Una comunión acaba en batalla campal entre dos familias en la estación de Linares-Baeza
Todo comenzó por una pelea entre los niños y acabó con varias personas lesionadas
Lorena Cádiz
Lunes, 8 de mayo 2017, 01:48
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El día de comuniones se convirtió en una pesadilla. El sábado se celebraban cinco comuniones en un conocido establecimiento de la Estación Linares-Baeza. En ... torno a las siete y media de la tarde se recibía el aviso en el 112 de que se estaba produciendo una pelea, en la que había implicadas muchas personas. Hasta allí tuvieron que desplazarse dos unidades de la Policía Nacional, apoyados por la Policía Local de Linares. Todo había comenzado por una disputa entre los niños mientras jugaban en las colchonetas. Los padres acudieron a mediar y acabaron llegando a las manos, de manera que varias personas resultaron lesionadas durante la riña.
La Policía trató de calmar los ánimos y de mediar entre las dos familias, pertenecientes a dos comuniones distintas, una de ellas de Linares y la otra de Begíjar, y además anima a una y otra familia a denunciar los hechos. Finalmente, consigue imponer la calma y las dos familias se marchan. El autobús de Begíjar vuelve a su punto de partida y los de Linares también se retiran.
Al poco, una de las partes implicadas, perteneciente a la familia de Linares, se persona en la comisaría de la Policía Nacional para interponer una denuncia, aunque su versión es muy distinta de la que inicialmente se había explicado en el restaurante. Esta persona, con antecedentes penales, según fuentes de la Policía Nacional, asegura que no hubo pelea con la otra familia, que discutieron por cosas de niños, pero que finalmente se entendieron. En su denuncia asegura que lo han agredido cuatro camareros del establecimiento, sin mediar palabra, y que en la riña perdió el cordón de oro con una pistola de oro, que llevaba colgado al cuello.
Desde el establecimiento niegan todas estas acusaciones y aseguran que, si bien es cierto que el personal trató de mediar en la pelea, en ningún momento agredieron a nadie.
Pero la cosa no queda aquí. Pasadas las nueve de la noche, dos horas más tarde de que se recibiera el primer aviso de pelea, vuelven a dar el aviso desde el establecimiento de que se está produciendo un nuevo altercado. Según asegura la persona que hace la llamada a la Policía Local, uno de los implicados ha vuelto (el mismo que había denunciado en la comisaría) y se están produciendo agresiones, con la presencia de armas de fuego.
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Todo el turno que estaba de guardia en la Policía Nacional en ese momento, apoyados de nuevo por la Policía Local, vuelve al restaurante, pero antes de llegar una de las unidades intercepta el vehículo del implicado. A pesar de que, según fuentes de la Policía Nacional, se producen insultos en un tono muy agresivo a los agentes, éstos registran el vehículo y a los que viajaban en él y no encuentran rastro de armas de fuego.
En busca de su colgante
El implicado asegura en ese momento que ha vuelto al restaurante para buscar su colgante perdido en la primera pelea.
En cambio, en el establecimiento aseguran que la familia llegó de nuevo hasta allí de forma muy agresiva y que llegaron a agredir al responsable del restaurante, al que la Policía animó también a denunciar. Las diligencias del caso continúan abiertas.
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