Los verdaderos soles de Portocarrero: Almería, Enix, Macael, Serón y Tabernas

En el imaginario de la publicidad del turismo, el sol ha representado a la provincia de Almería desde los años veinte del siglo pasado. El autor fue Rodolfo Lussnigg, un empresario austriaco afincado en la capital desde 1909 y director del desaparecido Hotel Simón. Rodolfo Lussnigg acuñó la denominación de Costa del Sol para nuestro litoral, y el de las provincias costeras desde Valencia hasta Cádiz, y aquel eslogan de «Almería, donde el Sol pasa el invierno». Unía, así, el nombre de nuestra provincia a la estrella que nos ilumina. No obstante, Lussnigg no fue el único que creó esta acertada asociación. Unos siglos antes, Juan del Castillo y Portocarrero, obispo de Almería entre 1603 y 1631, eligió este astro para simbolizar su prelatura en nuestra provincia, que constituye el verdadero «Sol de Portocarrero».

Numerosos templos de nuestra provincia cuentan con escudos heráldicos eclesiásticos en sus fachadas. Los obispos almerienses dejaban la impronta de su poder en las fachadas de nuestras iglesias: Antonio Corrionero de Babilafuente, obispo desde 1558 a 1570, en Vícar y Purchena; Diego Fernández de Villalán, obispo entre 1523 y 1556, en Vera; y también Juan del Castillo y Portocarrero, de quien encontramos varios ejemplos en nuestra geografía provincial. Dichos escudos coronan las portadas de los templos y nos aportan una información valiosa, ya que nos ayudan a establecer la cronología y la datación de las obras —en algunos casos, desconocida por haber desaparecido toda o parte de la documentación escrita.

Durante el obispado de Portocarrero, San Indalecio fue elegido patrono de la Diócesis de Almería (1621) y se realizaron numerosas obras en distintos templos de la provincia. Algunas de ellas fueron construidas de nueva planta, otras experimentaron intervenciones como consecuencia de los daños sufridos durante la rebelión de los moriscos (1568-1571). Como elemento común: Portocarrero y su sol heráldico.

En la torre de la catedral de Almería y en iglesias de la provincia, Portocarrero dejó su huella con sus armas blasonadas que, imponentes, destacaban sobre otros elementos del paramento. Eligió por armas la heráldica familiar. Así, en el primero de los cuarteles aparece el blasón de los Castillo y en el segundo, el de los Portocarrero. El historiador Ruz Márquez describe el primer cuartel de esta manera: «un castillo, surmontado de un sol animado y radiante, y acostado de dos leones empinantes a él». Este sol en blasón propició la denominación errónea de «Sol de Portocarrero» dada al bajorrelieve que se encuentra en uno de los cubos catedralicios en Almería, que obedecía, en realidad, al programa iconográfico ornamental encargado por el anterior obispo Villalán, sin relación alguna con Portocarrero.

En la ciudad de Almería solo se conservan dos escudos de Portocarrero: en la torre de la catedral y en la iglesia de san Juan, este último sin el primer cuartel; aunque hubo escudos en otros lugares, como en el Seminario Viejo. Los rayos heráldicos de este prelado salmantino fueron esculpidos también en otros enclaves de la diócesis. En Enix, corona la portada que se encuentra a los pies de la iglesia, conocida popularmente como la Puerta de los Perdones. El templo de Macael conserva otro, fechado en 1609, procedente de la primitiva iglesia, que actualmente se ubica en la torre. En la portada principal de la iglesia de Serón, encontramos otro blasón obispal con la labra de otro sol. Por último, la puerta lateral de la iglesia de Tabernas también queda blasona con idénticas armas con otro sol, cuya data es del año 1610.

Estos cuatro soles, junto con el de la torre catedralicia, son los verdaderos astros que se heredan del pontificado de Portocarrero, quien jalonó de su flameante blasón la provincia en lugares muy distantes entre sí, como la Sierra de Enix y la de Filabres, el Campo de Tabernas y el Valle del Almanzora. Son los «verdaderos soles de Portocarrero».