Piden cárcel para dos empresarios por los ruidos de su pub en Marmolejo

Los dos acusados comenzaron a explotar el pub en abril de 2014, un negocio que ya existía anteriormente. Uno de ellos hizo una declaración responsable por la que declaró que cumplía con todos los requisitos exigidos por la normativa. No obstante, no tenía estudio contra la contaminación acústica que exige la legislación, y tampoco tenía instalado un limitador de sonido que es obligatorio, según la acusación.

No solo salía ruido de dentro del local, sino que también montaban una terraza que no tenía licencias municipales.

Los afectados por el ruido eran los vecinos del primero. Una pareja con una hija menor de edad que sufrieron «un alto nivel de inmisión de ruidos que se ha producido diariamente y en mayor medida durante los fines de semana y días festivos y que se prolongaba hasta altas horas de la madrugada, con el consiguiente perjuicio prolongado en el tiempo para la salud física y mental de los moradores del a casa», según el Ministerio Público, que constató con informes que no los denunciantes no podían dormir, ni descansar ni hacer vida normal.

El 14 y 15 de abril de 2016 el Seprona hizo mediciones de ruidos comprobando que se superaban los niveles permitidos de ruido, y que no había limitadores en los aparatos del local. El 18 de abril el Ayuntamiento acordó el cese inmediato de la actividad, que volvió a autorizar no obstante en mayo al comprobar la Policía Local que ya se habían instalado limitadores.

Además de la pena de prisión (ninguno de los dos acusados tendría que ingresar aún en caso de ser condenados porque no tienen antecedentes y les piden menos de dos años) se solicita que paguen una multa de 4.200 euros cada uno e indemnizaciones por valor de 3.000 euros entre los dos. Y que queden inhabilitados para dedicarse a la hostelería durante dos años.

Las investigaciones penales por contaminación acústica en hogares no son frecuentes. En 2015 hubo dos condenas, una por un caso de Rus y otra de Bailén. En 2014 hubo al menos otras dos (La Carolina y Torreperogil).

En los últimos años casi todas las sentencias por este motivo se han dictado por conformidad. En 2006, cuando se produjo en Jaén la primera sentencia por ruidos con penas de prisión, no había ni conciencia de que era delito.

En algo más de un una década de condenas sólo hay constancia del ingreso en prisión de uno de los acusados, tras una condena de 2007 en relación a un pub de la calle García Rebull de Jaén. En esa sentencia la Justicia afeaba la pasividad del Ayuntamiento de Jaén para resolver un problema que los vecinos sufrieron desde 1996 hasta 2003 con muchas denuncias administrativas.

En el caso que va ahora a juicio, antes de acudir a la vía penal, los denunciantes intentaron que fueran las autoridades administrativas quienes solucionaran el problema. No encontraron apoyo y fueron a la vía penal.

Esa circunstancia, la desidia de las autoridades locales para poner fin a las situaciones de ruidos que sufren los vecinos, suele ser una constante en los casos que llegan a instrucción penal. Sólo en una ocasión se sentó a responsables municipales en un banquillo. Afectó a dos exregidores de Baeza, y la sentencia fue absolutoria.

En este caso de Marmolejo, a lo largo de la instrucción de la causa llegó a estar investigado, junto a los titulares del negocio, el actual alcalde de Marmolejo, Manuel Lozano, el anterior, Bartolomé Soriano, y varios técnicos municipales. Fuentes cercanas al caso indican que el juzgado requirió documentación al Consistorio sin encontrar una actitud demasiado colaboradora. Y tras diversas pesquisas decidió llamar como investigados a varias personas relacionadas con la gestión municipal. Luego no se han presentado cargos contra ellos. Pero la medida desatascó la instrucción.