Loma de Tablas, unas vistas de lujo

Rincones de Almería ·

El camino de Gérgal ofrece espectaculares paisajes a los visitantes que después pueden conocer el patrimonio histórico y cultural del municipio

José Luis Pascual

Almería

Lunes, 2 de noviembre 2020, 17:58

Cualquier motivo es bueno para visitar Gérgal, municipio almeriense con solera y con muchos atractivos culturales y patrimoniales, siendo también un destino ideal para la ... práctica de ejercicio físico en la naturaleza. En este sentido, destaca el 'Camino Loma de Tablas' cuyo punto de encuentro es la Plaza Nueva de esta localidad. Desde ahí, el visitante debe dirigirse al barrio de Pilanos de Gérgal, donde se encuentra el panel informativo del sendero.

Publicidad

Una vez en este punto es necesario tomar, en principio, un pequeño carril. Desde el margen izquierdo de la rambla de Gérgal, se va dejando el pueblo a la izquierda, destacándose la Iglesia de Santa María, de estilo mudéjar, y el castillo.

Al poco, se deja el carril para tomar una vereda a la derecha en sentido ascendente, entre balates, que es la de la Loma de Tablas. Se va tomando altura en pequeños zigzagueos hasta alcanzar una antigua acequia por la que abunda la ruda y la bolina. Se sigue bajando y subiendo por un entramado de balates antiguos de piedra seca que delimitaban pequeños bancalitos para el cultivo. El caminante puede ir observando restos de antiguos cortijos cercanos al cauce de la rambla y las ruinas de lo que fue un viejo molino.

El camino se define un poco más para pasar por los restos de una mina donde hay que tener precaución, ya que hay grieta abierta. Se pueden observar restos de mineral de hierro y en los alrededores del cauce abundan los olivos y algo más arriba los almendros. Algunos tocones de palos de la luz sirven de base a las pinturas del PR.

Cuando a la izquierda se comienza a ver la cortijada de Las Aneas, se cruza un barranco donde se observan los materiales metamórficos derrubiales y alguna marmita labrada por el agua en los esquistos. Se sale a una pista cementada y ya se llega a Tablas donde se puede ver la antigua arquitectura popular con la que se construían las casas de la zona, muy similar a como se realizaba en toda la Sierra de Los Filabres. Se termina el camino cementado a la salida de la cortijada y se toma un carril a la derecha con un apreciable desnivel que forma la llamada Cuesta de Cirre. Esta pista discurre entre pinos carrascos de repoblación durante algo más de dos kilómetros. Unas últimas curvas en un PR homologado, ascendentes, llevan a un collado en el que hay un cortafuego. Se gira a la derecha por él y el visitante se encuentra al poco con una boca de mina por la que hay que tener mucha precaución y cuidado.

Publicidad

El cortafuego se termina y hay que girar hacia la derecha por una estrecha pista forestal. Se ven restos de antiguos corrales para el ganado y balsa natural en el límite de la repoblación junto a un antiguo dique construido con los materiales metamórficos de la zona.

Se dejan los pinos para entrar en una gran extensión de atochar con algunas otras plantas características que van asociadas al mismo. Se inicia una pequeña subida entre los espartos donde se pueden observar líquenes diversos, musgos y el ombligo de Venus. Pasado un puesto de caza, se llega a la cota máxima en el sendero que es el vértice del Cerro de Tablas de 1.212 metros de altura. El paisaje desde aquí es espectacular, se ven las cúpulas del observatorio de Calar Alto, la barriada de Las Aneas, abajo en la rambla, los contrastes entre el atochar y el pinar, así como una gran extensión del desierto.

Publicidad

El sendero sigue discurriendo por entre el atochar mientras vamos descendiendo. Podemos observar algunas bocas de catas de minas. En un momento determinado, podemos ver el pueblo allí abajo junto a la autovía en un extenso paisaje.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad