«Si el cocinero del submarino hace migas, lo mismo hasta me enrolo»
Jorge Alonso Peña Alcalde ·
El ingeniero almeriense ha coordinado a uno de los equipos que han participado en el diseño del S80P que ha colocado a España entre los 10 países que construyen estos buquesJosé María Granados
Almería
Sábado, 24 de abril 2021, 23:53
Jorge Alonso Peña Alcalde, Ingeniero Naval y Oceánico, nacido hace 37 años en Almería y exalumno de La Salle, se saltó la tradición familiar el ... día que cambió la arquitectura, el diseño y construcción de edificios en tierra firme, por la ingeniería naval, el diseño, construcción y mantenimiento de buques y demás sistemas de transporte marítimos. Quizá en algún momento de su etapa formativa pudo soñar que podría formar parte del mayor proyecto naval de la Armada española, la construcción de submarinos, algo al alcance de muy pocas empresas y países. Si lo soñó o no, el caso es que el jueves pasado, en Cartagena, se flotó el primer S80P de los cuatro que Navantia construye con tecnología cien por cien nacional y allí estaba este almeriense nieto, hijo y hermano de arquitectos, formando parte del equipo que dio a la luz el proyecto de un submarino netamente español, algo que no ocurría desde que en 1888 se hiciera a la mar el construido por Isaac Peral. Precisamente, el submarino amadrinado por la Princesa de Asturias lleva el nombre del ilustre marino del XIX.
–¿De qué manera llega a participar en el proyecto?
–Entré al proyecto en al año 2015. Por aquel entonces estaba en un astillero del País Vasco y me contactó una empresa auxiliar que buscaba un ingeniero naval para coordinar a un equipo de diseño. No me lo pensé dos veces.
–¿En qué parte del mismo hay presencia suya?
–Echando la vista atrás creo que donde más horas ha invertido mi equipo a nivel de ingeniería de detalle y diseño ha sido en la proa del submarino y en la vela -la torreta que incorpora el submarino coloquialmente hablando-.
Cuatro submarinos
–¿Está también presente en la construcción del resto de submarinos que hay previstos?
–Por supuesto, el proyecto del submarino S80P es un programa de una serie de cuatro unidades, y aunque existen pequeñas diferencias entre ellas, la mayor parte del diseño y de los sistemas es común.
–¿Qué significa para un ingeniero naval formar parte del equipo que construye el que dicen es el submarino convencional más avanzado?
–En lo profesional implica una gran satisfacción, estamos hablando de un producto de los que solo una decena de países del mundo tienen la capacidad de desarrollar.Me siento realizado al cien por cien. En lo personal es un gran orgullo saber que tu granito de arena contribuirá a dotar a la armada española de un buque tan sofisticado.
En la élite mundial
–Desde 1888 España no había diseñado un submarino con tecnología propia, ¿es esto un escaparate para encargos de otras Armadas?
–No cabe duda. Estamos en un momento clave para ello. Actualmente hay armadas de otros países con necesidades dentro de sus respectivas flotas y estoy seguro de que España encontrará su lugar en este interesante nicho de mercado tecnológico.
–¿Qué significa para una empresa española el construir submarinos?
–Como comentaba antes, solo diez países tienen la autoridad técnica suficiente como para desarrollar por completo el proyecto de un submarino. Que una empresa española esté dentro de este grupo implica posicionarse en lo más alto tecnológicamente hablando.
Isaac Peral y Julio Verne
–¿Que sigue siendo igual entre el submarino de Isaac Peral y el Isaac Peral que se ha flotado ahora?
–Obviamente hay un salto tecnológico muy importante, pero lo sorprendente en términos conceptuales el diseño del casco resistente es similar, además de la propulsión que en ambos buques es eléctrica, de hecho esa era la mayor novedad del submarino de Isaac Peral, el primero de la historia en incorporar este tipo de propulsión.
–¿Qué sintió en el acto del jueves?
–Mentiría si digo que no se me cayó una lagrimilla. Es una sensación difícil de explicar, pero es muy emocionante llegar a un hito del proyecto tan importante después de tantos años de esfuerzo y sacrificio por parte de los más de 9000 trabajadores implicados en el proyecto a lo largo de estos años.
–¿Ha leído la novela de Julio Verne?
–¡Claro!, es un libro que todo ingeniero naval que se precie se debe haber leído. Dejando la ficción a un lado, creo que Julio Verne en cierta medida fue un visionario de la época. Ahora que me lo pregunta quizá me lo vuelva a leer.
La familia Peña
–Su familia, los Peña, diseñan construcciones en tierra. ¿Qué pensaron o le dijeron cuando les anunció que usted lo que quería diseñar eran construcciones para el mar?
–En ese aspecto siempre he sentido el apoyo incondicional de mi familia, y si he llegado hasta aquí ha sido en mayor o menor medida gracias a ese apoyo. Al principio había los típicos piques y bromas entre arquitectos e ingenieros, pero en el fondo nos hemos admirado mutuamente los unos a los otros.
–¿De dónde le viene su afición marinera?
–No sabría decirle, yo creo que es algo innato, o quizás se pudiera tratar de amor a primera vista. Desde que recuerdo, desde que tengo uso de razón siempre sentí una atracción muy especial por los barcos, hasta el punto de querer dedicarme a este mundo desde el lado de la ingeniería.
–¿Cuando estudiaba la carrera qué soñaba con poder hacer en un astillero?
–Sinceramente siempre soñé con estar en los departamentos de producción, con el EPI y metido en la obra, realmente es lo que me gusta, pero las circunstancias y el destino me han llevado más por el camino de oficina técnica. También disfruto con lo que hago, pero si es cierto que me gustaría bajar más a la obra.
Almería
-Usted es uno de esos almerienses a los que su profesión mantiene lejos de Almería ¿Qué echa de menos de su tierra?
–Mi profesión me ha llevado hasta a Brasil, pasando por Sevilla, Guipuzkoa, Ferrol, Cartagena… siempre he sentido añoranza por la familia por supuesto, aunque también he llevado mal el tema de las tapas. ¿Cómo puede ser que en el resto de España al pedir una caña te pongan un triste plato de cacahuetes? Aunque reconozco que en Cartagena estoy como en casa, aquí cuando llueve también hacen migas.
–Si pudiera que se llevaría a Almería de todo lo que ha visto y que cogería de ella para poder disfrutarla a diario.
-Si se pudiera, dotaría a Almería de Industria naval. Siempre he pensado que Almería sigue necesitando un tejido industrial fuerte para crecer económicamente y, en ese escenario, una industria de construcción naval fuerte, podría encajar. De mi tierra, internacionalizaría el tapeo y todo lo que le rodea.
–¿Qué le parece que su nombre y el de Almería estén ligados ya a un proyecto como el S80P?
–Para mi es un orgullo en toda regla el poder poner ese granito de arena en este proyecto que marcará un hito histórico para el país. Este submarino ya lleva sudor almeriense, y quien sabe si en un futuro, el cocinero del S80P es de Almería y prepara unas migas o unos gurullos para la tripulación, en ese caso, hasta me pensaría enrolarme en la Armada.
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