Unicaja Costa de Almería, a rodear el árbol y ver el bosque

En la retina está la Supercopa de España, disputada hace un mes en el mismo escenario, pero en el camino hasta el ahora ha habido una mejoría notable en el rendimiento de este nuevo proyecto ahorrador. Se han perdido los dos últimos encuentros, los que sumados a aquel primer título suponen tres derrotas en los cuatro partidos oficiales. Y, de nuevo, a nadie escapa que no sido habitual una racha así ni para el club ni para la afición. Por ello, se toma como una prueba de fortaleza, de unión y de capacidad de superación para ambos. Un año tras otro se ha insistido, con respeto a la SVM, en que el primer objetivo es conseguir la clasificación para la Copa del Rey, y este año se ve más claro que antes.

Unicaja Costa de Almería está justo en el límite, pero es que Melilla Sport Capital viene un escalón por atrás, en la novena plaza de la clasificación, por lo que el partido se ha transformado de uno a más a uno con ciertas urgencias. Ni para un equipo ni para otro supondrá mayor cosa perder o ganar, porque quedará todavía mucha fase regular, pero mejor dejar de lado el malestar y trabajar más tranquilos con el 'apoyo' de una victoria. Eso sí, los melillenses ya son campeones este curso y los únicos que optan a un triplete, lo primero como alivio y lo segundo como presión a su perspectiva del resto de la temporada. Los ahorradores han recuperado a Juanmi González y el capitán, imagen de la autoexigencia, va una marcha por encima para tirar del carro.

En cuento a Melilla Sport Capital, tuvo varias incidencias en su último partido, el domingo pasado en casa, frente a Pamesa Teruel. Fueron los aragoneses con un punto nada más y dos derrotas al Javier Imbroda e hicieron saltar la 'banca'. Antes, los de Salim Abdelkader habían perdido en Gran Canaria frente a la plantilla más poderosa, la de un Guaguas que ahora ha caído eliminado de una Challenge Cup en la que todavía no han participado porque el inicio lo tienen en segunda ronda. Su rival en esos dieciseisavos de final es un polaco y la disputa de los encuentros, ida y vuelta, será en noviembre comenzando fuera. El futuro debut europeo seguramente estará afectando a los ciclos de preparación melillenses.

El cerebro del conjunto norteafricano es Martín Riganti, con galones y con experiencia –una 'supuesta' lesión cambió el primer set de la Supercopa–, al que no le costó 'mandar' en la Supercopa para hacer suyo el ritmo del partido. Como gran estilete, su compatriota Martina, opuesto letal cuyas actuaciones frente a Unicaja Costa de Almería son brillantes por sistema. La seguridad atrás la aporta el líbero internacional Unai Larrañaga y, a partir de ese triángulo, las demás piezas son, como fijos, los centrales Jean Pascal Diedhiou y David López, aunque hubo movimiento el choque anterior y hay más de movilidad en receptores. Giustiniano igualmente juega, de modo habitual, 'extra motivado' ante los almerienses, si bien la pareja titular en el partido del pasado fin de semana ante Pamesa Teruel fue la formada por el argentino Nacho Luengas y el macedonio Balsa Radunovic.

Mimoun sustituyó a Jean Pascal en el tercer set y a David López en el cuarto durante un encuentro en el que Salim Abdelkader movió más banquillo de lo habitual. El capitán Mika Tahiri solo salió al saque en la primera manga, se dio algo de protagonismo al joven Ruda en la tercera y la cuarta y también apareció puntualmente en pista el colocador Frander. Tan solo se quedó sin jugar el líbero suplente, El Messauoudi, en el 1-3 con remontada turolense de amplias rentas, incluso acabando con un 13-25 para sacarse la espinita del 12-25 encajado en Los Planos contra Río Duero Soria. En el Javier Imbroda Melilla había ganado en la jornada 1 a Manacor por 3-0 y un 25-7 brutal como cierre del encuentro.

En encuentro será dirigido por el madrileño Francisco Sabroso y por el alicantino Rafael González, con inicio previsto a las 19.30 horas de este sábado, correspondiente a la 'solo' cuarta jornada, pero con los tintes habituales de los dos últimos años entre ambos. Una rivalidad 'nueva' ha irrumpido con mucha fuerza, haciendo que los enfrentamientos sean 'eléctricos' sobre la pista. El club melillense salió reforzado de la pandemia una vez que había tocado fondo al concluir último de la fase regular en el momento en el que, en 2020, fue suspendida, con el descenso matemático a Superliga 2 consumado. Desde entonces se redobló la ambición, se acertó con los fichajes y llegó la 'era argentina' al Imbroda.

En la plantilla blanquiverde hay ganas de empezar a demostrar los síntomas del trabajo diario, con la aportación, cada vez más importante de un Juanmi González que es el hombre del equilibrio. El onubense es un jugador que, además de capitán, demuestra su liderazgo en la pista. Recuperando la forma perdida como consecuencia del esguince de tobillo sufrido en el primer partido de pretemporada, aún no está al nivel que se le espera y que él mismo desea, seguro que su presencia será para mejorar el comportamiento del equipo.