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Toneladas de restos de alga asiática en la playa de Los Lances, en Tarifa. Efe

La Junta lanza un plan para controlar y transformar en recurso el alga asiática

La Costa de Granada, «colonizada» en seis años por la 'Rugulopteryx okamurae', afronta daños para el medio ambiente, la pesca y el turismo

Inés Gallastegui

Granada

Domingo, 24 de agosto 2025, 23:53

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El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó el 23 de julio el 'Plan de gestión frente al alga invasora 'Rugulopteryx okamurae' en la costa andaluza', que establece medidas para el seguimiento, control y aprovechamiento de biomasa de la más conocida como alga asiática, que ha colonizado el litoral de la comunidad autónoma desde Cádiz hasta Almería en apenas diez años. La proliferación de esta especie exótica, admite el Gobierno andaluz, es «uno de los mayores retos medioambientales del medio marino en el sur de Europa», pero además tiene un serio impacto en la pesca –ya que desplaza a la flora y la fauna marina autóctona y destroza las artes de pesca– y en el turismo, porque la acumulación de arribazones en las playas estropea la imagen del destino y molesta a los bañistas.

Lo novedoso de este plan es que levanta la prohibición de sacar provecho económico de una especie invasora –establecida por ley para evitar su multiplicación intencionada– y trata de convertir un residuo molesto –los restos orgánicos se pudren por toneladas en las playas– en un recurso: economía circular en estado puro. Se hará, en todo caso, bajo la autorización y la vigilancia de la administración autonómica.

La elaboración del plan de gestión por parte de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta responde al requerimiento de las autoridades comunitarias primero y el Ministerio de Transición Ecológica después ante la llegada al litoral europeo de esta especie de rapidísima reproducción procedente del Pacífico norte, probablemente a través del tráfico marítimo. Portugal, Francia e Italia son otros de los países afectados, tras ser detectada por primera vez en 2016 en el Estrecho de Gibraltar.

Ejes del plan de gestión

Ejes del plan de gestión
  • Seguimiento El plan contempla un sistema de monitorización, vigilancia y cartografiado actualizado, que permitirá la detección precoz del alga en las zonas aún no colonizadas y un conocimiento preciso del alcance de la invasión y su impacto en el entorno.

  • Investigación Impulsará la investigación científica, «fomentando proyectos que permitan avanzar en el conocimiento de la biología, ecología y comportamiento del alga», para así «mejorar la capacidad de respuesta ante los efectos ecológicos y socioeconómicos» de la invasión de 'Rugulopteryx'.

  • Protección El texto recoge medidas destinadas a minimizar el impacto de esta especie sobre la biodiversidad marina y proteger especies autóctonas, hábitats amenazados y espacios protegidos.

  • Manejo El documento detalla los protocolos específicos para la retirada, el manejo y la inactivación de la biomasa del alga invasora, con el fin de evitar que, durante las labores de limpieza o eliminación, se disperse aún más. Hay que tener en cuenta que 'Rugulopteryx okamurae' se reproduce por vía sexual y asexual, de modo que cualquier pequeño fragmento puede formar un nuevo individuo adulto. Estos protocolos incluyen el procedimiento para la recogida de la biomasa en playas y puertos, su transporte en envases estancos y la desinfección de los contenedores en los que se deposita, por ejemplo.

  • Valorización El documento contempla la posible valorización de los restos inactivados, es decir, su aprovechamiento como materia prima para nuevos usos, como el compostaje o la producción de fertilizantes. «Esta medida contribuye a reducir el volumen de residuos y puede suponer un alivio para los sectores más afectados por la invasión, aportando soluciones sostenibles desde el punto de vista ambiental y económico», subraya la Junta.

  • Información Una de las líneas estratégicas del plan está orientada a la educación ambiental, la sensibilización social y la formación. Así, toda la información sobre el alga, incluidos los mapas actualizados, se pondrá a disposición de la ciudadanía a través de la Red de Información Ambiental de Andalucía (Rediam) y el Portal de Información Ambiental. También se promoverán campañas divulgativas destinadas tanto a sectores productivos como a turistas y población general.

«Su expansión ha causado cambios ecológicos sin precedentes. Las masas de alga desplazadas por las corrientes se acumulan en playas y puertos, alterando los ecosistemas y afectando negativamente tanto a especies autóctonas como a hábitats protegidos», subraya la Junta.

Si el plan nacional para su control se denominó en 2022 'Estrategia de gestión, control y posible erradicación del alga asiática', la eventualidad de eliminarla de nuestros mares está ya totalmente descartada. A lo más que aspiran ahora los científicos que la estudian es a que, a la vuelta de unos años, su presencia se haya naturalizado, otras especies frenen su crecimiento descontrolado y deje de ser tan dañina para los ecosistemas marinos.

Aunque la zona del Estrecho de Gibraltar es la más afectada por la invasión de esta especie procedente de aguas de Japón,China y Corea, la provincia de Granada no es una excepción. Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad explican a esta redacción que el alga, que se asienta en suelos y acantilados de roca, aunque también sobrevive libre en la corriente, fue detectada por primera vez en el Estrecho en 2016, en 2017 en las costas de Málaga y en 2019 en Granada y Almería.

Espacios protegidos

Dos años después, ya había invadido espacios protegidos como las zonas de especial conservación (ZEC) de Calahonda-Castell de Ferro y la Punta de la Mona, en el Paraje Natural de Maro-Cerro Gordo (Almuñécar) y en las praderas de posidonia de Cala Chilches (Albuñol) y Melicena (Sorvilán). En 2022, nuevas observaciones del alga tuvieron lugar en Punta de Jesús, en la playa sexitana de Velilla, y en las posidonias de Playa Cambriles (Gualchos-Lújar), y en 2023, en la ZEC de Tesorillo-Salobreña, a 28 metros de profundidad, «sobre estructuras abandonadas de cultivos de moluscos».

«En 2024, se observa 'Rugulopteryx okamurae' en el Puerto de Motril, poniendo de relieve que el litoral de esta provincia ha sido prácticamente colonizado por esta especie invasora en escasos años, desde Los Yesos en el extremo más oriental hasta Maro-Cerro Gordo en el más occidental», concluye la Consejería.

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