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José Antonio, azadón al hombro, cambió el sector «agresivo» de la construcción por el trabajo también duro del campo, «pero mucho más reconfortante». Alfredo Aguilar

La campaña te lleva al huerto

De espaldas a la campaña ·

La vuelta al campo, con todos sus beneficios, es extraña en esta ronda electoral que también pretende seducir al votante | «Los ayuntamientos deben mirar siempre hacia la Vega. Pero nada de campañas, porquelas de los políticos son palabras vacías»

Domingo, 19 de mayo 2019, 00:38

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Ha cambiado el tiempo pero la campaña de las municipales sigue su curso como lo hace el río Genil en su suave discurrir por Granada y su Vega. Sopla frío serrano en la Ruta del Colesterol y el agua de la Fuente de la Bicha está especialmente fresquita. Entre la frondosidad de los árboles que escoltan al río y al paseo se cuelan rayes del sol que parecen hoy de invierno enfermo, no pican, no calientan.

Da igual. En el Huerto del Abuelo Cebolleta todo quisqui va con la camisa semiabierta y las mangas remangadas. El campo es salud. La tierra es sana. Sus frutos son buenos. En el nuevo arquetipo social, los huertos de alquiler se encuentran en la cúspide. Seducen, como lo intentan también los candidatos. Todos quieren llevarte al huerto.

Jose Antonio Sánchez Rojas es el impulsor del Huerto del Abuelo Cebolleta. Dice que tuvo «la suerte de viajar» y descubrir a pasión por los huertos. «He estado en Inglaterra, Alemania, Holanda y vi lo de los huertos, pero aquí no existían. Había algo en Baleares y algo en Cataluña. Se hablaba del tema en Madrid, pero en Andalucía no había nada de nada».

Con la crisis en 2008 cerró su empresa de construcción, «y menos mal que la cerré». Estuvo trabajando en Cádiz «y pensaba en esta tierra, aquí en Cenes, que era de mi padre y que estaba improductiva». Respecto al nombre, «siempre le he dicho a mi familia que somos la familia Cebolleta y mi hija pequeña me dijo que por qué no le ponía el nombre del abuelo Cebolleta al huerto. Resultó un nombre que se queda en la retina de la gente».

Respecto a la organización, son una asociación de agricultores –Asociación Agroecológica del Huerto del Abuelo Cebolleta–. «Estamos al 95% de ocupación. Es una hectárea y hay ya ochenta socios con alguna parcela de huerto. Hay de dos tipos de sesenta metros y de noventa metros. El de noventa vale treinta euros al mes y el de sesenta, veinte euros al mes.

Tomates perfectos

José Alberto, el secretario de la asociación, explica que «una mata de tomate da cinco kilos perfectos en la temporada de tomate. Tengo sesenta matas en cuarenta metros cuadrados y son trescientos kilos de tomates». Ahora habla de las patatas:«Hay que multiplicar por diez lo que plantas. Si siembras diez kilos tienes cien kilos de papas y dos cosechas al año, de febrero a junio y luego de agosto a diciembre».

Su hijo «es de Podemos y sí se ha interesado por nosotros y nos pide opinión. Pero esto no se puede parar, lo de los huertos. Todos los partidos están por la ecología y saben que esto es el futuro. Pero no ayudan». La ecología, siempre presente. «Aquí solamente se genera basura orgánica. Y luego tenemos para las latas y los plásticos nuestra basura propia y la reciclamos. Pero la basura orgánica que generamos nos sirve como compost para luego abonar. Aquí no hay química, cultivamos lo ecológico».

Hablando de política, el Ayuntamiento de Cenes tiene huertos que son semigratuitos, «por eso aquí los clientes son de Granada. Bueno de Granada y vascos y australianos y alemanes. Hay gente de todo el mundo». «Aquí viene la gente porque asesoramos y aseguramos la cosecha. Hay servicios de fumigación, el club para comer y tapear, y los huertos más cerca que hay en Granada están en la Vega por la zona de Hipercor y tienes que andar 1,5 kilómetros. Aquí tenemos agua continua y puedes sembrar todos los días a la semana, porque somos comuneros de la acequia del Cadi, la más antigua de Granada. En la ciudad solo puedes regar cuando te toca, una vez a la semana y en su horario».

Y siguen con la política. «Los ayuntamientos deben mirar siempre hacia la Vega. Pero nada de campañas de esas en plan 'Salvar la Vega', porque se ha demostrado que las de los políticos son palabras vacías. Se apuntan todos los partidos, pero no se protege al agricultor y se destroza la Vega».

Tienen soluciones:«Para salvar al agricultor hay que protegerlo. Y empiezan a encadenar todas las nuevas modas y teorías sobre salud y tierra y cambio climático:«Hay que apostar por el kilómetro cero para el consumo de los alimentos. Yde eso no habla nadie en la campaña. El alimento debe ir directo, lo más posible, de la tierra a la mesa. Ysin embargo, tarda una semana y llega envuelto en plástico». Una vez más, las municipales se olvidan del campo, de la Vega. Están más ocupados en una campaña que te lleva al huerto. Al otro huerto.

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