Eduardo Crisol
Sus trabajos en el área de Agroecología se centran en investigaciones e innovaciones aplicadas a la sostenibilidad agrícola, control biológico de plagas y salud de suelo, entre otras
JUAN SÁNCHEZ
Almería
Miércoles, 28 de mayo 2025, 19:29
En el sector de la agricultura a nivel provincial se pueden encontrar a muchos profesionales de mayor menor valía, pero hay algunos que llaman la ... atención tanto por lo que hacen como por cómo lo hacen y lo divulgan. Sin duda uno de ellos es Eduardo Crisol, un ingeniero técnico agrícola de la Universidad de Almería, doctorado en la Universidad de Central Queensland en Australia, y que ha recorrido medio mundo en busca de dar respuesta a lo que precisa la agricultura adaptada a su entorno.
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Empezó su vida profesional trabajando en casas de semillas en la provincia, en Ifapa, en centros de investigación internacionales y en 2017 regresó a Almería y comencé a trabajar en Coexphal, donde es coordinador de I+D del área de Agroecología, donde lleva proyectos de investigación e innovación aplicados a cuestiones relacionadas con la sostenibilidad agrícola: control biológico de plagas y enfermedades, salud de suelos, mejoras a nivel agronómico.
Para él las plagas obedecen a la naturaleza propia de los invernaderos. Por sus condiciones climáticas son muy proclives a plagas y enfermedades, por su concentración de cultivos y por cuestiones que obedecen a cambios que se han estado produciendo de forma gradual como el climático, la globalización, el intercambio de material vegetal entre distintos países.
Es defensor de que «la mala noticia es que van a seguir llegando plagas, virus y patógenos de todo tipo de diferentes partes del mundo», pero de que la buena «es que cada vez tenemos mayor capacidad, tecnología y conocimiento para hacer frente a las plagas».
Hasta aquí la parte teórica, porque la práctica es distinta. Conocedor de que a priori la solución más rápida y simple para tratar una plaga podría ser aplicar una materia activa, Crisol argumenta a quien quiere escucharle que lo que ocurre es que se está tratando con un organismo vivo y su mecanismo base es la supervivencia. Yes que «en el propio desarrollo y supervivencia de cualquier plaga va implícito desarrollar mecanismo para tolerar y sobrevivir a la posible toxicidad que tenga una materia activa».
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Como ocurre en medicina con los antibióticos, «en las plagas cuando se mal utiliza o se abusa de una materia activa al final deja de ser útil por el desarrollo de la resistencia, por eso es por lo que el control biológico es una solución sostenible a largo plazo».
No obstante, este ingeniero agrícola advierte de que «hay que echarle cabeza a las cosas y utilizarlas de forma equilibrada. Los plaguicidas tienen su uso, nicho y sentido dentro de un sistema integrado, equilibrado, de manejar las plagas y enfermedades».
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De cara a un agricultor sin experiencia para explicarle lo que es el control biológico Crisol tiene claro que «hay que decir que lo que estamos haciendo es tratar de imitar lo que ocurre en la naturaleza de forma normal, donde la mayoría de las especies que se pueden ver por ejemplo en un cerro de Almería no tienen problemas masivos de plagas, tienen problemas, pero no son importantes, porque en ese ecosistema hay cierto equilibrio. No es perfecto, es un equilibrio dinámico donde hay una plaga que emerge donde aparecen una serie de depredadores, de parasitoides, que reducen la plaga, luego aparece otra y así sucesivamente». Eso es lo que investigadores de lucha biológica como él tratan de replicar en el invernadero. «Tenemos que integrar no solamente un insecto auxiliar, sino varios insectos auxiliares que entre sí imitan esa red, esa complejidad que existe, salvando las distancias, en un ecosistema natural». La ventaja es que esta tecnología está disponible desde hace tiempo y las empresas que venden la fauna ayudan a hacer un protocolo diseñado a medida a las necesidades de cada agricultor. No hace falta ser un entomólogo, un biólogo o un experto, simplemente entender que esa tecnología funciona y seguir los consejos de la gente que te puede ayudar.
Crisol, que pasa buena parte de su tiempo en la Universidad de Almería, detalla que investigadores como él se centran «en un sistema en el que tenemos que producir en el invernadero un producto de altísima calidad, es producto de exportación certificado en distintos estándares, y cualquier producto que se usa en la gestión integrada de plagas en el invernadero ha de ser compatible con la fauna auxiliar». Los productos de amplio espectro que se utilizan en otras partes del mundo generan una serie de consecuencias para el producto, como la acumulación de residuos; para la fauna auxiliar, para el medio ambiente, y para la salud del consumidor. En definitiva, es una forma de producir que está obsoleta en los sistemas en los que lo que se busca es cosechar un producto de alta calidad como es el caso de los invernaderos.
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Tanto la flora auxiliar dentro del invernadero como los setos perimetrales de exterior es un paso adicional al control biológico, que es fomentar la idea base de imitar los ecosistemas naturales.
Para convencer a alguien de esto hay que hacerlo con los resultados que ofrece un sistema. Los estudios científicos dicen que hay evidencias de que los sistemas de monocultivo son más proclives a las plagas, mientras que «los sistemas más diversos con mayor rotación de especies cultivadas, con cubiertas vegetales y setos perimetrales ofrecen una serie de recursos que lo que hacen es generar una red trófica, una complejidad de distintas especies que al final están batallando, combatiendo entre ellas por esos recursos». Esa batalla que se produce al final lo que supone es que «el sistema es más resiliente frente a ese tipo de ataques». Crisol es de la opinión de que «todavía falta mucho por hacer, pero es el camino en el que estamos».
Para los agnósticos, el ingeniero siempre hace hincapié en que «existen pocas evidencias del desarrollo de resistencias frente a enemigos naturales, hay muy pocas plagas que se adapten a los enemigos naturales». Por eso, «hay que ir de la mano de agricultores y técnicos para fomentar el uso de este tipo de técnicas dando el recurso, la estrategia y la información para poder llevarla a cabo de forma eficiente».
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