Juani Maldonado, agricultora

Jóvenes Emprendedores

«Nunca pensé que terminaría siendo agricultora»

«Nunca pensé que yo terminaría siendo agricultora», afirma Juani Maldonado, quien recuerda como en su casa, cuando su padre enfermó con 45 años, fue su madre la que tomó las riendas y se hizo cargo de la finca junto a sus hermanas mayores. «Yo iba obligada y encima a hacer lo que no me gustaba: arrancar hierba, repartir cajas... Yo lo odiaba, pero las circunstancias de la vida me han traído aquí y ahora me gusta. De hecho, cada día me gusta más y nunca me lo hubiese imaginado».

Y no es el trabajo en sí lo que cada vez le apasiona más, sino acompañar a sus plantas en el desarrollo, «ver cómo van creciendo, saber qué les pasa, cómo hay que tratarlas, qué trabajo hay que hacer en cada momento, cuidarlas y ver cómo evolucionan. Al final te sientes orgullosa de pensar que eso lo has conseguido tú».

Juani Maldonado se convirtió el año pasado en una de las afortunadas en poder acogerse a las ayudas de jóvenes agricultoras, concretamente en la línea habilitada específicamente para la incorporación de mujeres al sector agrario.

«La tengo aprobada desde el año pasado, pero es bastante complicado poder acceder.No entiendo porqué tienes que esperar a que salga la ayuda para poder acogerte», afirma. Y es que para poder optar a este tipo de ayuda no puedes estar ejerciendo en el sector. «No dan facilidades para que entre todo el mundo, porque no todo el mundo puede esperar a comenzar a trabajar hasta que salga una ayuda y luego se resuelva. Deberían estar permanentemente abiertas para que cuando alguien decide emprender pueda acogerse a ellas», subraya.

Hace ocho años que ejerce como agricultora. De ellos, siete ha estado como colaboradora de su marido, mientras aprendía, aunque como recuerda «en la agricultura nunca se termina de aprender, porque siempre están saliendo cosas nuevas en las que tienes que estar al día». Este último año ya está llevando ella sola la finca, con la ayuda de su marido cuando lo necesita, igual que ella le echa una mano a él en la suya.

«Cuando tuve a mi segundo hijo, trabajaba en una asesoría y no podía compatibilizar el horario con su cuidado, aquí en la finca familiar siempre tienes más posibilidades», confiesa. Esa fue su motivación para entrar en el sector.

Sin embargo, su primer año como empresaria no ha sido bueno. «Hemos tenido muy poca producción con la variedad de tomate que hemos tenido, tanto porque es una variedad que no es muy productiva, como porque hemos tenido problemas de pudrición, debido a que la zona donde nosotros tenemos la finca es muy húmeda», explica Juan Maldonado.

Dos condicionantes a los que además se ha unido el bajo precio que ha habido durante toda la segunda parte de la campaña.

Además, la mano de obra es el principal gasto del tomate. «Entre los bajos precios, los problemas que hemos tenido con la pudrición, que este año hemos hecho menos kilos, y con la mano de obra, al final no sale a cuenta, pero esto es la agricultura y a eso estoy más que acostumbrada», reflexiona. Por eso considera que son tan importantes las ayudas para arrancar en el sector, «y más para una persona que no haya tenido a nadie en la agricultura y se plantee empezar, porque requiere un desembolso muy grande especialmente el primer año para instalarte».

Ese es el principal condicionante al que apunta para incentivar a que más jóvenes se incorporen al sector. «Para que haya más jóvenes, hay que ofrecer más ayudas y que tengan más facilidades para optar a ellas».

Pese a todo, Juani Maldonado mira al futuro con optimismo. «En Almería vivimos de la agricultura, sea directa o indirectamente y no se puede terminar. Tenemos que luchar porque esto siga adelante, no solo por los que trabajamos en el invernadero o almacenes, sino porque los negocios que hay alrededor también viven de la agricultura, porque nos gastamos el dinero en esos negocios. Entonces hay que tirar adelante, aunque no sé como lo haremos».

Sobre los retos del sector, esta agricultura apunta a que falta inversión en mejorar la imagen que ofrecen los productos de Almería cuando se exportan a Europa. «Tenemos mucha calidad, tenemos mucho control sanitario, apostamos por el control biológico, somos sostenibles, la producción de ecológico no deja de crecer, pero no le dan la publicidad que necesita nuestro campo», señala, al tiempo que afirma que el Gobierno «no apoya lo suficiente y no es nunca el primero en salir a defendernos cuando nos critican y eso es un problema, porque si no nos defiende nuestro gobierno quién lo va a hacer. Deberían apostar por la agricultura porque tenemos una buena agricultura y un buen producto».

También deja otra reflexión abierta a todos. «Creo que como país y como españoles también deberíamos apostar más por el producto español cuando vas a hacer la compra, frente a productos de otros destinos. Entiendo que no todo el mundo pueda permitirse dentro de su economía ciertos productos, pero en la medida de lo posible deberíamos apostar por el español».

En este sentido, también hay algo que le duele especialmente como agricultora. «Cuando voy a comprar y veo producto en el lineal que lo venden como primera y a un precio de primera, cuando yo sé que ese producto a mí no me lo pagan como de primera, sino que el producto que ofrecen a veces es el que yo tiro porque no vale, me duele. Están engañando al consumidor y el consumidor no lo sabe».