Convento de las Vistillas de Granada
Así fue la primera visita de los budistas a su futuro centro del RealejoEl 12 de octubre, un centenar de miembros de la Nueva Tradición Kadampa de todo el mundo recorrieron el inmuble. «Cuando atravesé la puerta era como entrar al Palacio de Buda Heruka»
Era jueves, 12 de octubre. En el Realejo reinaba la tranquilidad habitual en un día de fiesta. Nadie esperaba por tanto aquel autobús repleto de visitantes de todo el mundo. Un centenar de miembros de la Nueva Tradición Kadampa (NKT) -una rama del budismo-, algunos vestidos con túnicas blancas y naranjas, recorrieron a pie la calle Molinos hasta el número 67. Allí, Tania Sanz, presidenta de la Federación de Budismo Kadampa de España (FBKE), abrió las puertas del Convento de las Vistillas e invitó a todos a pasar a su interior. «Bienvenidos al centro granadino de la NKT».
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Este centenar de personas era una pequeña parte de los participantes del Festival Internacional de Otoño de la NKT, que tuvo lugar del 6 al 12 de octubre en el templo de Málaga, el más grande de Europa. El colofón final fue, efectivamente, la primera visita al convento del Realejo, que se convertirá en un centro budista tras la petición del venerable Gueshe Kelsang Gyatso Rimpoché, poco antes de morir.
La maestra Guen Kelsang Chokga fue la encargada de recibir y presentar el nuevo edificio a los miembos de la Nueva Tradición Kadampa. Y lo hizo en lo que, hasta hace unos años, era la iglesia del barrio. «Creo que todos podemos sentir la ocasión especial tan auspiciosa y extraordinaria que significa el estar reunidos aquí», dijo. Guen Kelsang recordó que fue el propio Gueshe el que tuvo una visión, la certeza de que «aparecería un edificio muy especial» con todo lo que necesitaban.
Los visitantes recorrieron con admiración las Vistillas, conscientes de que este era un lugar de clausura que muy poca gente conoce: las criptas, la iglesia, las celdas, el comedor, los jardines, los patios, la terraza... «Cuando atravesé la puerta era como entrar al Palacio de Buda Heruka (uno de los lugares de referencia de la tradición budista), era algo increíble», aseguró Kelsang Pandita, uno de los maestros de Granada. «Era como entrar a un lugar puro, muy puro».
Aquella primera visita quedó grabada en este vídeo que forma parte ya de la historia del Convento de las Vistillas el Realejo.
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