Los famosos merengues almerienses que conquistan los paladares más exigentes

En el último programa fue protagonista la Alpujarra almeriense y, más concretamente, Canjáyar, pueblo conocido por la calidad de sus productos como el aceite o el pimiento, pero también por sus conocidísimos merengues, que vuelven a todos locos y que están elaborados en un obrador artesanal con sabor a historia y tradición.

Enclavada al pie de Sierra Nevada, la confitería encargada de elaborar estas delicatessen ha elegido bien el nombre. Se trata de 'El merengue', y sus pasteleros son María Ángeles Pastor y Cristóbal Sancho, quienes llevan 13 años a cargo de un negocio familiar con tres generaciones y más de 100 años de historia.

«Detrás hay mucho sacrificio, pero también mucha satisfacción«, dice el maestro repostero Cristóbal Sancho. Para él, sus merengues «están buenísimos, hechos de manera artesanal». El secreto está «en el horno de leña. Si intentas hacerlo en un horno eléctrico no sale igual, que por fuera esté crujiente y por dentro como espuma, eso es muy difícil». Para ello se utiliza uno de los escasos 'hornos morunos' que quedan en activo; un modelo en el que el fuego, las brasas, están en el interior del hogar, junto al alimento (en este caso los merengues) y no debajo del horno, que es actualmente lo más habitual; de ahí ese particular 'tostado' del merengue.

También venden otros pastelitos pero el gran triunfador es sin duda este dulce. «El merengue es un merengue clásico que lleva limón y raspadura», desgrana el repostero.

Tal es el nivel del producto que el reputado chef Quique Dacosta se los compra directamente al obrador, a lo que Cristobal matiza «es que sabe que uno mejor que este no va a encontrar».