Un mar de dudas en Almuñécar por el 'brexit'
Ingleses afincados en la Costa explican cómo se han adaptado al divorcio británico en una era en la que la Covid-19 dilata la obtención de la residencia y complica los viajes al Reino Unido
Pilar García-Trevijano
Granada
Lunes, 11 de enero 2021, 00:24
La salida definitiva de Reino Unido de la Unión Europea con la llegada de 2021 ha ocasionado algún que otro quebradero de cabeza entre la población británica que reside en Almuñécar. Muchos han encontrado en este destino de la Costa Tropical su hogar y desde que comenzó el divorcio inglés buscan la letra pequeña del acuerdo para ver cómo afectará a sus vidas. El nuevo año ha traído para algunos papeleo e incertidumbre. Cambios en sus cuentas bancarias, tasas, sanidad, compra de viviendas, convalidación de títulos académicos, búsqueda de empleo… Pero sobre todo confusión acerca de los certificados de residencia, confusión incrementada por la pandemia que dilata cualquier trámite. Los afectados tratan de resolver –o bien por su cuenta, con asesoramiento externo o con ayuda de la embajada británica– este entuerto.
El municipio sexitano cuenta en total con 25.927 habitantes, según el INE, de los que, de acuerdo con el Ayuntamiento de Almuñécar, 4.000 son extranjeros y en su mayoría británicos. Vecinos como Chris Wiseman, ingeniero jubilado de 56 años de edad. Chris, originario de Yorkshire, se mudó en septiembre de 2019 a España y no dejará la Costa Tropical hasta estar seguro de que no va a tener ningún problema para volver.
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«No me voy a mover de aquí hasta que no esté clara la situación con los permisos de residencia y qué documentación hay que presentar por si acaso luego no puedo volver a mi casa. Hay un pequeño vacío legal que aún no se ha solventado y no está escrito claramente qué debemos acreditar en los aeropuertos y aerolíneas para constatar que somos residentes aquí», lamenta. «Quiero a mi familia, pero si tengo que visitar Reino Unido será por una situación más que justificada», añade.
Las aerolíneas comenzaron a negarse a aceptar los permisos de residencia temporal (conocidos como Green Card) como prueba de residencia, a pesar de que tanto las autoridades españolas como las del Reino Unido han apuntado que siguen siendo válidas. Las aerolíneas sólo aceptarían la nueva tarjeta, Tarjeta de Identidad de Extranjería (TIE), que reconoce todos los derechos adquiridos en España, ya que si en los controles fronterizos encuentran algún pasajero que no puede justificar el viaje reciben una cuantiosa multa, según explica el afectado. «Cuento con la 'Green card' y no la cambiaré de momento. Cambiarla ahora por la TIE es complicado porque hay que esperar mucho y los servicios están un poco saturados. Hay mucha gente intentando obtener la TIE para mudarse a España. La pediré más adelante. La Green card es perfectamente válida, deshagamonos de la confusión para que la gente no entre en pánico», dice con serenidad.
Wiseman ha vivido en sus propias carnes el maremagno de papeles que hay que tramitar para adaptarse a la era post Brexit. Una de las mayores dudas que se le presenta ahora es qué pasa con el permiso para conducir. «Tengo un permiso de conducir español, pero todavía no estoy seguro de qué documento necesitaré si conduzco al Reino Unido. Acabo de recibir un correo electrónico del gobierno del Reino Unido en el que se indica que ha cambiado la norma en el reciente consejo sobre conducir en la UE después del Brexit. Me pregunto cuántos cambios más se producirán en los consejos ya dados. Ninguno de nosotros quiere infringir la ley», lamenta. «Si puedo o no traerme el coche es algo que no está claro y creo que los británicos que vengan con su vehículo de vacaciones o a pasar largas temporadas les pasará lo mismo», manifiesta. La normativa general sobre permisos de países no comunitarios y los permisos expedidos por las autoridades británicas habilitarán para conducir en España durante seis meses desde la entrada de su titular en el país o desde la fecha de obtención de la residencia legal, pero cómo regularizar la situación después es algo que a Wiseman y a otros británicos se les escapa. «Son muchos cambios y creo que los dos gobiernos intentarán ponerlo fácil», afirma esperanzado. «Mis conocidos de Almuñécar que no tienen la residencia están agobiados porque no podrán pasar más de 90 días en Granada. Antes de volver tienen que pasar 90 días en el Reino Unido».
Otras de las cuestiones que persigue a este jubilado es saber cómo podrá administrarle la vacuna. Su tarjeta sanitaria europea caduca y tiene contratado un seguro privado, pero desconoce cómo podrá recibir la dosis que le corresponda y si tendrá que pagar por ello.
Hannah, británica de 47 años de edad, ha comenzado a tramitar su residencia. Esta inglesa, que procede de una zona cercana a Londres, aterrizó en Granada en julio para visitar a su madre, fallecida recientemente y que fue vecina del municipio sexitano durante 27 años. «En este momento no sé cuánto voy a quedarme. Tendré que irme y después volver para tener residencia permanente, pero aun estoy en el primer paso», explica.
«Falleció mi madre y tuvimos que emprender muchos trámites antes del Brexit para no pagar impuestos de herencia y no lo logramos del todo por los retrasos en los plazos que ha generado la Covid-19. En este año van a tratarnos como si no estuviéramos en Europa. Tenía que pedir la residencia rápidamente para vivir conforme la ley española. Ahora hay que tener seguros médicos de salud antes de pedir el permiso y se han encarecido. Hay que pagar ciertas tasas después del Brexit», cuenta. Ha trabajado por todo el mundo como cooperante en una ONG y le preocupa tener dificultades a la hora de optar a un empleo.
«No va a ser igual de fácil contratar a un ciudadano de la Unión Europea que a un inglés», asegura. Entre sus amigos hay desasosiego por sus negocios con los cambios de valor que creen que experimentará la libra, al igual que por sus cuentas bancarias, que están sujetas a modificaciones. Servicios que antes resultaban simples y que les genera dudas. Manifiesta que tanta información que ha circulado estos años sobre el divorcio británico ha fomentado que sus compatriotas no tengan los procedimientos claros y perciban los cambios como un obstáculo, pero confía en que con el tiempo disipe las dudas se disipen y lasdemoras que ha causado el coronavirus.
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