Palomares espera un "efecto positivo"
El propio alcalde de la localidad, Antonio Fernández, reconoce que numerosos vecinos "no terminan de creerse" el fin de esta historia
Juana Martínez
Lunes, 19 de octubre 2015, 19:17
La pedanía de Palomares, localidad almeriense de Cuevas del Almanzora en la que el 17 de enero de 1966 cayeron cuatro bombas de un avión ... estadounidense, una en el mar y tres en tierra, espera un "efecto positivo" tras el acuerdo rubricado esta mañana entre España y EEUU.
Casi medio siglo más tarde la caída accidental de las bombas nucleares de un bombardero B-52 sobre Palomares tras la colisión en vuelo con un avión cisterna, hoy las impresiones de los vecinos variaban entre la satisfacción e incertidumbre al conocerse el acuerdo rubricado entre el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo.
Algunos de los testigos, que recuerdan los hechos de aquel enero de 1966, como José Alarcón, se preguntan: "Si en la tierra que posiblemente se van a llevar ahora se han cultivado ya tantas cosas, para qué se la van a llevar ahora. ¿Qué piensan hacer ahora, engañar a la gente?".
Asimismo otra vecina cuya vivienda se encuentra próxima a la zona vallada por la presencia de residuos radiactivos, rememora cómo siendo una niña vio caer las bombas y años más tarde construyeron su hogar cerca, algo a lo que "no se le daba importancia".
El propio alcalde de la localidad, Antonio Fernández, reconoce que numerosos vecinos "no terminan de creerse" el fin de esta historia "y en cierto modo lo puedo entender".
"Hasta que no haya hechos más concretos, la gente no acabará de creérselo", ha insistido, señalando a su vez la ausencia de una fecha concreta para el inicio de los trabajos.
Pide que tras la declaración de "buenas intenciones" realizada esta mañana, algo que desde hace "mucho tiempo llevo escuchando", se concrete un programa de limpieza con un calendario de trabajo y un proyecto técnico que "nos indique qué se va a hacer".
"Creo que hasta que no haya hechos más concretos, de una forma más oficial se haga esta comunicación, la gente no acabará de creérselo".
Fernández reclama que "se vuelva a hablar en positivo" de la pedanía y ha advertido de que limpiar Palomares "no es coger un cepillo y un recogedor", sino que conllevará un trabajo que durará meses "por la zona con camiones con la arena contaminada".
Así, cree conveniente la articulación de medidas compensatorias como una campaña de imagen que transforme "el tema de las bombas de Palomares, que durante mucho tiempo ha sido negativo".
En este sentido apela a la posibilidad de "recrear en una especie de museo este incidente, y que sirva para que venga la gente a visitar el museo de la bomba o algo así", lo que conllevaría "el fin de un tema que ha sido negativo para esta zona, que se empiece a hablar en positivo y pudiéramos visitar en un museo".
De similar forma se ha mostrado el antiguo alcalde de la localidad y actual diputado, Jesús Caicedo, quien ha apostado por hablar del "día después" y convertir "lo negativo en positivo" a través de la construcción de un centro de interpretación sobre los hechos.
Caicedo ha recordado cómo cuando era alcalde de la localidad, entabló conversaciones con Eudald Carbonell, el director general de la Fundación Atapuerca, para la puesta en marcha de un centro de este tipo.
Sin embargo, el diputado ve con optimismo el memorando firmado esta mañana y mantiene que se trata del final del asunto Palomares, asegurando que, tras el mismo, los vecinos podrán estar "tranquilos y las generaciones venideras no tendrán que sufrir esa espada de Damocles".
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