La macrogranja que solo unos pocos quieren

«Lo que va a traer es una necesidad anual de metros cúbicos de agua muy perjudicial para una zona como esta, malos olores, infecciones y plagas de insectos», se queja el alcalde de Huesa, Ángel Padilla, que explica que la empresa que quiere construirla pretende hacerlo en una zona fuera de ordenación, por lo que necesita la declaración de interés social por parte del Ayuntamiento, que, según Padilla, ya se la ha concedido. De ahí, el proyecto tendría que pasar a la Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y por la Delegación de Agricultura, para volver de nuevo al Ayuntamiento.

Un proceso largo que ni los alcaldes, ni la Plataforma de Protección de La Ribera del Guadiana Menor, creada para luchar contra la macrogranja, quieren que avance.

«Detrás de este proyecto está la empresa Cárnicas El Pozo, situada en Murcia, que ha cerrado un contrato comercial en China para la venta en exclusividad de productos del cerdo», explica Padilla. «Si la empresa hubiera planteado traer aquí parte de su factoría, con lo que eso supondría en puestos de trabajo, igual nos lo hubiéramos pensado, pero lo que se está planteando es traer aquí lo que no quieren allí. En Murcia se quedan con la transformación y aquí nos traen la parte sucia, la menos amable», asegura. «La empresa está diciendo que van a traer empleo, pero es mínimo. Las explotaciones están automatizadas y requieren de un empleo por granja».

Todos los ayuntamientos del entorno que están en contra de este proyecto han aprobado un decreto de Alcaldía, con acuse de recibo al alcalde de Dehesas de Guadix, explicando los motivos por los que están en contra de la macrogranja. El Ayuntamiento de Cuevas del Campo (Granada) es el que encabeza todas las protestas, ya que la macrogranja estaría muy cerca de esta localidad, más incluso que de la propia Dehesas de Guadix, aunque es su término municipal.

Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones al proyecto, que definen como una explotación de engorde de más de 50.000 plazas (125.000 cerdos al año). «El proyecto contempla un consumo de agua de 237.482 metros cúbicos al año, que se obtendrían de captaciones superficiales del Guadiana Menor, de la Rambla Matanza y de pozos. El agua que se va a consumir anualmente es la correspondiente al consumo doméstico de más de 3.000 habitantes, 8 veces la población de Dehesas de Guadix (419 habitantes en 2017)», explican desde la organización ecologista.

Ese gasto de agua, en una zona subdesértica, es «inasumible» para una población que sacaría muy poco beneficio de estas instalaciones.

Además, se van a producir 126.000 metros cúbicos de purines al año, que se van a esparcir por la finca, «lo que supondrá una acumulación, año tras año, que podría afectar a los acuíferos de la zona y a los ríos Guadiana Menor y Fardes, limítrofes con la parcela y a la que vierte sus aguas por escorrentía. Esa zona de estos ríos está protegida por la Red Natura 2000, por lo que hay un riesgo serio de daños al medio ambiente, protegido por la legislación española y europea», continúan.

«Todos estos problemas podrían parecer asumibles si hubiera un gran beneficio social, pero lo único que ofrece la empresa es 11 puestos de trabajo (1,5 empleos por cada uno de los siete núcleos que se piensan construir) y no muy bien pagados», denuncian los ecologistas en base al estudio de viabilidad presentado por la empresa.

También el partido ecologista Equo, en Jaén, mostró ayer su rechazo a la macrogranja porque, según aseguran, «sería una grave amenaza para el medio ambiente y para el desarrollo por el que se viene apostando en la zona, basado principalmente en el turismo rural».

Precisamente en el turismo hacen hincapié también los alcaldes de la zona, como el de Huesa, y Ecologistas en Acción, ya que en este entorno se proyecta un Parque Geológico del Cuaternario.