Jairo Ruiz se baña en plata bajo el sol deLos Angeles

Los mejores de la disciplina se dividieron entre Inglaterra y Estados Unidos. La prueba celebrada en Londrés fue, como era de esperar, la de mayor nivel. Con los focos y los puntajes que ofrece una Serie Mundial los referentes en la disciplina quisieron demostrar quien tenía las astas más afiladas en un punto crucial en la carrera por París. Fue aquí cuando apareció la picardía y sabiduría de Jairo Ruiz, que quiso ver desde la barrera como sus contrincantes se restaban opciones los unos a los otros e ir a por otra gran cita en la que asegurar una posición de privilegio.

Todo estuvo estudiado al detalle. El representante de la provincia fue muy consciente de que un tercer puesto en una Copa del Mundo valida más que terminar en una octava posición de cualquier serie mundial. Con todas las cartas sobre la mesa, escogió el camino fácil e inteligente: competir en Long Beach. A la vista de todos está que fue una decisión acertada. Después de quedar segundo en otra Copa del Mundo, en este caso en la que fue celebrada en La Coruña, repitió éxito ante los mejores competidores americanos de paratriatlón.

Aunque a veces Jairo Ruiz intenta engañarnos y hacernos pensar que el nado es su punto flaco, la realidad no dice lo mismo. Está de dulce. Ya en las aguas gallegas, en el Océano Atlántico, salió a tierra firme el cuarto, y en la Bahía de San Pedro la historia no iba a ser muy diferente. El almeriense se desenvolvió como pez en el agua en los mares del Pacífico, y después de bordear hasta en dos vueltas obligatorias Grissom Island, parte de uno de los archipielagos artificiales más surrealistas del planeta, llegó a la arena en tercera posición. Atendiendo a su historial de remontadas cuando el asfalto entra en juego, los allí presentes sabían que esto no iba a terminar nada mal para la expedición española desplazada hasta uno de los rincones más icónicos del área metropolitana angelina.

El propio paratriatlea, consciente de que caminaba en la senda de la victoria, voló en el primer tramo de intercambió. Nadie pasó del bañador a los pedales más rápido que él, e incluso le recortó ahí 13 segundos a un Ruiter Antonio Gonçalves que perdió el liderato en el intervalo y cayó hasta la tercera posición. Ya encima del sillín, el almeriense empezó a pedalear en segunda posición, con tan solo el húngaro Bence Mocsari por superar.

Los 20 kilómetros en bicicleta se disputaron con un enclave único como circuito. Los participantes tuvieron que dar tres vueltas alrededor del Puerto de Long Beach, cruzando por los puentes gemelos de Queensway sobre el glamurosos río de Los Angeles. En ese enlace arterial de la bahía Jairo Ruiz consiguió el objetivo y adelantó a su último escollo por el liderato, pero como una exhalación apareció uno de los mejores del mundo para aguarle las esperanzas por el oro, Chris Hammer. El dos veces cuarto clasificado en los Juegos Paralímpicos, se mostró inalcanzable y fue el mejor en las dos ruedas con más de un minuto de diferencia sobre Jairo Ruiz, segundo.

De nuevo, el abanderado indálico fue el más veloz a la hora de cambiar la bicicleta por las deportivas y afrontó los cinco kilómetros de carrera como líder, sin nadie por delante. Eso sí, muy cerca estaba de nuevo el estadounidense, que con un motor incansable pudo dejar atrás al español y llegar solísimo para romper la cinta del ganador en la línea de meta. Un minuto más tarde y a mucha distancia del tercer clasificado paró el cronómetro Jairo Ruiz, que cumplió con el objetivo de subirse al podio bajo el sol de California. Con la medalla de plata ya colgada en el cuello, da un buen salto en su pelea por llegar a París y reafirma también su gran estado de forma.