BM Roquetas revive a un rival directo

Uno de ellos, el Soliss BM Pozuelo, fue precisamente ante el Costa de Almería. Las manchegas empezaron la segunda vuelta igual que la primera, venciendo al BM Roquetas, que hasta el momento es el único conjunto de la División de Honor Oro al que han ganado. Las lesiones de jugadoras clave lastraron a las del Poniente, que vieron desde un inicio como las visitantes les tenían tomada la medida. Una dinámica, que con sus más y con sus menos, se mantuvo durante gran parte del encuentro.

El guión de partido no fue ni mucho menos el esperado. Si bien en el Pabellón Infanta Cristina se dieron cita dos rivales directos por la salvación, el arranque de partido estuvo marcado por la superioridad de las de Pozuelo de Calatrava. Ya desde la primera posesión nada le salió bien al conjunto roquetero. Su juego estéril en parado y sus imprecisiones en acciones de mano a mano con la meta rival terminaron por despertar una desesperación y ansiedad que se tradujo en una frecuencia demasiado elevada de errores no forzados.

En clave rojinegra, la gran protagonista fue su portera, Paula Quiles, que se agigantó para pararlo absolutamente todo en los primeros diez minutos de partido. De hecho, Agustín Collado se vio obligado a frenar el encuentro tras un inapelable 0-5 de salida. Y es que aún con la abultada desventaja, las sensaciones indicaron que el BM Roquetas se podía dar con un canto en los dientes de que la sangre no fuera mayor. El juego combiativo de unas, se anteponía al caos ofensivo de otras, que solo encontraron un camino hasta la red rival, los siete metros. Desde la línea, precisamente, estrenaron su casillero a los 14 minutos de partido. Pese a los ajustes del técnico almeriense, la adelantada defensa de las visitantes desconectó a las mejores piezas locales. Entre ellas, Marta Ontiveros, la máxima goleadora de la competición, que ni mucho menos firmó su mejor partido pese a anotar cuatro tantos.

El ritmo que quisieron imprimir desde un inicio las manchegas descarriló a un Costa de Almería que no fue capaz de salir de la presión. Sin embargo, cuando parecía que el partido estaba bajo control, el Pozuelo empezó a pagar la propuesta de juego tan agresiva y propositiva lanzada sobre el tapete. Pasado el ecuador de la primera parte el bajón físico de las de Eusebio Angulo permitió que el BM Roquetas se metiera en partido al contraataque y aprovechando que sus contrincantes no generaron grandes ventajas. Tal fue así que la primera parte se cerró con un 9-10 en el luminoso.

Ya sí. Tras el paso por vestuarios los espectadores disfrutaron del partido de tensión prototípico entre dos equipos que se juegan la categoría. Desaparecieron los riesgos. Ambos conjuntos firmaron con sangre para mantener la dinámica de partido impuesta, pero las de la provincia de Almería fueron las que menos resultados obtuvieron y no lograron siquiera conseguir la igualada en el marcador.

El cansancio, ahora el anímico, terminó por descarrilar a las de casa. Pagaron cara su juventud y no supieron interpretar un tramo de partido en el que subió la temperatura y ambos equipos contaron con superioridades numéricas. En esa coyuntura el Pozuelo de Calatrava cogió una renta suficiente, 16-20, para sobrevivir los últimos cinco minutos en los que el partido se embarró y sumar así su segundo triunfo del curso. Como punto positivo, las almerienses mantienen su noveno puesto pese a la derrota.