Cierra 'Pataplaf', la eterna tienda que llenó de regalos los hogares de Granada
Después de Navidad, Elo y Manuel bajarán para siempre la persiana del establecimiento que los trajo a Granada hace cuarenta años como recién casados en busca de una nueva vida
En pleno enero, las bufandas, los guantes y el vaho son los protagonistas por la mañana en Granada. Como recién llegados, Elo y Manuel no son ajenos al frío del invierno en la capital. Juntos recorren los adoquines de la calle Puentezuelas sorteando algún que otro vehículo hasta llegar al local 31. Allí, subidos a una escalera, surge la que será la historia de su vida: 'Pataplaf'. Una onomatopeya que les ha brindado el cariño de toda una ciudad rodeados de peluches y de inimaginables regalos cuarenta años después.
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Eloísa Ruiz y Manuel Lamas han decidido decir adiós a 'Pataplaf', la eterna tienda de regalos del Centro de Granada. «Llegamos a la ciudad en diciembre de 1981 con la ilusión de montar nuestro negocio. Siempre tuvimos claro que queríamos tener una tienda de regalos, algo que escaseaba en aquel tiempo», explica Manuel a IDEAL. Detrás del mostrador, este madrileño de nacimiento rememora el aterrizaje del establecimiento en Puentezuelas por pura casualidad.
«Estábamos viendo distintos locales, pero ninguno nos convencía. La agencia nos comentó que había un espacio en Puentezuelas ideal para lo que buscábamos, pero estaba apalabrado. Entonces, subimos a Madrid a casarnos y, dos días después, tuvimos buenas noticias. El talón del que iba a ser el arrendatario no se había cobrado. Si nos adelantábamos, era nuestro. Ni lo pensamos», cuenta.
La pareja estrenaba matrimonio en Granada con un negocio bajo el brazo en febrero de 1982. «Inauguramos la tienda en plena campaña de San Valentín. Teníamos 'veintipocos' y jamás habíamos trabajado en el comercio. Fue como lanzar una moneda al aire. Todo era muy distinto ahora. Hasta la propia Puentezuelas... Todavía no era peatonal y el Centro estaba más animado», añade Manuel. 'Pataplaf' se especializó en la venta de peluches, tarjetas de felicitación... y Snoopy.
«Ese dibujo fue la revolución de los años '80 y '90. Siempre nos hemos caracterizado por vender productos de primera calidad, que tenían un precio elevado. De hecho, nos acusaron de ser una tienda para pijos. Siempre creímos en nuestra idea. No parece que nos haya ido mal del todo. Snoopy se vendía muy bien», revela Elo, que también destaca otros artículos de toda la vida en 'Pataplaf' como los muñecos Nici, las lámparas de lava o las estrellas y planetas que brillan en la oscuridad.
Buenos momentos
«La gente nos ha demostrado mucho cariño. Al final, son cuarenta años siendo partícipes de sus buenos momentos. Nuestros clientes nos asocian a cumpleaños, celebraciones, la Navidad... Es un orgullo haber formado parte de sus alegrías. Aunque nos duele irnos, nos sentimos muy satisfechos», revela Manuel. La prueba de ello es José, un cliente fijo de 'Pataplaf' desde los inicios. «Más que cliente, creo que soy ya amigo», ríe. «Llevo comprándoles a Manuel y Elo casi desde que abrieron. De hecho, a mis novias siempre les regalaba algo de 'Pataplaf'. Quedaban encantadas. Cuando comento su marcha con amigos, no se lo creen».
Una marcha acelerada a causa de los nuevos tiempos. El comercio online, liderado por el gigante Amazon, ha golpeado con fuerza a los pequeños establecimientos. «Si encima de que puedes encontrar absolutamente todo por internet, te lo llevan a casa para que no tengas ni que moverte... Poco más que añadir», sentencia Elo. Superada la sesentena, la pareja que llegó a Granada en busca de oportunidades aspira a recoger lo sembrado y disfrutar de una nueva vida al otro lado del escaparate. Por supuesto, en su hogar de Fígares.
'Pataplaf' continuará abierto hasta el próximo 31 de enero para despedirse de todos sus clientes. 'Procúrate el mejor local que te puedas permitir', le aconsejó un comerciante madrileño a Manuel antes de partir hacia el sur. Cuarenta años más tarde, 'Pataplaf' pasa a alojarse en la mejor ubicación posible: el corazón de Granada.
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