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Los jugadores del equipo de fútbol masculino de la Universidad de Granada sostienen el trofeo al tercer puesto en el Mundial. Ariel C. Rojas

Fútbol

Los secretos tras el bronce del Mundial universitario

Alumnos de grado o máster compatibilizan los entrenamientos también con sus clubes con las clases e incluso prácticas

Viernes, 3 de octubre 2025, 00:07

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Detrás del éxito de todo equipo universitario se esconden muchos secretos, casi todos relacionados con el sacrificio de sus integrantes, incluidos sus técnicos. Ocurre también con el de fútbol masculino de la Universidad de Granada que viene de lograr la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo de China. Sus jugadores, todos alumnos de grado o máster, compatibilizan los entrenamientos también con sus clubes de Tercera RFEF y División de Honor con las clases e incluso prácticas. Avatares del camino hacia el mundo laboral sin dejar de dedicarse al deporte que les apasiona aunque no puedan vivir profesionalmente del mismo.

«Esto es un embolado bastante grande», admite el entrenador Luis del Moral. «Tenemos muchos maestros y alumnos de Derecho sobre todo, pero también ingenieros; un popurrí importante. Muchos tuvieron que pedir permisos en sus colegios o cambiar exámenes e incluso rechazar prácticas, como nuestro portero, Antonio Manuel Gutiérrez, que retrasó las suyas a octubre. El esfuerzo tuvo recompensa», se congratula. «Siempre buscamos formar una piña y valoramos lo humano sobre lo deportivo con la exigencia de que los chicos den el 200% pero sin dejar de disfrutar; los resultados son secundarios», antepone el técnico.

El capitán del equipo de fútbol masculino de la Universidad de Granada, Mario Torres, es uno de los maestros del vestuario. «Estoy a la espera de un máster de investigación y me gustaría ser docente de Educación Física», comparte, aún con la «espinita clavada» de haber jugado la final del Mundial ante 25.000 personas. «Es un lujo guiar a un grupo tan fantástico de jugadores al ser de los que más años lleva junto a Antonio. Ya hicimos un gran torneo cuando fuimos subcampeones de Europa en Italia, pero queremos mucho más», avisa.

Sigue el ejemplo de Mario Torres el 'MVP' del campeonato, Iván Casares, compañero suyo en el Huétor Vega. «Ojalá pueda seguir compaginándolo con el fútbol», anhela, después de haberse sentido «como un profesional» en China. «Ya hubo mucha gente esperándonos en el aeropuerto y luego íbamos escoltados de la residencia a los partidos», detalla, aún con un sabor amargo por la medalla de bronce por la lotería de los penaltis. «Se hace raro volver a la realidad ahora después de jugar en campos de césped natural allí», admite. «Todos nuestros jugadores son un lujo, pero él es pura magia», le guiña un ojo Luis del Moral.

IA en Estados Unidos

Como ellos, también juega en el Huétor Vega el central zurdo Nacho Antequera, de vuelta a Granada para hacer el máster en Ciencia de Datos e Ingeniería de Computadores después de especializarse en inteligencia artificial en Estados Unidos. «Llevaba seis años en la cantera del Granada, casi todos con Isma Ruiz –ahora en el Córdoba– como compañero, cuando LaLiga organizó un triangular en Madrid y me ojearon para una beca deportiva y académica en Nueva York», cuenta. Allí pasó por los centros de Iona y St. John's sin dejar de competir. «Este Mundial me recordó a esa experiencia, porque el fútbol está muy profesionalizado también al considerarse primordial que se compagine el estudio con el deporte; pude formarme sin ninguna preocupación», agradece.

Nacho Antequera, a la derecha, junto a su hermano y compañero Bruno. Ariel C. Rojas

«Volver a Granada fue una decisión difícil, y tuve que meditarlo bien porque también pude extender mis estudios allí o irme a cualquier otra ciudad europea, pero el prestigio de la Universidad de Granada en IA y ciencia de datos se alineaba con mi vocación profesional y lo vi como una oportunidad excelente», se congratula Nacho Antequera. De hecho, fue reclutado por el labotarorio Dust AI que le puso en contacto con el catedrático Francisco Herrera durante la polémica reciente por el grado de IA. «Abogo por seguir potenciando un área en el que ya somos una Univeridad puntera a nivel europeo; esas trabas obstaculizaban que otros alumnos pudieran cultivarse en esta disciplina», celebra tras el final feliz. Ahora comparte el equipo de fútbol universitario con uno de sus dos hermanos, Bruno, alumno de Física. El otro, Lisardo, pasó como portero por las canteras del Granada, del Real Madrid y del Espanyol y ahora juega en el Santa Amalia de Tercera RFEF.

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