La Junta da luz verde a un hotel rural en el Playazo de Rodalquilar

La parcela que alberga la construcción se encuentra en una zona de regulación común de cultivos agrícolas (C1), donde, según establece el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del Parque, se permite la rehabilitación de construcciones existentes. El proyecto contempla la rehabilitación del cortijo de 127 metros cuadrados y su ampliación en más del doble de su superficie, unos 152 metros cuadrados, así como la rehabilitación y adaptación para uso turístico de un corral de 36 metros cuadrados.

La autorización ambiental incluye un extenso condicionado, adicional a las medidas preventivas y correctoras contenidas en el Estudio de Impacto Ambiental, que contempla todos los aspectos de la actuación, desde el vallado perimetral a la sintonía que los rasgos estéticos exteriores de las instalaciones deben mantener con la tipología constructiva tradicional de la zona. Entre las condiciones se incluyen también medidas de prevención de contaminación atmosférica, acústica y lumínica, la prohibición de abrir nuevos caminos o accesos no contemplados en el proyecto, o la aprobación de un plan de vigilancia y control vigente antes de las obras y antes de la puesta en marcha de la actividad.

Además, la construcción cumple los requisitos exigidos por el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) para la rehabilitación de edificaciones existentes, de acuerdo a la constancia documental de su carácter antes de la declaración del Parque Natural y la presencia en su interior de elementos estructurales y de compartimentación típicas que acreditan su carácter.

Destaca también la total compatibilidad de la actuación evaluada con la normativa del Parque, incidiendo además en los aspectos en los que aprecia coherencia entre el proyecto y el contenido del PORN y el PRUG, como la oportunidad de conservación del patrimonio arquitectónico que suponen las rehabilitaciones de cortijos con fines agroturísticos, la concepción del potencial turístico del parque como un motor dinamizador y de diversificación de la economía local y un instrumento para difundir la singularidad natural y cultural del espacio protegido, la conveniencia de apoyar la implantación de una oferta turística de calidad y diversificada, así como las iniciativas de carácter autóctono, o vincular las iniciativas turísticas en suelo no urbanizable a edificaciones existentes a través de su rehabilitación para tal fin.

De hecho, el PORN establece también que las casas cortijo tendrán la consideración de «edificaciones preferentes para la implantación de actividades relacionadas con el turismo en el medio rural». En este sentido, la rehabilitación de edificaciones existentes es una oportunidad para promover un turismo sostenible y de calidad que contribuya al desarrollo socioeconómico y a difundir los valores del parque natural.

Ampliación de una casa rural junto al camping de Los Escullos

Por otra parte, la Delegación Territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul en Almería ha otorgado dictamen ambiental favorable a otro proyecto en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar consistente en la ampliación de una casa rural junto al camping de Los Escullos, Níjar. En concreto se trata de la modificación de una vivienda rural con 8 plazas, para su ampliación hasta el máximo legal de 20 plazas, así como la construcción de una piscina y la adecuación de la era existente para uso como terraza y aparcamiento en el paraje del Acebuche.

El proyecto, situado en un área seminatural con usos tradicionales (B2) según el PORN, supone la ampliación de los 185,80 metros cuadrados de superficie actual en el 120% (222,96 metros cuadrados) que permite la normativa del Parque en estos casos, hasta una superficie total de 408,76 metros cuadrados.

El dictamen ambiental incluye un amplio condicionado técnico, que se une a las medidas preventivas y correctoras contenidas en el Estudio de Impacto Ambiental, entre las que se incluyen condiciones para la protección del medio atmosférico (prevención de contaminación acústica y lumínica incluidas) o que las actuaciones no pueden suponer la realización de desmontes, taludes o movimientos de tierra que se puedan consolidar en el tiempo. De igual forma, las obras no podrán conllevar la corta de ejemplares arbóreos o arbustivos existentes en los terrenos colindantes.

Las infraestructuras necesarias para el abastecimiento (electricidad, aguas, depuración y comunicaciones) aseguran la mínima afección ambiental puesto que ya se asocian al camping colindante. Asimismo, este proyecto no supondría afectación paisajística puesto que la edificación se encuentra integrada en el territorio.

De igual forma, la Delegación Territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul en Almería ha emitido resolución desfavorable de otros dos proyectos por ser incompatibles tanto con el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales como con el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Natural con el interés de velar por la protección del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.

'Amigos del Parque', que presentó alegaciones al proyecto para rehabilitar y ampliar el cortijo con uso turístico en Rodalquilar, en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, consideraba que el proyecto no es compatible con el grado de protección medioambiental que tiene el suelo ya que «contraviene» lo que fija el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) para esta zonificación, al tiempo que apunta que para «dar cabida legal» a las edificaciones, el suelo debería ser «zona C3 en la normativa ambiental». «Este tipo de proyectos turísticos sólo son compatibles con las zonas C3 y D del PORN ya que, que en zonas C3, sí especifica claramente que se permiten restauraciones de edificaciones para el desarrollo de actividades ligadas al turismo», remarca.

´Amigos del parque´ señala, asimismo, la «excesiva presión humana» a que ahora está sometida la zona litoral del parque natural de Cabo de Gata y que, según subraya, con la autorización de este tipo de proyectos, se puede extender «hacia el interior que, al tratarse de una zona árida con las características propias de esta», es «tremendamente sensible a impactos causados por la actividad humana, que además son de muy difícil o imposible recuperación».

«En la actualidad, Cabo de Gata está sometido a una presión humana excesiva que esta poniendo en peligro los valores naturales que llevaron, en su día, a la Junta de Andalucía a declarar este espacio como protegido, por lo que consideramos que se debería de ser muy restrictivo, en especial con las actuaciones en suelo no urbanizable» y, sobre todo, «teniendo en cuenta que existe suelo urbano y urbanizable en el que se pueden ubicar las instalaciones hoteleras con impacto ambiental mucho menor», argumentan.