Domingo de Ramos lleno de luz

Las siete de la tarde era la hora marcada en rojo ayer. Una puerta granate abierta, nazarenos blancos de riguroso silencio, paso de misterio en la calle y las ilusiones puestas en contemplar por primera vez el 'altar andante' de María Santísima del Dulce Nombre. Fue espléndida la presentación del paso para completar el cortejo nazareno de esta cofradía del barrio Fígares. La Semana Santa de Granada está ya completa con sus cincuenta y nueve pasos procesionales.

La comitiva religiosa del Dulce Nombre vivió singulares momentos en su recorrido que se harán inolvidables ya para siempre. Hubo un trabajo multidisciplinar del diseñador Fernández-Aragón, conjunto con el orfebre sevillano Ramón León, el escultor granadino Alberto Fernández y el bordado de José Manuel Martínez Hurtado, que juntos ofrecieron el conjunto esperado de calidad y buen gusto. Solo restaba el acompañamiento musical escogido que puso la banda de música de Los Ángeles, dirigida por Manuel Elvira, con una selección de marchas de corte serio y austero para acompañar a la titular mariana de esta cofradía que, acompañada por San Juan Evangelista, fue admirada a su paso por las calles. Un clavel blanco en las jarras y friso fue el adorno floral del palio, con las jarritas frontales de azahar, procedente del Valle de Lecrín, que desprendían un extraordinario aroma.

Por delante, el paso de misterio del Señor Despojado, a las órdenes de Dionisio Martínez y Eduardo Salamanca, con su característico acompañamiento de los 'llorones' de la banda de Jesús Despojado y su singular adorno de flores silvestres, romero y clavel rojo intenso. 'Dulce Nombre', en honor a su titular mariana, fue la primera marcha y 'Sagradas Vestiduras', después, para el misterio del Despojado, nada más salir por la puerta de la casa de hermandad. Hubo un gran ambiente para recibir a la cofradía que alcanzó la Catedral cercanas las diez de la noche. Numerosas alabanzas recibió la hermandad por la incorporación de su imagen de la Virgen, a lo largo del recorrido y, por supuesto, en el palco presidencial de Ganivet.

La calle Elvira se volvió a llenar de público como hace veinte años. La lluvia del pasado año no permitió gozar de este espacio tradicional del Domingo de Ramos. Fue dificultosa la salida del paso de misterio mandado por Alberto Ortega, mientras sonaban los últimos compases de 'Salve, Rey de los Judíos' y se hizo silencio en la calle. Se superó el arco de la parroquia de San Andrés, y el himno nacional recibió en calle Elvira este primer paso de la Semana Santa. 'Bendición en San Andrés' fue la marcha que inició el andar por Elvira. Fue la agrupación musical María Santísima de la Estrella la que puso su música a la Borriquilla. Tras el palio, adornado con mezcla de flores en tonos blancos y malva, rosa blanca y rosa, orquídeas, bruñía y rosa ramificada, iba la banda de música La Victoria, de Fuente Vaqueros.

Antes se había repetido la estampa de cada año, con la presencia del alcalde de la ciudad y del arzobispo. La cofradía de Santa María de la Alhambra golpeó con la llave la puerta de San Andrés para dar comienzo a la Semana Santa.

Momentos de indudable clasicismo granadino se viven cada año en la Carrera del Darro cuando llega la cofradía de las Maravillas. Una hermandad que vive estos meses la celebración de su septuagésimo quinto aniversario fundacional. Había expectación en la Carrera del Darro para esperar el cortejo de hermanos vestidos de color granate y crema, seña de identidad de la hermandad.

Partió a las seis y media el paso de misterio, a las órdenes de Guillermo Padilla, adornado con rosas rojas y con el acompañamiento de la banda del Cristo de la Elevación, de Campo de Criptana (Ciudad Real). Detrás, el cortejo de hermanos y de camareras hasta que por fin se veía en la parroquia el palio de la Virgen de las Maravillas. A las órdenes de José Manuel Carvajal, el palio fue encarándose a la puerta con los sones de la marcha 'Sale la Virgen de las Maravillas', interpretada por la banda de San Isidro, de Armilla. Salvado el arco del templo, y entre el aplauso del numeroso público congregado, comenzó a sonar 'Maravillas, Madre y Señora'.

El Realejo abrió su Semana Santa con la presencia roja y blanca de los nazarenos de la Santa Cena Sacramental. Lleno en la plaza dominica para contemplar la salida, que completaba el barnizado de los costeros del paso de misterio que se precedía por los nuevos ciriales del paso de misterio, de Ángulo (Córdoba). La música la puso la banda de Cornetas y Tambores de Jesús de las Tres Caídas, que hizo su primera ofrenda musical con la marcha 'Al Señor del Compás'. Delante del misterio, su capataz Miguel Ángel Roldán.

Después, el palio de la Virgen de la Victoria. Esperó en la puerta las órdenes a los costaleros del capataz general, José Manuel Rodríguez y del segundo, Antonio Valentín, la banda María Santísima de los Remedios, que dirige Lorena Crovetto. Para la Virgen sonó 'Hosanna in Excelsis' en la plaza.

A las órdenes de José Francisco Ruiz marchó ayer el primer paso de Jesús Cautivo, el Señor del Sagrario. Luego quedó en manos de Pedro Fernández. La música, de la propia agrupación musical, que va alcanzando cotas de superación musical, estuvo bajo la dirección de David Jiménez. Un largo cortejo precedió al Señor, vestido de blanco. Fue la segunda cruz de guía en salir y la última en realizar su paso por la carrera oficial.

La Virgen de la Encarnación, con su paso adornado en variadas rosas con himericum en tonos rosas y color champán, lució solemne a pesar de que un varal sufrió un percance. La música la puso la banda de Ogíjares. Entró en Pasiegas a los sones de 'Estrella, Reina del Cielo' y, tras el rezo en la tribuna frente a Catedral, sonó 'La Soledad del Cautivo'.