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La octavilla que se pudo encontrar por el centro de Granada y que inicia todas las preguntas. J. E. C.
CBD en Granada

Un gramo de 'Cannabis sin' gratis en la puerta del colegio

Un vacío legal abre el camino a que las tiendas de CBD, el cannabidiol, 'florezcan' en toda la ciudad con cremas, aceites y cogollos que se venden con unas normas muy peculiares

Domingo, 4 de mayo 2025

Hay una octavilla tirada en la puerta del colegio. Pudo llegar arrastrada por el viento o de cualquier otra manera. El caso es que está ahí, a la vista de cientos de niños. Uno de los padres la recoge y lee en alto: «Este flyer vale por un gramo de CBD gratis». «¿Cannabis?», se preguntan alterados. Luego miran las fotografías y los precios –cogollos desde 4 euros–, la dirección de la tienda en pleno centro de Granada y hasta el logotipo de Glovo impreso en la publicidad. Las preguntas salen ametralladas unas sobre otras: ¿Te lo llevan a casa? ¿Es droga? ¿Por qué es legal? ¿Lo toman menores? ¿Pero qué demonios es el CBD?

CBD son las siglas de cannabidiol, uno de los derivados de la planta Cannabis Sativa, esto es, la marihuana. El principal compuesto psicoactivo de la marihuana es el tetrahidrocannabinol, más conocido como THC. El CBD lo venden como «marihuana a la que han quitado el THC», aunque eso no es verdad. En España el nivel de THC en CBD no puede superar el 0,2% para ser legal, pero el compuesto está presente. De todas formas, en nuestro país el CBD solo puede usarse como producto cosmético –cremas o aceites corporales–, nada de fumar o ingerir. Entonces, ¿por qué y para qué un gramo gratis?

Francisco Alba es el responsable de Sweed Dreams, la tienda del flyer. «Granada no está tan avanzada en estos temas como Barcelona, pero es una ciudad abierta y se va aceptando», explica. Así, antes de la pandemia no había ninguna tienda en la provincia especializada en CBD; ahora hay casi una veintena. «Al CBD –sigue Alba– le quitamos la parte mala, el THC, y nos quedamos con la buena: la relajación, alivia la ansiedad, el estrés, el dolor muscular...».

Francisco Alba muestra algunas bolsas de CBD, artículos, en teoría, de coleccionismo. J. E. C.
Imagen principal - Francisco Alba muestra algunas bolsas de CBD, artículos, en teoría, de coleccionismo.
Imagen secundaria 1 - Francisco Alba muestra algunas bolsas de CBD, artículos, en teoría, de coleccionismo.
Imagen secundaria 2 - Francisco Alba muestra algunas bolsas de CBD, artículos, en teoría, de coleccionismo.

¿Pero cómo es posible que se venda un producto que está prohibido consumir o fumar? Por un enorme vacío legal. Según el Ministerio de Sanidad, los cogollos se pueden vender como productos de uso ornamental. Es decir, que en teoría uno compra cinco gramos de CBD para exponerlos en un estante de su casa. Y, además, sin sacarlos de la bolsa precintada: abrir la bolsa podría suponer una multa de entre 600 a 30.000 euros. «La Guardia Civil hace pruebas de positivo o negativo en THC, les da igual si es inferior al 0,2», dice Alba. Algo parecido sucede con los aceites corporales, que se pueden untar en el cuerpo, en alguna zona dolorida, pero que también se ingieren vía sublingual, aunque eso, claro, esté prohibido.

Los cogollos se venden como objetos ornamentales. Abrir una bolsa de CBD podría suponer una multa de entre 600 a 30.000 euros

Alba da tres indicaciones a sus clientes: guardar el tique, no sacar la bolsa en la calle y no abrir «nunca» el paquete. A los que venían con el flyer les pedía que dejaran una reseña positiva en Google antes de entregarles el gramo gratis. «Nunca vendería nada a menores. Para entrar aquí hay que ser mayor de edad». Sin embargo, son muchos los que se acercan, preguntan y piden en esta y en el resto de tiendas que hay en la ciudad. ¿Y la campaña de los flyer? «Marketing, para llamar la atención».

Desde Facua, la asociación de consumidores, no creen que la campaña del flyer incurra en ilegalidad a la hora de promocionar un producto que, al parecer, cumple la ley. Aunque también admiten no tener claro qué es eso de objeto ornamental o si, realmente, no tiene riesgos para la salud.

