El salvavidas del hospital Virgen de las Nieves
Cuando el 28 de abril se fue la luz, el hospital tardó un minuto en conseguir la energía necesaria para atender casos urgentes y oncológicos
El gran apagón del pasado 28 de abril desató el caos en todo el país. Sin embargo, los hospitales continuaron siendo un lugar seguro. En Granada, el Virgen de las Nieves tardó apenas un minuto en obtener la energía necesaria para mantener en funcionamiento los servicios mínimos esenciales. Cuatro grupos electrógenos se activaron automáticamente para abastecer a todo el complejo hospitalario, que incluye el general, el Materno Infantil, Doctor Olóriz y Neurotraumatología. Los chares de Guadix y Alcalá la Real, dependientes de este centro, tenían los suyos propios. Se apoyó, además, a la comunidad terapéutica de Norte y al centro de transfusión sanguínea. A las 12.33 del lunes, por suerte, los tanques se encontraban hasta arriba de gasóleo. En este hospital, estaban preparados para seguir funcionando tres días más.
IDEAL ha tenido la oportunidad de adentrarse en las entrañas del generador que salvó las vidas de muchos granadinos que aquel día estaban siendo atendidos en el Virgen de las Nieves. Junto a los dos grupos electrógenos que se esconden bajo el túnel que conecta el complejo general con el Materno, la subdirectora de Servicios Generales, María Fernández, ha explicado que, nada más interrumpirse el suministro eléctrico, se activó el plan de contigencia. «Lo primero fue garantizar las instalaciones mínimas necesarias. El bloque quirúrgico con reanimación y quirófanos, la UCI, las plantas de hospitalización, los ascensores, hemodinámica y hemodiálisis. Por norma, los servicios básicos están siempre conectados a los grupos, por si acaso», ha apuntado.
Desde el apagón, Fernández estuvo en constante comunicación con los responsables de mantenimiento de todos los centros sanitarios dependientes de este hospital. Según ella, ninguno registró incidencia alguna. «La corriente eléctrica fue estable. Primero hubo un pico muy alto de energía y luego cayó la demanda. La gente apagó las luces y ajustamos los ascensores al mínimo para desplazar pacientes. Por la tarde, al ver que no volvía la luz, paralizamos consultas y nos centramos en lo estrictamente necesario», ha señalado. Fue la orden de la Consejería de Salud. Aquí, el primer paso ante la catástrofe fue firme. Precisamente el viernes anterior tuvieron una sesión técnica con simulacro de crisis.
«El proceso es complejo y simple a la vez. Nuestra labor es revisar la tensión y la frecuencia para asegurar que la red no se satura»
Manuel Mármol
Responsable de mantenimiento del Virgen de las Nieves
En emergencias, el generador se enciende de inmediato, solo, así está programado. El cartel que cuelga del techo lo deja claro: «Estas máquinas son de funcionamiento automático. No tocar». De todas maneras, junto a cada una un librillo explica cómo encenderlas manualmente si fuera necesario. «El proceso es complejo y simple a la vez. Nuestra labor es acudir de inmediato y revisar la tensión y la frecuencia para asegurar que la red está estabilizada y no se satura. Eso sí, una vez que salta, hay que ponerse equipo de protección y cascos para el ruido», ha explicado Manuel Mármol.
Como ellos, cada técnico del Virgen de las Nieves mandó mecánicos al rescate de pacientes que podían haber quedado atrapados en ascensores y llamó a Endesa. «Es el procedimiento habitual. No es la primera vez que hay un fallo, aunque sí de esta envergadura. Todos los hospitales están conectados a un anillo de alta tensión. Si falla, se pide aislamiento a Endesa y entra electricidad por un sitio o por otro. Esta vez no fue así. ¿La ventaja? Que los depósitos estaban a tope», ha subrayado Pepe García.
Sin previsión
La estabilización del consumo electrónico permitió que acabaran las operaciones más urgentes. Después, a la vista de que no había previsión de recuperar el suministro eléctrico en las próximas horas, se suspendió la programación de tarde. Aunque había energía suficiente para cuatro o cinco días de ropa sin que funcionara la lavandería, Francisco Zafra pidió apoyo al Granada CF. El club, que mantiene una estrecha relación con el hospital, cedió uno de los grupos electrógenos de Los Cármenes. No hizo falta usarlo. Además, a media tarde, un camión rellenó el combustible consumido hasta el momento.
«Comprobamos los generadores cada hora. Había que subir pacientes a la sexta planta, dar apoyo a cocinas, que los celadores pudieran ir adaptando espacios...»
Pedro Lara
Responsable de mantenimiento del Virgen de las Nieves
La afluencia de pacientes fue creciendo a medida que pasaban las horas. Desde residencias y domicilios particulares llegaron a Urgencias hasta cincuenta personas electrodependientes. Hubo que habilitar una zona de reanimación para oxigenoterapia. «Comprobamos los generadores cada hora. Había que poder subir a los pacientes a la sexta planta, dar apoyo a las cocinas, que los celadores pudieran ir adaptando espacios y mantener activo el hospital de día de Cardiología, por ejemplo», ha comentado Pedro Lara.
A los mandos de Guadix y Alcalá la Real estuvo Miguel Ángel Castillo. Con él, fueron cinco los técnicos que el 28 de abril garantizaron que las vidas de miles de granadinos estuvieran a salvo. Siempre pendientes de los armarios de emergencias por si hacía falta una alargadera para enchufar lo que fuera directamente al generador, afrontaron 'walkie-talkie' en mano una jornada histórica que, lejos de quedarles grande, revalidó su capacidad de salir adelante y les hizo echar menos, como a todos, la radio de toda la vida, a pilas.
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