Hijas de la Caridad. Fue entonces, con la aprobación de la Ley de Beneficencia cuando se organizó toda la estructura hospitalaria, incluyéndose dentro del recinto la Casa de los Expósitos (huérfanos).

La construcción del ala oeste, donde se encontraba el Hospicio e Inclusa, finalizó en 1875. Una obra financiada en parte por María Dolores Puche, quien también destinó parte de su patrimonio a la capilla de Santa María Magdalena, cuyo autor es Enrique López Rull. Este espacio religioso, desacralizado, también ha sido restaurado en esta última intervención iniciada hace ahora cinco años.

Y las obras y ampliaciones continuaron en el pasado siglo XX. En 1927 se creó el pabellón de San Vicente de Paul mientras que durante la dictadura de Primo de Rivera se levantó el pabellón de dos plantas Martínez Anido (que contaba con 40 nuevas camas y salas de partos).

A finales del pasado siglo, en 1991, la Junta de Andalucía asumió la gestión del edificio sanitario y dos décadas después, tras dejar de prestar servicio, fue devuelto a la Diputación de Almería que se embarcó en uno de sus proyectos más relevantes de conservación del patrimonio histórico de la provincia. El edificio, próximamente, será sede del Museo del Realismo Español Contemporáneo, que espera ser un importante revulsivo cultural para la ciudad y la provincia de Almería.

Testigo de la primera operación de corazón en los albores del XIX

En el año 1801 el Hospital Provincial Santa María Magdalena de Almería fue escenario de un importante hito en la historia de la medicina: la primera operación de corazón –una paracentesis de pericardio– efectuada a un paciente, que logró sobrevivir a la intervención. El artífice fue el doctor Francisco Romero (Concabella, Lérida, 1770 - París, s/d), quien posteriormente llegaría a obtener el reconocimiento a sus méritos profesionales e ingresar en la Escuela Médica de París (Francia).

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