«Es una perversión total del sistema»

Cruz Miguel Cendán y José Miguel Martínez, en la Facultad de Medicina. BLANCA RODRÍGUEZ

«La percepción del riesgo de una sustancia tiene muchísimo que ver con la probabilidad de iniciar el consumo». José Miguel Martínez es psicólogo clínico, doctor y jefe del Área Asistencial del Centro Provincial de Drogodependencias de Granada. «Si se le sugiere a un adolescente que inhale CBD –continúa–, una sustancia que tiene el sabor y el olor del cannabis, lo que se está haciendo es que normalice las sensaciones que tienen que ver con los porros. Es una enorme puerta de entrada, como los vapers». El doctor resopla y alza las manos: «¿Al repartir un flyer por la calle o al abrir tantas tiendas, ¿a quién le estamos dando el cannabidiol? ¿Lo sabemos? Es una perversión total del sistema».

«Con el CBD, que tiene el sabor y el olor del cannabis, se normalizan sensaciones que tienen que ver con los porros»

José Miguel Martínez

Psicólogo Clínico

El doctor Martínez habla de casos de menores que fuman CBD para ir más tranquilos a exámenes o para superar miedos sociales. Y ahí está el quid de la cuestión. «Lo que realmente me preocupa es la edad de inicio. No digo desde un punto de vista ético o de mis creencias, sino desde la perspectiva del desarrollo cerebral. La neurociencia ha demostrado que el cerebro no termina de madurar hasta los 19 o 20 años, un desarrollo de atrás hacia adelante, y en la parte delantera es donde tomamos las decisiones, el juicio».

Hay estudios de la UGRcon resonancia magnética que demuestran que no es lo mismo empezar a tener contacto con sustancias a los 12, 13 o 14 años, que con 25. «Con 14 puedes dañar zonas específicas del cerebro, provocar psicosis y el síndrome amotivacional. Y hay personas que tienen predisposición genética a desarrollar estos problemas... Si un paciente de 42 años que lleva 20 fumando marihuana me dice que va a usar el CBD para dejarlo, no me preocupa. Pero cuando es gente joven que se está iniciando, es para preocuparse mucho».

«Todas las sustancias que producen adicción producen dependencia. Todas»

Cruz Miguel Cendán

Profesor de Farmacología

Cruz Miguel Cendán es profesor de Farmacología en la Facultad de Medicina de la UGR. «Se dice que el CBD no es psicoactivo. No es así, porque si produce algún efecto ya es psicoactivo. Es cierto que tiene menos efectos que la marihuana, pero no es algo inocuo. También va a depender mucho de la concentración y la cantidad. En un estudio científico está todo controlado, pero en la calle no».

El profesor Cendán señala que el CBD se vende como si no llevara THC, pero si se hace un control toxicológico daría positivo. «Es como la cerveza sin alcohol, que sí lleva». «Todas las sustancias que producen adicción producen dependencia –afirma–. Todas. Modulan lo que se denomina el circuito de recompensa cerebral. No voy a demonizar ni a dar un discurso paternalista, allá cada cual. Pero es cierto que no se puede vender el CBD como algo inocuo». «También hay evidencias científicas de su potencial terapéutico, sobre todo para reducir ciertos tipos de dolor, pero se trata de estudios controlados, con una cantidad determinada, algo que no manejas cuando fumas un gramo en tu casa».

Potencial terapéutico

Nelson Vargas, en su tienda CBD Flowers. J. E. C.
Imagen principal - Nelson Vargas, en su tienda CBD Flowers.
Imagen secundaria 1 - Nelson Vargas, en su tienda CBD Flowers.
Imagen secundaria 2 - Nelson Vargas, en su tienda CBD Flowers.

Nelson Vargas abrió en 2020 CBD Flowers, la primera tienda CBD de Granada. «Me han ofrecido hacer cosas ilegales, pero nunca acepté». Aunque al principio sintió rechazo hacia su tienda, ahora cuenta con una clientela fiel, la inmensa mayoría por encima de los 50 años. «Si vieras la cantidad de gente que te agradece haber encontrado esto porque llevaban con dolores intensos durante años y ya no...». Vargas menciona pacientes oncológicos, con fibromialgia o artritis reumatoide, entre otras enfermedades. «Tenemos cogollos, pero sobre todo vendemos cremas, aceites y parches».

¿Vienen menores a alguna de sus tiendas? (tiene otra en Pablo Picasso). «Preguntan y se enfadan cuando no les vendemos. Nos dicen que en otros sitios sí les venden... Nosotros no. Sí conozco otras tiendas que lo hacen, el problema es que nos meten a todas en el mismo saco». Nada más terminar la frase, un inspector de consumo entra en el local. Lo revisa de arriba abajo. Estrecha su mano y le da las gracias. Está todo en orden.

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Un gramo de 'Cannabis sin' gratis en la puerta del colegio