España es la cuarta economía agroalimentaria de la Unión Europea

Sin embargo, los buenos datos de 2022 no obedecieron a un incremento de la producción, sino a un aumento de los precios. Así, en términos absolutos, el sector agroalimentario generó 111.147 millones de euros, que suponen el 9,2 % del total nacional, eso sí, una décima menos que en 2021.

Concretamente, España lidera la producción comunitaria de aceite de oliva, cítricos, porcino y fruta fresca de la UE y es el segundo país en importancia en la producción de plantas y flores (13,9%), y hortalizas (19,2%). Asimismo, se sitúa como el sexto país de la UE en porcentaje de empleo que aporta, lo que implica que el sector agroalimentario español es competitivo, ya que consigue mayor productividad con menor número de empleados. Una productividad que concretamente en el sector Primario llega a doblar el porcentaje de media de la UE.

Por otra parte, en 2022 España aumentó el porcentaje de la superficie agrícola utilizada en el total, cerrando la brecha que existía con la UE. El porcentaje ya está en el 72,7% que es la media europea.

No obstante, donde sí existe un problema es en el envejecimiento que está sufriendo el sector, un hecho que es común en la UE pero que es más acuciante en España. El 86,1% de los responsables de las explotaciones agrarias en España tiene más de 45 años, si bien más alarmante es la cifra de que el 42% tiene más de 65 años.

Otro de los retos es el de la igualdad de género. El porcentaje de mujeres responsables de las explotaciones ha aumentado, pero la brecha sigue siendo importante. En España representan el 28,7% del total responsables de explotaciones agrarias frente al 31,6% en Europa.

Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, señaló durante la presentación del informe que hay que estar «orgullosos del sector agroalimentario que tenemos en España y de los resultados que obtiene, porque sin tener la mayor superficie agrícola útil, ni los suelos más fértiles ni beneficiarnos de la pluviometría que tienen nuestros socios comunitarios, somos la cuarta potencia productora y, año tras año, el valor de nuestras exportaciones bate récords».

Todo ello, destacó Baamonde, «es la consecuencia de que tenemos unos índices de competitividad y productividad superiores a la media comunitaria, sobre todo en el ámbito primario y la industria transformadora, lo que nos permite que la inflación registrada en el precio de los alimentos se sitúe por debajo de la media de la UE y los precios de los alimentos al consumo sean considerablemente inferiores a los del resto de los países comunitarios».