«Hay niños con miedo al cole porque les parece una bomba que va a estallar»

«Mi hijo no quiere ir al cole. Tiene miedo». La frase es tan dura como real. Hay niños y adolescentes que tienen auténtico pavor a salir a la calle. El papel de padres y educadores es fundamental para enfrentar la incertidumbre y transformarla en una oportunidad para aprender a gestionar las emociones. Así lo explica María Ángeles Prieto Bolívar (Granada, 1988), psicóloga infantil en el Centro Piatel, que está librando con los niños una intensa batalla contra el miedo.

–Muchos pediatras se están encontrando con niños que llegan enfermos y lo que tienen es un problema psicológico, ¿es así?

–Es una somatización. El coronavirus ha sido un evento traumático que ha generado una conmoción social. Eso genera efectos psicológicos en la población, también en los niños. Esos efectos han ido modificándose desde que nos encerramos, en la desescalada, en la nueva normalidad... y habrá otros efectos en el futuro. Es el miedo.

–¿Cómo se genera ese miedo?

–Escuchamos noticias, la radio en el coche, el telediario en la comida... Que están aumentando los casos, que viene una segunda ola, que hay padres tienen miedo de llevar a los niños al cole... Y los niños se dan cuenta y dicen «¿dónde voy yo sólo?». Hay niños con miedo al cole porque les parece una bomba que va a estallar y eso genera incertidumbre. Hay niños que están acostumbrados a hablar de lo que sienten, pero desgraciadamente vivimos en una sociedad en la que nos cuesta gestionar las emociones del día a día. Cuando los niños no saben gestionar ese miedo se puede transformar a nivel psicosomático, provocando que se pongan malos, que se hagan pipí o caca por la noche... Efectos que aparecen como un resfriado pero que pueden tener una base en ese miedo.

–¿Cómo afrontarlo?

–Debemos ser bastante cautos con el nivel de información al que exponemos a los niños. Y si escuchan algo hay hablarlo con ellos. Hay que hablar con ellos, contarles nuestros miedos, preguntarles cuáles son los suyos, sus preocupaciones. Elaborar la situación con ellos, darles un espacio en el que ellos puedan contar cómo se sienten.

–¿Abusamos quizás del «¡no toques, que hay coronavirus!»?

–Sí, sí. Los niños han asociado que el coronavirus está en la calle, que está fuera. Han pasado seis meses en casa y la familia ha vuelto a ser el escudo que le protege de todo, como cuando eran pequeños, eso hace que el regreso al cole sea más difícil.

–¿La familia es el escudo?

–Sí, verás. Cuando un bebé nace, su primer año pasa las 24 horas con su mamá, a veces con el papá. Cuando la mamá vuelve al trabajo y empieza a salir con las amigas o a darse un paseo, el niño llora. Es su forma de expresar que ese vínculo está cambiando, que se está expandiendo; entran a ese vínculo otras personas: el papá, los abuelos... Conforme crece, el niño aprende a adaptarse a las ausencias de los papás. El confinamiento ha vuelto a cerrar el vínculo y ahora, cuando el niño tiene que ir al cole, a la guardería o a terapia, el nivel de llanto, de angustia y de rabietas ha aumentado.

–¿Necesitaban los niños reencontrarse con otros niños?

–Una de las grandes consecuencias del confinamiento para los niños ha sido a nivel relacional. Han perdido a su grupo de iguales. Han pasado de relacionarse con niños a relacionarse únicamente con su familia. Incluso la relación con la familia ha cambiado en muchos casos si la gestión de los límites no ha sido buena; para esas familias el confinamiento ha sido caótico.

–Hay profesores que cuentan que cuando le dicen a los niños de salir al patio a jugar se van a sentarse a un banco.

–Es como si hubieran perdido esas habilidades en este tiempo. Y no es lo mismo en un niño de 3 años que en uno de 12. Uno de 12 que pierde durante tanto tiempo su grupo de referencia sufre un alto nivel de frustración.

–Hay niños de esa edad que no salen de su casa.

–Es la angustia... Y encima, las medidas que ha puesto Educación no ayudan a calmar esa ansiedad. Tú no quieres salir de casa por miedo y vas al cole y te encuentras que sigue igual que antes...

–¿Qué pueden hacer los profesores contra el miedo?

–Tienen una labor importante y complicada. El docente es muy importante en el desarrollo de los niños y parece que la administración no les ha dado la importancia que tienen a la hora de preparar el regreso al cole. A lo mejor, si las ratios hubieran sido más bajas, hubiera sido más fácil trabajar estas cosas para los profesores, crear ese ambiente. Recomiendo a los profesores que hablen con ellos de la situación, de lo que han pasado, de lo que esperan del curso... Sería interesante que los maestros implicaran de alguna manera a los niños en la toma de decisiones, que se sintieran parte.

–¿Había que volver al cole?

–Había que volver al cole. Quizás con un plan más claro, más determinado, se hubiera generado más seguridad: los papás perciben que el cole no sabe muy bien qué hacer, que los maestros no saben cómo controlar a los niños... eso se transforma en inseguridad del niño hacia el cole. Va a ser un curso complejo, pero los niños, docentes y centros van a salir mucho más preparados para enfrentar futuras situaciones.

–Este miedo, ¿dejará secuelas en los niños?

–Dependerá del caso. Los profesionales de la salud mental hablan de una cuarta ola: la primera fue en marzo;la segunda es ahora;la tercera va a ser la de las enfermedades de riesgo;y la cuarta será el efecto psicológico de lo que hemos vivido. Este año se van a ver efectos en el rendimiento académico de los niños... La adaptación va a ser más lenta.

–¿Dejará algo bueno todo esto?

–Hay una oportunidad para acercarnos más a los pequeños, a través del juego, para que cuenten cómo se siente. Es una oportunidad para crear un espacio familiar en el que gestionar la inseguridad, algo que va a venir muy bien de cara al futuro, con otros problemas e inseguridades personales. Cuando el niño tenga un problema va a ser más fácil que acuda a la familia porque ha generado ese espacio para hablar del miedo.

–¿Qué le dirías a unos padres que ven que su hijo tiene miedo?

–Los padres tienen que hacer una alianza con el profesor para vencer el miedo al cole, es algo que tienen que tratar entre los dos. Hay que hablar mucho, jugar con ellos, contarle nuestros miedos y evitar que estén expuestos a demasiada información y, si están expuestos, preguntarles después, comentarlo. También hay que reforzar sus relaciones con iguales, que recuerden como era antes del confinamiento, que quieran volver a ver a sus amigos. Eso genera seguridad. Queremos que los niños se adapten rápido a la nueva situación y ni nosotros estamos adaptados. ¡A mí se me olvida la mascarilla a diario! Hay que hablar, hablar y hablar.