José Antonio Fernández, presidente de la Federación de Regantes de Almería

«Hace falta construir una segunda desaladora en el Poniente»

–¿Cómo está en estos momentos nuestra agricultura en materia hídrica?

–La provincia de Almería está en un momento crítico en algunas comarcas. Si bien, como suele ser habitual en los últimos tiempos y no ha cambiado, en Níjar, Bajo Andarax, Comarca del Poniente, Adra, Berja y Dalías, no tenemos problemas de agua, sí tenemos problemas de calidad del agua. No todas las comunidades de regantes disponen de un agua óptima para obtener el máximo rendimiento por cada metro cuadrado. Aunque no falta agua, falta calidad de agua, para que todos los regantes podamos jugar en la misma liga, que tengamos la misma calidad y podamos obtener el mismo rendimiento.

–¿Y en la comarca del Almanzora?

–La comarca del Almanzora sigue como en los últimos meses. El Negratín sigue sin aportar agua a la comarca. La presa del Negratín no ha superado los 210 hectómetros cúbicos de capacidad para poder trasvasar agua a la comarca. Al Tajo-Segura ya podemos decir que se le ha pegado el primer recorte, porque ha pasado el caudal ecológico de seis a siete metros cúbicos por segundo y la situación de la comarca es que la desaladora de Villaricos sigue inutilizada, los pozos en muy malas condiciones, por lo tanto hay muy poca agua en la comarca y la que hay, llega de un acuífero en muy mal estado.

–Decía que en la zona del Poniente falta calidad. ¿Qué hay que hacer para mejorar la calidad del agua?

–Los pozos se han ido muchos a más de dos de conductividad, incluso a 2,8 de conductividad. Solo hay un camino en la comarca y es desalar más agua, aportar más agua externa a la masa para con la poca mezcla de los sondeos, poner un agua a uno de conductividad, y al reducir el agua extraída de los sondeos, poco a poco recuperaremos el acuífero inferior, que es el objetivo que tenemos desde la Junta Central de Usuarios.

–La desaladora del Campo de Dalías está al 100% de producción. Eso quiere decir que es imperiosa la ampliación. Por cierto, que Balanegra y Adra ya han solicitado agua de la desaladora del Campo de Dalías.

–Es cierto que Balanegra y Adra necesitan agua de la desaladora y de aquí a 2027 hay que hacer, además de la ampliación de 10 hectómetros cúbicos de la desaladora del Campo de Dalías, que está prevista y que se está haciendo el proyecto, hay que construir una desaladora más con unas necesidades de entorno de 20 a 30 hectómetros para el Poniente, e incluso 5/6 hectómetros cúbicos más.

–¿El Poniente necesita una segunda desaladora?

–Sí, nosotros ya hemos planteado que hace falta esa desaladora en el Plan de Cuenca que se aprobó hace poco tiempo, para la Cuenca Mediterránea, y será para 2027 cuando haya que plantear la construcción de esa desaladora, y a los regantes nos gustaría que fuera Acuamed quien ejecutar y gestionara. Y si esa segunda desaladora se puede plantear antes de 2027, incluso mejor. Recordamos que la desaladora del Poniente, desde que se proyectó hasta que se inauguró pasaron 20 años, esperamos que nos concienciemos todos y se trabaje de manera más ágil. Otro ejemplo es la desaladora de Villaricos que lleva 11 años inutilizada y no son capaces las administraciones de ponerla en marcha. Dependemos de ellas y hay que tener más celeridad, puesto que la sociedad actual no va a ese paso.

–Decía también que el hecho de no tener un agua de calidad hace que no se consiga el máximo de producción posible. ¿En cuánto está esa merma?

–Según los últimos informes que nos ha hecho el IFAPA, un estudio de investigación que está en la web incluso del IFAPA, con 0,5 y 1 de conductividad se consigue la misma productividad, pero pasando a 1,5 de conductividad ya empieza a haber pérdidas y cuando el agua pasa a ser de en torno a 2,5 de conductividad hay unas pérdidas de más del 20% de producción, quiere decir que probablemente un regante de agua de 2,5 consiga un kilo o kilo y medio de pimiento por metro. Eso un año tras otro es un porcentaje muy importante y mucho dinero. Por tanto, creo que debemos seguir trabajando en ese sentido, que todos los regantes tengan un agua de máxima calidad para tener los mismos rendimientos.

–En el Almanzora, ¿cómo se plantea la primavera y el verano?

–Ahora mismo solamente tienen un camino y la solución la tiene la Junta de Andalucía. Estamos esperando que autoricen los pozos de emergencia. La solución ya para mañana es tarde. Necesitamos con urgencia que se autoricen los pozos de emergencia para extraer 1,5 hectómetros mensuales de aquí a septiembre. Si eso no se hace y no está el agua en disponibilidad, no se harán los cultivos y, por tanto, que la den dentro de tres meses ya no tendrá sentido porque sin plantación no se necesita el agua. El agua se necesita ahora. La situación es esa si no queremos perder más hectáreas de las que se están dejando de plantar, que ya estamos en un 20% y puede llegar a aumentar al 30% o 40%. Los pozos existen y están, solo falta la autorización administrativa que permita empezar a producir agua.

–¿Y qué dice la Junta de Andalucía?

–De momento no dice y lo que necesitamos es precisamente que diga.

–Si eso no se produce ya, ¿la campaña de sandía estaría perdida?

–Buena parte de la campaña de sandía y de otros cultivos podría estar perdida. Hay comunidades como Cuevas del Almanzora, el Saltador, Vera... tienen más cantidad de agua porque tienen una desalobradora pequeñita de 8 hectómetros cúbicos, pero no es que toda la comarca tenga. O se les hace una aportación extra en tanto se arregla la desaladora de Villaricos para que tengan el mínimo de 20 hectómetros cúbicos para sacar la producción para adelante.

–En relación al precio del agua desalada, al menos se ha aprobado una ayuda del Gobierno Central.

–Después de la lucha que hemos tenido en los últimos años, sí es cierto que ahora mismo tenemos una tranquilidad a 2026, que el agua que produzcan las desaladoras del Poniente y Carboneras para la agricultura se ha quedado establecido el precio en 0,475 y 0,45 euros, respectivamente, por lo tanto tenemos unos años de tranquilidad. Creo que es lo mejor que se podía hacer, ha acertado el gobierno con nuestras peticiones. Pero para cultivo para aire libre, sin embargo, ese precio sigue siendo un precio caro, sobre todo cuando tienen que competir con el resto de España y en el resto de España se está pagando el agua entorno a 2 y 3 céntimos. Es bueno en parte para el modelo nuestro de cultivo bajo plástico, pero para el modelo de cultivo al aire libre, aún esos precios son muy altos para poder competir con lechuga, brócoli o incluso cítricos, donde un kilo de naranjas ya parte con un coste de 12 o 13 céntimos por el consumo de agua necesario para producirlo.

–¿Se nos van a ir empresas?

–Las empresas están muy establecidas y de momento están aguantando, pero sí es verdad que las empresas más grandes pueden irse a otras zonas a cultivar. Si se fueran definitivamente perderíamos mercados, puestos de trabajo y economía.