Universitarios sin pisar el campus
Clases on line, no conocen a todos sus compañeros y se relacionan a distancia. Su llegada a la universidad no ha tenido nada que ver con lo que habían imaginado
Ascensión Cubillo
Jaén
Domingo, 7 de marzo 2021, 01:01
Cualquier estudiante de bachillerato ha fantaseado alguna vez con la vida universitaria, sobre todo en aquellos momentos en los que la concentración flojea entre apuntes ... de Selectividad. Ahí surgen preguntas de todo tipo, desde cómo serán las clases o la experiencia de compartir piso hasta cuánto hay de verdad en la afirmación de que es la mejor etapa de la vida, como algunos aseguran con cierta añoranza.
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El paso del instituto a la universidad marca, sin duda, pero mucho más si esa transición se ve condicionada por un virus que ha provocado una pandemia global. Las expectativas entonces puede que se borren de un plumazo y que el desembarco en la universidad diste mucho de lo que se había imaginado.
Y es que inmersos ya en el segundo cuatrimestre, los alumnos de primero de carrera pueden contar con los dedos de una mano los días que han asistido a clase de manera presencial. Cinco en el caso de María Galiano, una joven de Huelma que estudia Educación Infantil en la Universidad de Jaén. «Está siendo un poco triste porque yo tenía otras expectativas y además tantas horas delante de una pantalla siguiendo las clases on line se hace pesado», apunta. Esto, a su juicio, repercute de manera directa en el rendimiento, siendo mucho más bajo en casa que en el aula.
En este sentido cambia el interés del alumnado hacia la asignatura, como apunta la jienense Celia González, estudiante de primero de Estudios Franceses y Educación Primaria en la Universidad de Granada. «Si antes de manera presencial ya se podía notar quién tenía interés y quién no, ahora es tan sencillo como apagar la cámara y el micrófono. Los profesores realmente están dando clase a las iniciales que aparecen en la pantalla, es muy poco dinámico, no se interactúa».
Se pierde el trato directo
Ese trato directo con el profesor es lo que también echa en falta Sergio Chacón, poder preguntar dudas sin necesidad de una pantalla. Este joven de Villacarrillo estudia 1º de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Jaén. No obstante, Sergio destaca la «comprensión» y la «dedicación» por parte de algunos profesores a la hora de superar los inconvenientes derivados de las clases telemáticas, poniéndose en el lugar de los estudiantes para facilitar el proceso.
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Al cambio que supone el hecho de pasar a la universidad se le añade ahora una organización excepcional con presencialidad en semanas alternas, siempre y cuando la situación lo permita porque de momento en la Universidad de Jaén seguirán con las clases on line hasta el 26 de marzo, y el propio protocolo covid que dificulta la socialización con los compañeros.
«Aparte de que íbamos de manera semipresencial, solo hemos podido conocer a un pequeño grupo», explica Celia, que calcula que habrá 'conocido', entre comillas, a 20 compañeros de alrededor de 70 porque se han establecido grupos para no coincidir todos en el aula. Y de esos 20, cada uno en su mesa, a un metro y medio de distancia como mínimo y con mascarillas. Lo mismo ocurre en 1º de ADE, dividido en tres grupos (A, B y C) que a su vez se subdividen en grupo 1, 2 y 3. «Socialización cero», señala entre risas Celia, porque además muchos estudiantes han regresado a sus lugares de origen. Algunos han podido rescindir el contrato de alquiler, pero otros han tenido problemas y siguen pagando piso aunque no hagan uso de él. A pesar de que no es el caso de Sergio, sí que denuncia la indefensión de los estudiantes ante una situación así.
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María al principio de curso se alojó en el piso que tienen sus padres en la capital jienense y cuando se instauraron las clases on line al 100% volvió a Huelma. Por este motivo no tiene la sensación de estar en la universidad ni de compartir momentos con los profesores y los compañeros: «Estoy matriculada en un grado pero sin vivir la vida universitaria».
Sin fiestas
Obviamente no hay fiestas ni actividades que impliquen aglomeración de personas, tampoco el tradicional acto de bienvenida a los nuevos alumnos que en esta ocasión se limitó a presentaciones virtuales en cada una de las asignaturas donde se detallaron los criterios de evaluación, entre otras cuestiones. «En la situación que estamos es normal que no haya fiestas, pero también da mucha pena que los primeros años en la universidad sean así», reflexiona Celia.
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¿Qué hacen entonces en su tiempo libre estos jienenses? Sergio se ha apuntado al gimnasio y por las mañanas aprovecha para adelantar materia, estudiar y hacer prácticas. María compagina el deporte con la autoescuela porque quiere sacarse el carnet, mientras que Celia sale a pasear para descubrir cada día un nuevo rincón de Granada.
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