El espectáculo de los cerezos en flor

Torres es el productor de cerezas por excelencia de la comarca de Sierra Mágina, un fruto de calidad muy apreciado dentro y fuera de la provincia de Jaén. Alrededor del 70 % de las familias de la localidad viven de este cultivo que constituye un complemento a la campaña de la aceituna. La recolección de la cereza suele comenzar a mediados de mayo y se extiende hasta junio o primeros de julio, según la cosecha y la climatología.

Son muchas las variedades de cerezas que crecen al abrigo de la sierra torreña, pero destacan la burlat a mediados de mayo, con frutos rojos oscuros muy jugosos, dulces y sabrosos; la esfinge y la picota, última de la temporada. Aunque estos árboles requieren menos cuidados que un olivo, poda y abono principalmente, el trabajo a la hora de recoger su fruto es más minucioso ya que se trata de un producto muy delicado. La mayoría de las recolectoras son mujeres que trabajan en las explotaciones familiares siguiendo el método tradicional, como lo hacían sus padres y abuelos, porque la mecanización es prácticamente imposible por lo escarpado del terreno: hay que coger el tallo y tirar una a una con mucho cuidado y mimo, de ahí la importancia de unas manos habilidosas.

La provincia de Jaén cuenta con más de 1.300 hectáreas de cultivo de cerezos. El otro gran productor es Castillo de Locubín y ambos municipios protagonizan la Muestra Provincial de la Cereza que organiza todos los años la Diputación de Jaén en el marco de la estrategia Degusta Jaén. Así, además de dar a conocer las bondades de estos frutos rojos entre los jienenses se pone en valor un cultivo alternativo al olivar que da empleo, diversifica la economía y contribuye a fijar la población al territorio.