El Orfeón Santo Reino, 72 años siendo el embajador musical de Jaén por el mundo
Unas 40 voces mixtas forman parte de este coro polifónico que ha actuado en el Vaticano y las principales capitales europeas y españolas
Ascensión Cubillo
Jaén
Domingo, 2 de febrero 2025
«Será su voz que no rompe el silencio, serán sus ojos que lo tiñen de azul. Será que en el viento a veces recuerdo ... que estuve allí y volví porque no estabas tú». El Orfeón Santo Reino de Jaén comienza el ensayo con 'Notas de espuma', una habanera compuesta por Daniel Báñez, tras haber calentado previamente la voz y el son cubano inunda la sala CajaSur de la avenida de Madrid de la capital.
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El ambiente que se respira aquí es de camaradería porque llevan muchos años juntos y más que compañeros se consideran amigos. Comparten amor y afición por la música y en torno a ella han creado una familia que rebasa los lazos sanguíneos. Entre sus componentes hay profesionales de la sanidad, empleados de telefonía y banca, docentes, amas de casa y agricultores, entre otras ocupaciones, algunos de ellos ya jubilados. La horquilla de edad se mueve entre los 40 y los 80 años.
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Cuando terminan de cantar 'Notas de espuma', el director busca la partitura de 'Go down, Moses', un tema en inglés con arreglos de Olive J. Williams. Para Antonio José Molina es su tercera temporada al frente del Orfeón Santo Reino. Tiene estudios de piano y canto, pero además ha pasado por rondallas, bandas de música, coros rocieros y parroquiales e incluso un grupo de rock celta. Toca también el acordeón, el saxofón y el trombón.
«El primer coro polifónico que escuché en directo en mi vida fue precisamente el Orfeón. Tendría unos 15 años», recuerda Molina. La experiencia fue tan sorprendente y gratificante que empezó a interesarse por este mundo, hasta el punto de que cuando ingresó en la Universidad de Jaén entró a formar parte del coro que montó el profesor Pedro Jiménez Cavallé, ahora director emérito del Orfeón, a quien considera su maestro de coro porque aprendió mucho con él. 30 años después lo llaman para dirigir el Orfeón y el círculo se cierra.
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El ensayo al que asiste IDEAL avanza y de 'Go down, Moses' saltan a 'Bullerengue', un ritmo colombiano con poesía de Jorge Artel y música de José Antonio Rincón. La versatilidad es, sin duda, uno de los puntos fuertes del Orfeón Santo Reino. En su repertorio hay música tanto religiosa como popular. «Hablamos de un coro con muchísimas experiencias y eso se nota porque cantan con aplomo y seguridad», destaca Antonio José Molina.
Experiencias personales
La formación actual se compone de unas 40 voces mixtas. En el equipo de los veteranos están Ildefonso Quesada, conocido aquí como Alfonso, Rosa Rivas, Paqui García y Luisa Dávila.
Alfonso y Rosa llevan 48 años. Este matrimonio entró en el Orfeón siendo director José Sapena, la persona que lo fundó allá por el año 1953. Ambos conciben la música como una forma de vida, aunque Rosa va más allá al afirmar que en casos de enfermedad sirve como medicina. De todas las actuaciones vividas en estos casi 50 años, Alfonso tiene una grabada en la memoria: la de la Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano. «Terminamos de cantar y la gente hacía tantas palmas que tuvimos que repetir», rememora mientras sus compañeros asienten.
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En sus 72 años de existencia, el Orfeón Santo Reino ha llevado el nombre de Jaén por el mundo. En Italia han cantado en Florencia, Pisa, Nápoles, Asís y las catedrales de Milán, Venecia y Siena. Han realizado varias giras de conciertos por las principales ciudades europeas, entre ellas Viena, Brujas, París (en la Catedral de Notre Dame) o Bruselas. También participaron en los actos conmemorativos del quinto centenario del nacimiento de Carlos V en Gante (Bélgica).
En España, el Orfeón ha puesto voz a actos litúrgicos en todas las catedrales andaluzas, y ha actuado en las de Salamanca, Burgos, Valladolid y Madrid, entre otras. A eso se suman giras por la ruta de los monasterios de Logroño, Burgos y León. Sin olvidar la actuación ante los reyes de España, que les transmitieron luego su felicitación.
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«Muy buena gente»
Paqui García es otra de las veteranas con más de cuarenta años de experiencia a sus espaldas, una mujer «de campo» que empezó a desarrollar su pasión por la música en el coro de la iglesia. «El Orfeón ha sido la mitad de mi vida y la mitad de mi familia. Tengo tres hijos y los tres han nacido aquí», resume. Durante los ensayos su marido cuidaba de sus hijos y de los de otros integrantes. Por esto y mucho más Paqui está convencida de que no hay un coro en Jaén que se lleve tan bien como el Orfeón. «Hemos tenido la suerte de contar con muy buenos directores, muy buenos presidentes y muy buena gente», añade esta mujer que a veces hace también de «captadora» de talentos.
Luisa Dávila, de hecho, entró por mediación de Paqui. Cantaba en su casa mientras barría, fregaba y cuidaba de sus cinco hijos: «Mi amiga Paqui se ve que me oía cantar porque vivimos cerca y fue quien me animó. Yo vine aquí 'asustaíca'. Al hacer la prueba me pusieron con las sopranos y cuando las oí cantar le dije a Paqui que me iba a mi casa, que no pintaba nada». No llegó a cumplir la promesa porque aquí sigue 35 años después.
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En el Orfeón no solo ha aprendido a interpretar una partitura, sino a cantar en inglés, latín y francés. Pequeños grandes retos que una vez superados animan a seguir adelante.
Del Orfeón Santo Reino han salido voces que luego serían reconocidas a nivel nacional e internacional, como por ejemplo la de la soprano Carmen Buendía. En una entrevista concedida a este periódico en 2021 tras alzarse con el primer premio del Certamen Nuevas Voces Ciudad de Sevilla, Buendía explicó que empezó en el Orfeón y a través de ahí descubrió que le gustaba cantar.
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