'Otoño y Sal' se consolida como el mejor festival del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar

«Si la primera edición ya fue todo un éxito, en esta segunda se han superado incluso las mejores previsiones», ha valorado la regidora María José Herrada

María Paredes Moya

Níjar

Lunes, 13 de octubre 2025, 11:00

Con el aval, el respaldo y la confianza del público, agotando las entradas con tres meses de antelación, la zona de Rodalquilar, cerca del Jardín ... Botánico, en el término municipal de Níjar, ha recibido este fin de semana la segunda edición del Festival Otoño y Sal. Una cita que aúna la música en directo con artesanía, gastronomía y el respeto al medio ambiente y que ha brillado con luz propia gracias a un cartel infalible y unos servicios que han hecho de la experiencia algo inolvidable.

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Un nuevo éxito indiscutible que refrenda el buen trabajo desempeñado por este evento cultural de primer nivel que organiza el Ayuntamiento de Níjar junto con la productora almeriense Crash Music y con el apoyo de Diputación Provincial, Junta de Andalucía, Estrella Levante y la Fundación Music For All, que ha llevado muchas de sus medidas inclusivas a la edición de este año.

La jornada inaugural de bienvenida fue el viernes, 10 de octubre, con un concierto de entrada libre a cargo de Blanca La Almendrita en el Centro de Artes Escénicas de Níjar (CAE). Un espacio singular que fue el marco perfecto para la actuación de unas de las artistas revelación de la última temporada. La garra y duende de raíz flamenca de su voz sonó con la viveza y emoción que mezcla la tradición de los palos flamencos con ciertos añadidos más urbanos y contemporáneos.

La jornada principal del festival fue el sábado, día 11, con una larga sesión de doce horas en el Recinto principal de Otoño y Sal en Rodalquilar. Las encargadas de abrir las actuaciones fueron Las Migas. Una propuesta que, de alguna manera, daba continuidad a lo ofrecido por Blanca La Almendrita, donde la sensibilidad de las historias personales y emocionales de las canciones se marca al compás de rumbas, tangos o canción de autor sin perder el carácter pasional de la raíz.

Recogió el testigo Iseo & Dodosound, una formación que ya se ha convertido en un clásico de todo tipo de festivales, desde los más festivos a los 'bouquet'. La elegancia de sus bases electrónicas, deudoras de club, jazz y trip hop, y su carácter animoso con síncopas cercanas al reggae y al dub, conquistaron la primera hora de la tarde.

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A continuación, dos voces y caracteres inconfundibles y transparentes como Valeria Castro y El Kanka ofrecieron sendas actuaciones sobresalientes. La artista canaria acumula varios años enamorando a quien la escucha con la belleza de su voz cálida y estremecedora, que sabe gestionar con arreglos que van desde el detalle más minimalista a la sutil electrónica, sin perder nunca los matices del folclore de su tierra y el amor a la familia y a los orígenes.

Por su parte, el malagueño El Kanka lleva tiempo habiéndose metido en el bolsillo a una legión de seguidores que aprecian su simpatía pícara y, a la vez, su capacidad para tocar la fibra con historias repletas de humanidad y sinceridad. Capaz de poner a bailar al público con la rumba o las síncopas más animosas o de erizar el vello con melismas vocales imposibles o rendir pleitesía a algunos de los ritmos folclóricos latinoamericanos más raciales, su actuación fue otro de los momentos inolvidables para un público entregado.

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La última dupla de la jornada elevó considerablemente las pulsaciones para cerrar por todo lo alto, con 'el subidón final'. El gallego Carlos Pereiro, conocido artísticamente como Carlangas, llegó a Otoño y Sal con ganas de poner patas arriba el recinto y lo consiguió con lo que autodefine como «una banda de punk haciendo música de baile». Una actitud heredada de su banda anterior, Novedades Carminha, y que ahora como Carlangas se lleva de forma gamberra a terrenos más urbanos.

El broche de oro del sábado lo pusieron los sevillanos Derby Motoreta's Burrito Kachimba, que regresaban por todo lo alto y con todas las ganas después de que fueran los principales afectados de una inesperada tromba de agua el pasado año. La fiereza de su rock, a veces setentero y clásico y otras más apegado a la raíz del denominado –y siempre apreciado- rock andaluz, desplegó sus alas entre melismas vocales, riffs endiablados y unos tempos absolutamente pegadizos, dejando un sabor de boca magnífico a la jornada.

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Domingo, sostenibilidad y concierto de Coti

El festival Otoño y Sal también tiene un lado de concienciación sobre la sostenibilidad y así se pudo comprobar el domingo, día 12, de la mano de las actividades gratuitas desarrolladas por Grupo Hozono Global. Tras una primera charla de bienvenida, se realizó una pequeña ruta por la zona con recogida de residuos y, a continuación, se hizo una actividad creativa manipulativa con residuos recogidos y otros materiales, coordinado por Neuroeducamos.

Como colofón final quedaba todavía la música, con un concierto final del argentino Coti en el segundo escenario del Recinto del Festival Otoño y Sal, en el Vivero de Rodalquilar. La almibarada cadencia de su forma de contar historias conquistó a mediodía al público, que disfrutó con algunas canciones que fueron multi-radiadas en su momento como 'Nada fue un error' o 'Antes que ver el sol'.

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Otoño y Sal ha respondido con creces a la confianza de un público proveniente de numerosas zonas de España, al calor de las bondades del inicio del otoño junto al mar Mediterráneo y un espacio tan especial como el entorno de Cabo de Gata - Níjar. Un evento cultural de primer nivel por lo atractivo de su formato 'boutique', un encuentro exclusivo en un espacio privilegiado, tanto por la cuidada selección musical, como por el protagonismo de la artesanía, la gastronomía y el medio ambiente de una zona sin igual en toda la geografía española.

La concejal de Níjar, María José Herrada, ha valorado muy positivamente esta segunda edición de 'Otoño y Sal': «Si la primera edición ya fue todo un éxito, en esta segunda se han superado incluso las mejores previsiones. Para Níjar es importante que apostemos por este tipo de eventos porque sirven para potenciar nuestra agenda cultural y poner nuestro municipio bajo el foco, pero además, al celebrarlo en octubre, también sirve para dinamizar nuestra economía y alargar un poco la temporada, de modo que es otra manera más de combatir la estacionalidad turística».

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