El frustrante paso de Gonalons y Machís por Italia

En la plantilla del Granada no hay más que dos futbolistas que hayan jugado alguna vez en el exigente 'calcio' italiano. Son Maxime Gonalons y Darwin Machís, y ambos guardan un recuerdo frustrante de aquella experiencia, por distintas razones. El mediocentro galo jugó una única temporada en la Roma, la 2017/18, al dejar el Olympique de Lyon del que era capitán general a cambio de cinco millones de euros. El extremo venezolano fue enviado al Udinese por Gino Pozzo en la 2018/19 después de que no consiguiese devolver al Granada a Primera tras su último descenso de categoría, pero no aguantó más que seis meses tras caer en picado su protagonismo en el equipo y acabó marchándose en invierno al Cádiz.

Daniele Trecca, periodista del portal Calciomercato.it, y Monica Tosolini, redactora de Udineseblog.it, han analizado para IDEAL las razones por las que ninguno de los dos pudo triunfar en la Serie A. Gonalons fue una de las primeras apuestas de Monchi durante su etapa como director deportivo de la Roma, antes de regresar al Sevilla, pero allí se topó con la figura de Daniele de Rossi, un futbolista que tenía un rol similar al suyo en Lyon. «No tuvo continuidad porque se topó con un jugador histórico del club, que era titular inamovible para Eusebio di Francesco. Ambos juegan como pivotes en un centro del campo de tres hombres y tuvo un año muy difícil porque además tuvo algunas lesiones, una de ellas bastante importante en el sóleo», reseña Trecca.

Solamente jugaría once partidos completos de Serie A, y casi siempre con sufrimiento. «El fútbol italiano genera mucha presión sobre el portador del balón y exige mucha velocidad en la jugada. Gonalons no tuvo siempre buenas actuaciones en cuanto al ritmo de los partidos, sufrió porque en Italia se presiona mucho al generador de la jugada», precisa Daniele Trecca. «En Italia, hasta los equipos pequeños son fuertes tácticamente. Y él venía de la Liga francesa, que salvo tres o cuatro equipos es menos competitiva en ese sentido», agrega.

Gonalons tuvo un complicado verano en 2018. «Di Francesco quería un juego más vertical en el centro del campo y Gonalons no le había convencido, pero aun así le dijo a Monchi que confiaba en él. Pasó la pretemporada y cambió de opinión; en las últimas semanas le pidió un creador de juego y le ficharon a Steven N'Zonzi, del Sevilla. Ahí acabó su historia en Roma, porque la competencia se volvió demasiado importante para él», expone Trecca. Pocos días después, Maxime Gonalons hacía el camino inverso, cedido por una temporada que volvió a ser fastidiosa en cuanto a lesiones para él, pese a que dejó mejores sensaciones en Nervión que en el Olímpico.

A Darwin Machís, además de la competencia, le condenaron las evoluciones en el sistema táctico del Udinese y el posterior cambio de entrenador. Llegó al equipo de la mano del español Julio Velázquez, que de inicio apostó por un 4-2-3-1 que acomodaba al venezolano a una de las dos bandas. «Le usaba como extremo y recuerdo que hizo una pretemporada excelente. Parecía indiscutible», señala Monica Tosolini. Sin embargo, su protagonismo en el equipo cayó en picado desde octubre. «Velázquez cambió a un 4-1-4-1 y empezó a preferir al argentino Ignacio Pussetto en banda. Luego, en noviembre, el español fue destituido y se firmó a Davide Nicola, que usó un 3-5-2, con extremos más implicados en defensa; Machís se quedó sin sitio», explica. De ahí, a su exilio a Cádiz.

«A decir verdad, a mí también me sorprendió que no tuviese más recorrido en Udine. Quizás tuvo mala suerte, porque había bastantes delanteros cuando llegó. Fue una lástima, porque era un jugador técnicamente válido», le considera Monica Tosolini. Lo respalda el propio Daniele Trecca, que también tiene un ojo puesto en las evoluciones de Udinese. «Fue una cuestión táctica sobre todo. Con un entrenador más ofensivo le habría ido mejor, pero el cambio de entrenador fue determinante. Todavía estaba en una etapa de formación de su carrera y creo que se habría terminado adaptando al fútbol italiano con menos dificultades que Gonalons», opina. Como fuese, a aquellas decepciones siguieron días de gloria en Granada, que hoy les lleva de vuelta a Italia, en Nápoles.