Un día de atascos en la Circunvalación de Granada
Analizamos 24 horas de un viernes en 9.000 fotos | Pese a que las estadísticas marcan un descenso de hasta 40.000 vehículos al día en la última década, la autovía se queda pequeña
Arrancar el coche a las dos menos cinco o hacerlo a las dos en punto marca la diferencia entre llegar a tiempo o con hasta media hora de retraso. Pese a que las estadísticas provisionales anticipan un notable descenso en el volumen de vehículos que cada día cruzan la A-44 entre el enlace con la A-92 y la A-395 -la Circunvalación- lo cierto es que la autovía suele convertirse en un embudo en cada hora punta. La situación se agudiza al inicio del fin de semana. Basta una colisión leve para que el colapso se extienda en ambos sentidos, por el conocido como 'efecto mirón' o 'cremallera': vehículos que se detienen a observar un accidente y provocan un tapón.
El vídeo tomado el viernes 15 de febrero muestra la evolución del flujo de vehículos desde las seis de la madrugada del viernes hasta las doce del mediodía del sábado. A través de la observación directa de una cámara ubicada en la terraza del hotel Barceló Granada Congress -que disparó más de 9.000 imágenes-, de las 'apps' de navegación y de las cámaras de tráfico de la DGT y el Área de Movilidad de la capital es posible trazar la crónica de un viernes -sin demasiados sobresaltos- en la Circunvalación.
Al amanecer, en la Circunvalación hay un intercambio de poderes: los trabajadores de madrugada, muchos de ellos al volante de vehículos pesados, ceden a las familias el espacio de este vial que bordea Granada de norte a sur. Las primeras retenciones del día se empiezan a notar entre las siete y media y las ocho de la mañana, minutos antes del timbre que marca la entrada a los 154 centros educativos de Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato de la capital. De estos, 84 son privados o concertados, con alumnos procedentes de otras localidades del área metropolitana que se traducen en más vehículos en la Circunvalación.
La Policía Local de Granada no tiene competencias en la regulación del tráfico en la Circunvalación. Pero, como explica su portavoz, Jacinto Sánchez, juega un papel fundamental a la hora de controlar los flujos en la Circunvalación. El porqué es sencillo: actúan en los nudos en los que coinciden los vehículos que entran y salen de la ciudad. Dos son los más conflictivos: Recogidas y Méndez Núñez. «Lo principal es vaciar la ciudad», explican desde la Policía Local. Controlan el tráfico de salida en ambos ejes -con varios colegios cercanos, lo cual agrava el tráfico- desde las siete y media a las nueve menos cuarto, aproximadamente, de los días laborables. Tienen que trabajar en coordinación con los semáforos que, en las horas punta, dosifican el tránsito en las glorietas.
Si nada se tuerce, como sucedió el 15 de febrero, no hay más incidencias que la circulación densa en determinados puntos. Pero en cuanto hay un toque entre dos vehículos -las colisiones por alcance son las más comunes- la circulación se ve afectada en ambos sentidos. «Está estudiado que la gente es muy curiosa y se para a ver lo que pasa, eso nos crea retenciones», afirman desde la Policía Local.
Resuelta la madeja de la mañana, en torno a las 13.45 empiezan las 'líneas amarillas' que luego se teñirán de rojo. Con ellas representa la aplicación Google Maps -el navegador más utilizado por los conductores- el tráfico atorado. En dirección Motril, la mancha se extiende desde la rotonda de Maracena -cuyos carriles de entrada están ya repletos- hasta Granada, a la altura de la Juventud. Al otro lado de la capital, la rotonda de Armilla y sus accesos son otro punto caliente. En el nudo del PTS, los problemas de tráfico han ido a menos gracias al ramal estrenado al inicio de curso.
Las 14 horas es el momento de mayor tráfico en la Circunvalación. Según datos del Ministerio de Fomento facilitados por el Consorcio de Transporte Metropolitano de Granada, el viernes 9 de noviembre a esa hora atravesaron el punto de medición más de 10.000 vehículos. Y en un viernes cualquiera, como el pasado día 15, las líneas empiezan a colorearse de rojo a la altura del parque de las Alquerías.
Los coches no llegan a detenerse -como sí sucede en cuanto hay algún 'toque'-, pero un tramo que se puede recorrer en unos seis minutos sin rozar los límites de velocidad, de acuerdo con las estimaciones de los navegadores, pasa a los veinte, como pudo comprobar IDEAL. A las dos y media de la tarde, la mancha roja en ambos sentidos se extiende desde Méndez Núñez a la carretera de Málaga. También hay retenciones en la entrada de Recogidas desde Motril. Mientras, el Área de Movilidad informa de retenciones en las principales vías: la avenida de Andalucía, Camino de Ronda sentido Zaidín, Doctor Olóriz, la bajada de Méndez Núñez…
En la madrugada, la Circunvalación es un remanso: mientras en hora punta la afluencia es de 10.000 vehículos, entre las dos y las cuatro de la madrugada apenas llega a los 1.000
La concentración de vehículos no se disuelve hasta una hora después, cuando empieza una pequeña 'siesta' en la Circunvalación. Más tarde, pasadas las cinco, llega el atasco en la salida de Granada por la carretera de Málaga y junto a las zonas comerciales: las entradas al centro, el entorno de la rotonda de Maracena -acceso al centro comercial Kinépolis- y la entrada a Armilla -junto al Nevada Shopping-. A las 19.44 aparece en la web de la Dirección General de Tráfico el aviso de congestión «con circulación irregular» desde Albolote a Granada en sentido Motril.
Más permeable suele ser el tráfico nocturno. En verano adquiere más peso, con la 'huída' hacia la Costa Tropical, y la manilla en las nueve suele marcar ese límite crítico entre llegar a tiempo o asumir veinte minutos de demora. Ahora, los atascos están a la altura del corte por las obras de la segunda Circunvalación. El pasado viernes, la jornada laboral concluyó con retenciones leves. En la madrugada, la Circunvalación es un remanso: mientras en hora punta la afluencia es de 10.000 vehículos, entre las dos y las cuatro de la madrugada apenas llega a los 1.000.
La cámara deja de disparar 30 horas y 9.000 disparos después. En las últimas fotos se aprecia la gran diferencia entre el tráfico a media mañana de un viernes y el goteo de vehículos del sábado.
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