UCI de Neurotraumatología
«La gente no viene aquí a morirse, la inmensa mayoría sale adelante»Los profesionales les cuidan en sus peores momentos y también acompañan a los familiares, en shock al saber que su ser querido está grave
Solemos asociar UCI con fallecimiento, pero no es así: la mortalidad en esta unidad del Hospital Neurotraumatológico se sitúa en un 11%. En ese pequeño rincón trabajan en torno a cincuenta profesionales sanitarios que, divididos en turnos, se dejan el alma por sus pacientes. Les acompañan en los peores momentos de su vida, les cuidan, les asean, les dan cariño. Cuando se recuperan, la satisfacción es inexplicable. Algunos, incluso, les llevan regalos tiempo después como señal de agradecimiento.
Como en cualquier trabajo que implique tratar con personas en estado crítico, las emociones están a flor de piel. Tratan de evadirse, de no llevarse el trabajo a casa, pero qué difícil es no derrochar empatía. «Imagínate a un muchacho que sale de fiesta, está perfectamente sano. A las cuatro de la madrugada, su familia recibe una llamada en la que le comunican que el chico ha sufrido una lesión cerebral grave de la que no se va a recuperar o que ha fallecido. Evidentemente esto tiene una carga emocional muy importante para nosotros. Le dedicamos muchas veces más tiempo al apoyo familiar que al propio paciente», cuenta Francisco Guerrero, jefe de sección de esta UCI.
Hay quienes permanecen ingresados días, semanas, meses. Que llegan en una situación «catastrófica, de muerte inminente», y en el transcurso del tiempo mejoran. Los trabajadores les miran, recordando cómo llegaron y lo que ha cambiado la cosa. Es la recompensa más clara. «Reconforta tanto… Hay muchos que, cuando les dan el alta, vuelven a los pocos días y hasta nos traen algún regalo», apostilla Guerrero.
A Luisa Quesada, supervisora de Enfermería, le viene a la mente un caso reciente de superación, el de un joven motorista que sufrió un accidente de tráfico hace unas semanas. No fue su culpa, al parecer, el vehículo sufrió un fallo mecánico. Ingresó con lesiones «gravísimas» por las que tuvo que ser intervenido hasta tres veces en 24 horas. También le tuvieron que transfundir incontables bolsas de sangre. Finalmente, el único rastro del accidente que le quedará será «un montón de cicatrices». «Casos como este te marcan», agrega.
Al hilo de esa cuestión, los profesionales recuerdan la importancia de la donación de sangre. En este sentido, la provincia de Granada es históricamente una de las más solidarias. Tras este altruista gesto, se separan los componentes de la sangre donada en plaquetas, plasma y glóbulos rojos y se le transfiere al paciente lo que precise. De ahí el eslogan que dice que una donación salva tres vidas.
Hospital de referencia
El Hospital de Neurotraumatología recibe los traumas graves de prácticamente toda la provincia -zona de Granada, área metropolitana, Baza y Motril-. Es, explican desde el centro, referente en estas cuestiones por un motivo: cuenta con una amplia variedad de servicios para atenderlos. Desde Neurocirugía hasta Cirugía Plástica, pasando por Maxilofacial, Cardiaca o Torácica. «Llevamos muchos años especializados en trauma», añade el jefe de sección.
En general, el hospital atiende sobre todo patología neurológica. Es también el primer lugar al que llegan las personas afectadas por quemaduras graves, que en un momento dado pueden requerir traslado a la unidad de referencia en Andalucía, situada en el Virgen del Rocío de Sevilla.
Hay que tener en cuenta que la UCI de pacientes Neurotraumatológicos está íntimamente unida a las otras tres UCI del Hospital Virgen de las Nieves, al que pertenece. Localizadas en el Hospital General, situado en la Avenida de las Fuerzas Armadas, serían la UCI polivalente, la de pacientes cardiovasculares y la destinada al postoperatorio de cirugía cardiaca.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
