El músico Josetxu Obregón. Michal Novak

Josetxu Obregón

Violonchelista
«Será como estar en un salón de Nápoles del siglo XVII»

Entrevista ·

Martos acoge la Semana de la Música Sacra y el grupo español La Ritirata, con Josetxu Obregón al frente, ofrece hoy un concierto

Miércoles, 15 de marzo 2023, 23:52

La localidad de Martos celebra la Semana de la Música Sacra y, entre los artistas que ofrecerán un concierto al público está Josetxu Obregón, creador ... y director artístico del grupo español La Ritirata, que trabaja con instrumentos de época. Bilbaíno que ha recorrido medio mundo para recuperar los sonidos del pasado y llega a Jaén con la promesa de viajar en el tiempo, en un lugar tan emblemático y apropiado para la ocasión como la Real Iglesia parroquial de Santa Marta. Hoy, a partir de las 20:30 horas.

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–No es su primera vez en Jaén, ya estuvo en el Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza hace poco, ¿cómo le fue?

–Todo era increíblemente precioso.Estuve en noviembre, no conocía Baeza y lo disfruté mucho. También estuve antes en el Festival de Música de Segura. Es una población increíble y una zona a la que tengo mucho cariño. El siguiente es Martos, una localidad que no conocía y con un festival del que será un placer formar parte.

–Empezó a una edad muy temprana con el violonchelo. ¿Por qué eligió la música clásica?

–Pasó sin darme cuenta. Mi padre era pianista y formaba un trío con violín y violonchelo. Desde muy niño me quedaba mirando el violonchelo, fascinado, así que empecé a aprender. Después me fui a estudiar fuera, a Holanda, y ahí me especialicé.

«Las cuerdas de tripa de cordero, en vez de metal, dan un sonido muy interesante, con un timbre especial»

–¿Y como se cambia de violonchelista moderno a uno de época o histórico?

–Empecé con el instrumento moderno, estudié en Madrid, Salamanca y lo trabajé mucho. Pero siempre me había llamado la atención abordar la música de otros periodos, sobre todo por las diferencias de la evolución del instrumento desde el barroco y el clasicismo. Al principio iba como aficionado amateur, pero fue en La Haya donde descubrí que había un gran movimiento de música antigua, se daba mucha relevancia al tema. Ahí me especialicé en el campo de la interpretación historicista del violonchelo, en el Conservatorio Real.

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–¿Qué diferencias hay en el instrumento de antes y ahora?

–Han tenido una gran evolución. Aunque la madera es similar, donde más se ve el cambio es en las cuerdas del violonchelo, por ejemplo. Antes eran de tripa de cero y, ahora, de metal. Suenan diferentes. Sin olvidar que la pica y el palo para apoyar el instrumento en el barroco no estaban, eso vino después, pues antes se sostenía entre las piernas, sin más apoyo. También ha ido cambiando la manera de tocarlos, acorde a los gustos musicales de la época. Con La Ritirata intentamos acercar al público a aquellas épocas.

–El mantenimiento de los instrumentos tampoco será fácil, ¿dónde se consiguen tripas de cerdo hoy en día?

–Es material orgánico, mi violonchelo usa tripas de cordero, son como las de chorizo, se enrolla y se deja secar. Da un sonido muy interesante, con un timbre especial. Pero, claro, este tipo de material es más delicado. Las cuerdas de metal casi nunca se rompen, mientras que las de tripa se despeluchan y desafinan, son desventajas que merecen la pena, porque se consigue un sonido más sincero. Hay trabajadores artesanales de España, como en Madrid, donde obtener estas cuerdas. Si no, hay que pedirlas a talleres artesanales de Italia o Francia.

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–Dicen que uno de los handicap de este género es la falta de público joven, ¿ocurre lo mismo con la música antigua?

–Tenemos la suerte de que, en este género, de alguna manera, está muy de moda entre los jóvenes. Mientras hay óperas y conciertos clásicos en Madrid con menos público juvenil, este sí viene a nuestros conciertos. Hay de todo, con renovación de público que se acerca a un tipo de música que imita el estilo de aquella época. Era música para entretener y divertir, muy variada, movida, y eso gusta. Además, era de un tiempo en que no había concepto de pagar por la entrada, sino que los nobles y reyes eran quienes podían permitirse estos conciertos. Es lo que traemos al escenario.

–¿Qué puede esperar el público que asista a la Semana de la Música Sacra de Martos?

–Viajar. Este es un tipo de sonido tan diferente al de música clásica normal que llama la atención. Tenemos el violonchelo, flauta de pico, guitarra barroca... es una formación bastante inusual, que trae la mezcla de España e Italia del Secento. La idea es que el público sea capaz de imaginar que está en un salón de Nápoles del siglo XVII.

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–En estos casos, el escenario debe ser clave. ¿Por eso se ha elegido como lugar del concierto le iglesia de Santa Marta?

–Así es. Siempre es importante, y en estos casos más. Debe ser un entorno interesante, que llame la atención del público y, sobre todo, que tenga una buena acústica. Por ello, la construcción de las iglesias es tan relevante y apropiada para estos casos. Son lugares donde el sonido se escucha diferente, tanto las voces como los instrumentos, y por ello le da un toque especial al concierto que vamos a ofrecer, con mucha presencia escénica. Al fin y al cabo, no solo es música, sino también llevar visualmente al público a la época que escucha.

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