Ciberestafas en Granada
Las ciberestafas se disparan con veinte denuncias al día en Granada y dificultan recuperar el dineroJóvenes con alto conocimiento en tecnología están detrás de la mayoría de estos delitos, disparándose el número de denuncias en los últimos años
Una ciberestafa es un engaño que busca conseguir una disposición patrimonial no consentida de otro a través de las nuevas tecnologías. Sin embargo, su traducción al mundo real implica mucho más. Víctimas que temen no recuperar nunca las cantidades que entregaron a ciegas, otros que incluso no llegan a fin de mes por el dinero perdido y un sentimiento de culpa generalizado que pesa demasiado. Las ciberestafas son las infracciones penales que más han aumentado en la provincia de Granada, con un incremento del 75% en los primeros seis meses de este año en comparación con el mismo periodo de 2022 –según los últimos datos publicados por el Ministerio del Interior-. Solo de enero a junio del presente año se han denunciado más de 4.000.
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Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado confirman la tendencia. Los delitos tradicionales cometidos en persona, como el tocomocho, pierden fuelle y se produce un traspaso al ciberespacio. Esto tiene mucho que ver con los autores de las fechorías. Son cada vez más jóvenes –algunos, incluso, adolescentes- y manejan a la perfección las nuevas tecnologías. Los que más conocimientos de hackeo poseen pueden llegar a ser muy dañinos. «Son capaces de romper el bloqueo de seguridad de una cuenta bancaria o institución», indican desde la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional. La clave, afirma la Guardia Civil, es el anonimato.
Los investigadores admiten que puede resultar muy complicado recuperar el dinero de las víctimas. Las macroorganizaciones utilizan todos los medios a su alcance para no dejar rastro y, en bastantes casos, los propios delincuentes y sus cuentas bancarias están en el extranjero, por lo que las autoridades dependen de otros países para seguir su investigación. A pequeña escala puede funcionar seguir el rastro del dinero a través de la dirección IP y el teléfono, a gran escala se complica.
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Pantallazos de las conversaciones en los que se hacen pasar por la hijo de la víctima.
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«El problema de la mayoría de estas estafas es que sin una acción inmediata y el bloqueo automático de cuentas bancarias no se recupera nada, porque el dinero va al extranjero, a países con los que no tenemos convenio. Si se recupera lleva mucho tiempo, ya que dependemos de organismos internacionales», apostilla el Grupo de Delitos Tecnológicos de la Guardia Civil. La Policía, por su parte, resalta que hace años el dinero solía ir a cuentas españolas pero abiertas de forma online desde Holanda, por ejemplo. La persona físicamente no estaba en España y necesitaban de las autoridades de ese país para avanzar. Sin embargo, recalca que con el tiempo las entidades bancarias «empezaron a pedir más garantías», más factores de autenticación para identificar a la persona que está detrás del móvil. «Eso nos facilita la información y dificulta la creación de cuentas usurpadas», añade el Cuerpo.
Las más comunes
Las estafas más denunciadas van cambiando, pero ahora hay dos que traen de cabeza a los investigadores. Por un lado, el timo del falso hijo, por el cual la Guardia Civil ha desarticulado recientemente una organización criminal que estafó a 44 personas en la provincia de Granada un total de 180.000 euros. Todas las semanas se presentan varias denuncias por este timo, por el cual las víctimas reciben un mensaje de su supuesto hijo que les comenta que ha cambiado de número de teléfono y necesita dinero.
Otra estafa muy común en la actualidad está relacionada con los fraudes de inversión, especialmente en el ámbito de las criptomonedas. Se realizan mediante plataformas que prometen unas ganancias desproporcionadas con una inversión de unos cientos de euros. Cuando la víctima ya ha proporcionado suficiente dinero, le ponen continuas trabas para sacarlo.
«El dinero va fuera de España y es muy difícil rastrearlo», indica la Policía Nacional. En este sentido, el grupo de delitos tecnológicos de la Guardia Civil explica que si hace cuatro años las estafas cuantiosas –de 50.000 o 100.000 euros- eran poco frecuentes, ahora se producen «todos los días». «Son grandes cantidades, llegan al millón de euros. Suele caer gente confiada que quiere ganar mucho dinero de forma rápida y no mira lo que hay detrás del perfil», argumenta. Las víctimas pertenecen a todos los estratos sociales: les han llegado denuncias de médicos o abogados, por ejemplo.
Timos a empresas
Las empresas granadinas no se libran de correr este riesgo. De hecho, una estafa cometida por teléfono ha llevado a las autoridades a avisar a las asociaciones de comerciantes para que estén alerta. Se trata del timo del jefe en apuros, por el cual un empleado recibe una llamada de un supuesto gestor de la empresa que conoce algunos datos de la misma. Tras embaucarle, solicita un pago –todo ocurre muy rápido, sin dejarle pensar- y el trabajador, que cree estar haciendo un favor, transfiere el dinero. «Sucede en comercios de todos los tamaños», confirma la Policía Nacional.
Las empresas también se ven afectadas por el 'Man in the middle', que se detecta desde hace años. El ciberdelincuente accede al sistema de correo electrónico de un negocio que tiene que realizar un pago, cambian el email o número de cuenta de destino, y la transferencia se realiza al estafador en lugar de a la empresa proveedora, por ejemplo. «Han aumentado muchísimo y se trata de organizaciones muy especializadas que antes se ubicaban en un solo país, mientras que ahora están en al menos tres», recalca la Guardia Civil, que hace poco recuperó 30.000 euros de una empresa granadina que había perdido 80.000 por esta estafa. El resto tratarán de conseguirlo con el tiempo, aunque es complejo.
Los autores son cada vez más jóvenes –algunos, incluso, adolescentes- y manejan a la perfección las nuevas tecnologías
Por último, se mantienen los 'Phishing', es decir, el envío de correos electrónicos o SMS que suplantan a empresas conocidas como Netflix o Spotify para solicitar un pago. En cualquier caso, cambian según la época del año. Cuando toca hacer la declaración de la renta, se detectan más intentos relacionados con la Agencia Tributaria, por ejemplo.
En muchas de estas estafas ocurre un segundo intento. Los delincuentes se ponen en contacto con la víctima diciendo ser una empresa de abogados que les ayudará a recuperar el dinero perdido. Una vuelta más de tuerca, señala la Policía Nacional, que ocurre en el timo de amor o el los fraudes de inversión. «Les avisamos de que les puede pasar después», agrega el Cuerpo. En definitiva, grandes expertos luchan en Granada contra las ciberestafas, un área en el que las denuncias han aumentado exponencialmente y, previsiblemente, seguirán in crescendo.
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