Degustando los sabores de Segura desde Puente Génave

Y es que esta antigua fábrica de aceite, finca y cortijo recuperó hace unos años su vida, dando cobijo además a un importante espacio cultural (exposiciones, conferencias, conciertos, etc.) pero también a un interesante restaurante y varias empresas –entre ellas varias dedicadas al sector agroalimentario–.

Así, en el espacio donde se ubicaba la finca, cortijo y fábrica de La Vicaría, y donde todavía hay una parte destinada a la producción de aceite, el Ayuntamiento de la localidad ha impulsado la ubicación en este entorno de varias empresas, como una fábrica de madera, pero también una de quesos y una conservera; además de un restaurante que lleva el nombre original del espacio en el que se encuentra. La empresa láctea, con la marca 'Cortijo La Vicaría', elabora quesos de diferentes tipos, procedentes de leche de cabras que pastan en la zona de la finca y donde se mantienen en su factura recetas tradicionales. Del mismo modo, La Vicaría también ofrece la posibilidad de conocer el buen hacer de Peñolite, que elabora excelentes embutidos, riquísimas cremas, conservas de platos tradicionales, etc. Precisamente, estas empresas y el Ayuntamiento han estado gestionando la posibilidad de organizar de forma estable algunas actividades que ya se están organizando periódicamente, como degustaciones, visitas guiadas para conocer cómo se originan estos ricos productos, etc. De esta manera, estos recursos que generan riqueza en la zona son también una forma singular de recorrer Puente de Génave conociendo los sabores y aromas de los platos de la zona, los productos que conforman parte de su recetario, etc.

Y si de conocer el recetario serrano tan característico de la zona se trata, en el complejo también se encuentra el Restaurante La Vicaría, donde el ambiente agradable que evoca al viejo cortijo y sus interesantes platos permite disfrutar de esos excelentes sabores que definen el recetario serrano. Una cocina en la que destacan platos únicos, como el ajoatao o el ajopringue; la sopa de ajo, las gachamigas o los galianos; la genialidad a la hora de elaborar embutidos o trabajar las carnes (rellenos, lomo de orza, recetas en torno a la caza); junto con algunos licores y postres que endulzan y ponen el mejor broche a la sobremesa.