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Victoria, Tania y Francisco Javier en el Hospital Materno Infantil de Granada. Ramón L. Pérez

«Es un shock ver a nuestra niña aquí, sana, después de todo lo que hemos luchado»

Victoria es la primera bebé nacida en Granada desde la puesta en marcha del Diagnóstico Genético Preimplantacional en el Materno Infantil

Laura Velasco

Granada

Sábado, 26 de agosto 2023

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Victoria no se llama así simplemente porque su nombre suene bonito. Sus padres lo eligieron porque después de siete años batallando, traerla al mundo y que estuviera sana era el mayor premio. La victoria que siempre soñaron. La enfermedad de Tania, su madre, lastraría en un futuro lejano la vida de la niña. Gracias al Diagnóstico Genético Preimplantacional realizado en el Hospital Materno Infantil, nació completamente sana. De hecho, es la primera bebé que ha venido al mundo tras implantarse la unidad en Granada.

Tania Coca y Francisco Javier Peña, su pareja, iniciaron esta andadura hace siete años. La razón era que ella sufre una enfermedad del riñón llamada poliquistosis renal autosómica dominante. En las primeras etapas de la vida aparentemente no tiene ningún efecto, pero al llegar a la edad de adulta el paciente entra en diálisis y necesita un trasplante. «No queríamos que nuestra niña naciera con eso, a lo largo de la vida le puede ocurrir algo, Dios no lo quiera, pero al menos sabíamos que no iba a nacer enferma», cuenta la granadina. Había un 50% de posibilidades de que Victoria también lo heredase.

La pareja entró en la lista de espera del hospital sevillano. Dieron más de diez viajes a la capital andaluza y se sentían agobiados al no ver la luz al final del túnel. La buena noticia llegó en 2021, cuando les confirmaron que podrían ser atendidos en Granada. La pareja, que previamente se había movilizado para solicitar que esta técnica se implantase en la capital, estaba un pasito más cerca de su sueño.

La técnica funcionó increíblemente bien con Tania. En 2021 se sometió a ella y logró quedarse embarazada. «Fue espectacular, no tuve náuseas y estuve haciendo ejercicio hasta las 38 semanas de gestación», resume. Dio a luz a Victoria al año siguiente. Curiosamente, ese fue el primer embrión que le implantaron.

Tania y Francisco Javier a veces no se creen que ya tengan a su niña con ellos. «Es un shock verla aquí, sana, después de todo lo que hemos luchado. No sabemos cómo agradecérselo a los profesionales sanitarios que nos han atendido», aseguran. Esperan que muchas otras parejas corran esa misma suerte y puedan tener algún día entre sus brazos a un bebé libre de enfermedades hereditarias.

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