Esculpiendo obras de arte con sonido
Después de formarse durante 5 años en EE UU, Lucía Marín ha dirigido, entre otras, la prestigiosa orquesta de RTVE
MÓNICA LOPERA
Miércoles, 1 de marzo 2017, 00:59
Ha vivido siempre tan pendiente de la música que Lucía Marín no se recuerda fuera de ese mundo. «Muchas veces cuento que yo veía los ... dibujos animados y las series infantiles como Barrio Sésamo o los Fraglee Rock porque me encantaban sus canciones», relata esta linarense que estudió con las Esclavas del colegio Sagrado Corazón de su ciudad y que recuerda que llegó un momento en que una profesora le dijo a su madre que o apuntaba a su hija al conservatorio o lo hacía ella misma.
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Eso fue cuando Lucía tenía 8 años y desde entonces fue completando de manera reglada sus estudios musicales, primero en Linares, donde uno de los profesores, José Morales, que es el actual director del Conservatorio, le dijo que tenía talento para dedicarse profesionalmente a la música. Después, se marchó al Superior de Sevilla y allí la linarense asegura que su profesora Pilar Bilbao le abrió a un mundo musical que ella desconocía y que le encantó.
En aquel momento, Lucía Marín no tenía ya ninguna duda de que su futuro profesional tenía que estar, sí o sí, íntimamente ligado a la música. Su instrumento de cabecera, por así decirlo, era el piano, el que había tocado desde que entró al conservatorio y que a día de hoy sigue sin abandonar. Había hecho colaboraciones, asimismo, con las bandas de música de Linares, algo que, reconoce, le abrió muchas puertas.
Como pianista, ganó el premio de la Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría y, posteriormente, decidió hacer el curso de dirección de orquesta con el director Enrique García Asensio en el Centro Superior de Música del País Vasco. «A partir de entonces, mi carrera, por suerte, fue creciendo a un ritmo muy bueno», comenta la directora de orquesta, que ganó el Premio Andaluces del Futuro, galardón que le sirvió como empujón para irse en el año 2010 a Estados Unidos a realizar un máster en la Universidad de Illinois, haciendo posteriormente estudios de doctorado que concluyó en 2015 en la Universidad de Kentucky. «En total, pasé cinco años formándome en Estados Unidos y creó que fue algo que me aportó muchísimo».
Tanto que a su vuelta Lucía Marín tuvo diversas oportunidades profesionales que, en ningún caso, pueden ser fruto de la casualidad. Así, dirigió la orquesta de Galicia, la de Córdoba y la de RTVE, esta última algo impensable para ella hace sólo unos años y que le ha supuesto grandes alegrías. «Para que te elijan como director invitado, se hace una selección entre una serie de perfiles, todos profesionales muy preparados, al final será una lotería que te elijan pero si no tienes la preparación suficiente ni siquiera puedes aspirar», comenta la linarense, que sabe bien qué es eso de competir, pues cuando estuvo en la Universidad de Kentucky logró una beca que se disputaban 90 aspirantes de todo el mundo.
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Ahora, una vez que finalizó el concierto de la RTVE el pasado mes de noviembre y que también ha trabajado con la Orquesta del Conservatorio Superior de Jaén, se prepara para debutar en el mes de abril en el Auditorio Nacional con la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid.
Gran responsabilidad
Y lo hace sabiendo que tiene una gran responsabilidad entre manos. «Los directores de orquesta somos escultores de obras de arte hechas con sonido que proyecta el compositor y que deja escrito en una partitura a la que hay que darle vida en el momento del concierto, subraya Lucía Marín, que deja claro que, al trabajar con emociones y sonido, «el fin último siempre es conmover y emocionar, primero a los propios músicos, porque si ellos no se emocionan es imposible que se lo transmitan al público», indica.
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Pero, ¿cómo es la rutina de un director de orquesta? Lucía explica que, aunque se mueve por todo el mundo, su residencia habitual la tiene fijada en Linares, donde pasa la mayor parte del día, cuando no tiene conciertos, estudiando. «El 70 u 80% de nuestro tiempo, los directores de orquesta lo dedicamos a estudiar cuál es la voluntad del compositor, analizando y trabajando la partitura desde todos los puntos de vista», señala Marín, que explica que si el tiempo de ensayo con una orquesta profesional para una actuación es de una semana, hay meses de preparación detrás que no se ven.
Pero, además, esta joven directora también tiene tiempo para desarrollar una labor pedagógica. Por un lado, ha creado el taller Living Ópera con el que intentar acercar la lírica a diversos puntos donde normalmente no llega y da también oportunidad a jóvenes cantantes líricos. Y, por otro, también da clases a jóvenes directores, que se reúnen una vez al mes en la localidad de El Cuervo (Sevilla) para compartir conocimientos y hacer prácticas con la Banda Municipal de la localidad.
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A tiempo completo
En realidad, dice Lucía, la profesión de director de orquesta y de músico en general no es algo que acabe cuando finaliza el horario laboral, como para la mayoría de la gente, «el músico lo es 24 horas, piensa y sueña música, no se lo puede quitar de encima», asegura la linarense, que no considera que haga ningún sacrificio por ello «porque hay una gran vocación detrás». «Para mí, hacer música es mi pasión y no entiendo la música si no es a través de la emoción humana», sentencia la directora de orquesta, que dice que su compositor favorito siempre es el que está estudiando en cada momento, pero que confiesa que siente especial debilidad por Brahms y por Puccini.
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