Buena imagen y mal resultado en La Rioja

En la otra cara de la moneda quedan las chicas de Agustín Collado, a las que se les está poniendo demasiado cuesta arriba la temporada. En una dinámica derrotista, las lesiones de Carmen Martín y Gemma Sánchez lastran a un equipo que tampoco pudo contar con Sonia Fuentes en este último compromiso por motivos laborales. Con tan solo 12 jugadoras disponibles las de la provincia de Almería se presentaron a una de las pistas más complicadas de la División de Honor Oro, que desde el primer instante les hizo saber de su dificultad.

Apenas contaba tres posesiones el choque cuando las locales ya habían impuesto su ritmo físico. La bienvenida a Logroño fue muy dura, con un listón defensivo difícil de quebrar y que tuvo sin goles a las roqueteras durante los siete primeros minutos. Mientras que en el otro lado de la pista, las de casa apostaron por la profundidad, amenazando constantemente con sus laterales y estirando vez tras otra a las rojiblancas.

El guión de partido apuntaba a tarde para el olvido. Con un 5-1 de salida a favor de las riojanas a Agustín Collado no le quedo más remedio que frenar la sangría y darle un respiro a sus jugadoras con un tiempo muerto. Tras el jarro de agua fría y con los ajustes pertinentes, el BM Roquetas empezó a generar más problemas en la defensa del Grafometal, aunque no consiguió frenar el ritmo anotador de sus rivales. Pese a la mejoría, la diferencia entre los dos equipos se mantuvo patente en la pista y en el electrónico.

No obstante, las fuerzas se igualaron hasta tal punto que en más de diez minutos la mayor de las ventajas no superó los cinco tantos, ni la menor bajo de los cuatro. En ese contexto y con el hambre que caracteriza a todo gran equipo, Juan José González detuvo el juego para volver a retocar su disposición táctica. Y vaya que si lo hizo. Las de casa firmaron un 4-0 de parcial y abrieron una brecha que al final de la primera parte, por juego y sensaciones, parecía insalvable.

Aún con todas las complicaciones, las del Poniente no le perdieron en ningún momento la cara al partido. Más bien todo lo contrario, su salida de vestuarios fue una oda a la actitud. El Club Balonmano Roquetas sacó su versión más afilada y vertical para tratar de cambiar el decorado de un encuentro feo, y lo consiguió. Sin grandes desbarajustes en el electrónico, las visitantes vendieron cara su piel y obligaron al Grafometal La Rioja a pisar el acelerador durante lo que se prometía como un final de partido tranquilo y sin sobresaltos.

De hecho, con tiempo muerto local de por medio, las visitantes redujeron en tres puntos de diferencia lo que por momentos fueron ocho. Con la velocidad y un juego asociativo de escándalo como principales argumentos, lograron incluso ilusionarse con la remontada. Sin embargo, enfrente tenían a uno de los más tenaces contrincantes de toda la División de Honor Oro, secundado por su afición, que remató el trabajo con un impecable final en los disparos lejanos. Nombres como Lorena Pérez Alonso y Marina González Marín pusieron la guinda a un trabajado pastel.

El Costa de Almería regresa a la provincia con otra derrota. Suma así su séptima jornada consecutiva sin saborear la victoria, unos malos resultados que se ven reflejados en la clasificación. Con el primer batacazo de 2024 apuntado ya en las cuentas, las rojiblancas se acercan peligrosamente a los puestos de descenso y caen a la antepenúltima posición antes de afrontar un tramo clave del curso.