Las aguas subterráneas perderán peso en el regadio de todo el litoral mediterráneo
Las extracciones desde los acuíferos pasarán a representar el 31% de los recursos hídricos totales, frente al 41% actual, gracias a aportes de nuevas fuentes de consumo alternativas
R. I.
Almería
Domingo, 28 de julio 2024, 22:49
La diversificación del actual mix hídrico con la entrada de recursos «no convencionales» será clave para mejorar las perspectivas de futuro del regadío del litoral ... granadino, pues aportará mayor garantía de agua. Así lo indican los expertos que, recientemente, se reunieron en el foro AgroGo de Agrobank, una reunión cíclica que debate sobre las novedades y preocupaciones de la agricultura.
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La preocupación por los costes es el reverso de esta diversificación de la oferta hídrica, que los regantes aplauden siempre que resulte compatible con la viabilidad económica de las explotaciones agrícolas.
Las aguas subterráneas juegan un papel fundamental en todas las cuencas andaluzas. Sin embargo, por razones de carácter medioambiental, están llamadas a perder peso dentro del conjunto de recursos hídricos. Y eso representa un reto particularmente importante en la Cuenca Mediterránea Andaluza, donde las aguas subterráneas suponen en la actualidad más del 41% de los recursos hídricos totales. El objetivo cifrado por la administración regional es que en 2027 representen algo más del 31%, diez puntos menos. De hecho, la planificación hidrológica prevé reducir el volumen de estos recursos hídricos de los 472,8 hectómetros cúbicos al año de 2022 a 403,5 hectómetros cúbicos al año en 2027.
Sin embargo, eso no será necesariamente una mala noticia para la agricultura del litoral mediterráneo, sino que en teoría significará lo contrario, pues esa reducción de casi 70 hectómetros cúbicos al año de aguas subterráneas se verá ampliamente compensada con la incorporación de 200 hectómetros cúbicos al año procedentes de la regeneración y la desalación. A pesar de su reducción, los recursos subterráneos seguirán representando en esta cuenca dos y tres veces de lo que suponen en las otras dos cuencas litorales: Guadalete-Barbate y Tinto-Odiel-Piedras.
Además, aunque los recursos superficiales y subterráneos disminuirán, la Cuenca Mediterránea Andaluza verá incrementados sus recursos totales. Y no solo eso, sino que ganará también en disponibilidad de esos recursos, pues las aguas procedentes de la regeneración y la desalación no son sensibles a los ciclos hídricos, al contrario que las aguas superficiales, que son las más expuestas, y las subterráneas, que también lo están aunque menos que las primeras. Asimismo, la Cuenca Mediterránea Andaluza, de ejecutarse todas las inversiones previstas y cumplirse las previsiones, será la primera en alcanzar el equilibrio entre la oferta y la demanda de agua, algo que lograría en 2039 y a lo que se acercaría bastante ya en 2027, fecha en la que el desequilibrio hídrico se quedaría en apenas 15 hectómetros cúbicos al año, frente al estimado en 2022 de 183 hectómetros cúbicos al año.
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Dicho de otro modo, el regadío del litoral mediterráneo andaluz estará menos expuesto a los ciclos hídricos y eso será posible gracias a la diversificación del mix hídrico, que supondrá que habrá casi tanto volumen de recursos no convencionales como de aguas superficiales y casi la mitad de los recursos convencionales totales, es decir, de la suma de las aguas superficiales y subterráneas.
Debate abierto
Con todo ello, el debate no está cerrado. Los usuarios expresan su preocupación por los costes que esta diversificación puede suponer. En otros términos, aplauden la incorporación de recursos no convencionales, pero siempre que estos resulten compatibles con la viabilidad económica de las explotaciones agrícolas. Por otra parte, la regeneración y la desalación mejoras las perspectivas de futuro del regadío en el litoral, pero no tanto en el interior. De hecho, para la Cuenca del Guadalquivir, la previsión es de un fuerte crecimiento del déficit hídrico, como consecuencia del impacto del cambio climático.
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AgroGO! es una iniciativa promovida con el patrocinio de AgroBank, la división especializada de CaixaBank, en el marco de su fuerte compromiso con el sector agroalimentario andaluz. En 2023, AgroBank aportó 5.550 millones de financiación a la cadena agroalimentaria andaluza, un 4,4% más que el año anterior, y cerró ese ejercicio con 220.600 clientes en Andalucía, donde cuenta con 370 oficinas especializadas y con un equipo de más de 1.170 gestores con formación específica en las necesidades y las particularidades del sector. Además, la entidad tiene actualmente a disposición de sus clientes andaluces 2.285 millones de euros en créditos preconcedidos, con disponibilidad inmediata, para que éstos puedan llevar a cabo los proyectos necesarios para impulsar sus negocios.
COAG alerta de una gran caída en la cosecha de almendra por la sequía
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Almería alerta sobre una «disminución significativa» en la cosecha de almendra en el interior de la provincia para esta campaña 2023-2024 por la «prolongada situación de sequía» y la escasez de precipitaciones en momentos de la campaña «esenciales» para el fruto. «La disminución de la cosecha es ya un hecho. La falta de lluvias lo venía ya alertando y se está confirmando, aunque en la mayoría de las explotaciones aún no se ha iniciado la recolección, pero ya se prevé esta reducción», han indicado algunos de los productores con explotaciones cercanas a Vélez-Rubio y Chirivel, importantes áreas productoras almerienses, según ha explicado COAG en una nota.
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Según la patronal agraria, a pesar de que la cosecha este año se ha adelantado y de que en algunas zonas cercanas a la provincia de Murcia «ya se está recogiendo», en Almería «aún no se ha comenzado la recolección».
Así, han estimado que el inicio de la recogida arrancará en las áreas más tempranas como Vélez-Rubio «a principios de agosto, para algunas de las variedades principales» mientras que, en zonas próximas a Chirivel, «se están preparando para recolectar a mediados del mes próximo o incluso finales».
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Esta situación de «disminución» de la producción coincide con la actividad en otras «zonas productivas de la comunidad y del resto del país, inmersas ya en plena campaña», que se encuentran «en un entorno especulativo que será difícil de sostener para los agricultores».
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