Borrar
Pepe Luis 'Habichuela', arrebatado durante el recital. Ramón L. Pérez

Una mirada hacia atrás para seguir avanzando

Una obra de Granada para Granada que homenajea la figura de Luis Habichuela pero que hunde sus raíces en todo nuestro pasado flamenco

jorge fernández bustos

Granada

Lunes, 14 de septiembre 2020, 01:40

Comenta

Sobre todo espíritu. Si tuviera algo que destacar del espectáculo 'In Paradisum' de la que pudimos disfrutar ayer en el teatro del Generalife es su intención. En primer lugar es una obra de Granada para Granada (todos sus actuantes son granadinos o están íntimamente relacionados con la ciudad de la Alhambra). Por otro lado pretende ser un homenaje, centrado en la persona de Luis Habichuela, pero en extensión memora todo nuestro pasado flamenco.

En segundo término radica en la comunicación de las músicas que se dan cita: el flamenco y la clásica, el canto coral y el baile, la música andalusí y los instrumentos propios del rock (batería, teclado, bajo). En último lugar —y no por eso menos importante— hay que hacer referencia a su carácter democrático, a su gratuidad, en un intento de expandir el arte por todos los estratos.

Con un planteamiento de cantata, con reminiscencias de réquiem, la obra 'In Paradisum', con una cincuentena de actuantes, se divide en tres actos que se imbrican entre sí como en un todo homogéneo.

Comienza la noche, como no podía ser menos con la Obertura 'Alma flamenca' (estreno absoluto del compositor almeriense Juan Cruz-Guevara), en la que el maravilloso Quinteto de cuerda de la OCG (dos violines, una viola, un violonchelo y un violón) y el Coro de Cámara de Granada (con su director, Jorge Rodríguez Morata) toman un delicado protagonismo con mascarilla.

El 'Omega' de Morente

La cadencia de esta primera parte se rompe con la exacta batería de Benjamín Santiago 'el Moreno' —que nos retrotrae al 'Omega' de Morente—, en la que el eco flamenco de Pepe Luis Carmona Habichuela —una voz delgada pero muy fragüera— toma el protagonismo y se acuerda específicamente de su padre en remedando el cante añejo: una soleá, con estribillo conseguido ('Granada tierra moruna'), donde interviene el qanum de Samsaoui, una vidalita clásica y unos tangos de coro agradecido, con arreglos propios de modernidad. Sobresale como un instrumento más la función del coro flamenco. Cuatro chicas de voces equilibradas que dimensionan las propuestas de Carmona haciendo de su cante un canto popular. Lástima que no se escucharan las palmas.

La soprano Mariola Cantarero, como un estallido naranja, introduce el segundo acto ('Una vida en flamenco') con el 'Canto penitencial' y el kyrie eleison de la 'Misa flamenca' de Morente, al que se suma el Quinteto, el Coro y los flamencos. Pepe Luis toma el relevo con una toná que encierra un martinete. Continúa esta parte con una soleá por bulerías que baila Karime Amaya, fiel reflejo de su ascendiente Carmen, con unos pies limpios y vertiginosos. Termina el acto con unas bulerías con solos notables de las niñas del coro flamenco.

El acto final comienza con el estreno de la pieza 'Dulces caricias' de Juan Cruz (Cantarero) y continúa con malagueñas de Chacón (uno de los temas más conseguidos de la noche por la compenetración de todos). Hay que aplaudir, sobre todo en este final la labor de las guitarras (Rubén Campos y José Cortés 'el Pirata'). El final viene por tangos, aunque todavía hay espacio para 'El sitio de mi recreo' a manera de bis, fuera de programa. Como colofón podemos decir que 'In Paradisum' podría dar la impresión de una misa de difuntos por su temática, pero nada más lejos, se trata de un canto de esperanza y del comienzo de un ciclo que pretende ser glorioso para nuestra ciudad.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Una mirada hacia atrás para seguir avanzando

Festival Milnoff | Una mirada hacia atrás para seguir avanzando en Granada