El granadino que batió el récord mundial de 'Fornite' después de Selectividad: 200 horas sin parar

Carlos sonríe a cámara mientras recibe un disparo fulminante. «Pues me han matado», zanja divertido. Tiene el rostro fresco, espabilado, como si acabara de echarse agua de un manantial helado después de un sueño reparador. Pero no. Carlos lleva 150 horas en su dormitorio, jugando al 'Fornite', el videojuego más jugado del mundo. Ya ha superado a Torete, el youtuber español que hasta ahora ostentaba el récord mundial. Sin embargo, Carlos empezó el reto con un objetivo en mente: 200 horas. Se sentó a jugar el 15 de julio al mediodía y se levantará el viernes 24 a las once de la noche, aunque él en este momento sólo se permite pensar en una cosa: «Vamos a echar otra –dice a los espectadores que siguen en directo la hazaña–, que se van a enterar».

El escritorio de Carlos Caballero Panadero (Granada, 2002) es amplio, con espacio de sobra para repartir libros y apuntes por todo el tablero sin quitar las pantallas, el teclado y el ratón. «Aquí es donde trabajo, tanto para estudiar como para jugar y hacer directos», explica el que hasta hace un mes era alumno del IES Generalife. «He ido mejorando mi equipo poco a poco, para hacer un contenido mejor. A esto –rodea con sus brazos el escritorio– es a lo que me gustaría dedicarme en un futuro». Y para alguien que acaba de aprobar Selectividad, hablar del futuro es algo inminente.

Carlos ha sido un buen estudiante, «el que siempre editaba los vídeos de los trabajos y el que sabía cómo arreglar las cosas del ordenador», apunta. En los últimos años ha aprendido por su cuenta a utilizar programas de montaje y de realización de vídeo para poder emitir desde su canal de Twitch (la principal plataforma de retransmisión de videojuegos en directo). «Tengo conceptos básicos bien asentados, ahora quiero crecer y aprender mucho más en la universidad». Con un 9,8 de nota en Selectividad, las opciones de Carlos son matricularse en Comunicación Audiovisual o Marketing. Y precisamente, con el fin de Selectividad, empezó su odisea por el récord mundial.

El verano pasado, Carlos siguió al youtuber Torete alcanzar las 140 horas de juego y pensó que el podría mejorar la marca. «Era una buena idea para lanzarme al gran público y así aumentar mi audiencia. He estado todo el curso planeándolo y, finalmente, tras la Selectividad, llegó el momento». Para lograr el reto sólo se le permite al contendiente una ventaja: diez minutos de descanso acumulable por cada hora de juego en directo. «Al principio pensé jugar 48 horas seguidas y descansar ocho, pero tras la primera sesión vi que no aguantaba», recuerda Carlos. Así, del 15 al 24 de julio, hizo sesiones de entre 45 y 36 horas de juego. «Fueron 200 horas de juego y 227 horas de emisión en directo, contando las horas de sueño».

El objetivo de Carlos era ganar seguidores y dar un paso más en una carrera profesional que él tiene muy decidida: «Gané seguidores, pero no tantos como me hubiese gustado. Pero estoy contento porque me propuse hacerlo y lo hice. Conseguí el récord mundial». Francisco y Mercedes, sus padres, lejos de ponerle pegas, apoyaron a su hijo en todo momento. «Él había cumplido con su trabajo, que era estudiar, así que nosotros confiamos en él», relata la madre. Carlos, de hecho, sólo tiene palabras de agradecimiento: «El récord no lo hubiera conseguido sin mi madre, que fue la que me cuidó durante todo el tiempo; y sin mis amigos, que me animaban para que no me quedara dormido o se venían aquí, a jugar a mi lado».

Para Carlos obtener el récord mundial no ha sido un simple juego. Para él forma parte de una pasión, de una vocación profesional que, de vez en cuando, tiene que explicar a los incrédulos: «Los videojuegos me gustan desde siempre. Muchas veces me dicen que me los tomo muy en serio y yo respondo que es como si practicara otro deporte. A unos les gusta el fútbol y a mí los videojuegos, no tiene por qué ser una cosa de frikis. Los videojuegos son una afición más que puede llegar a ser una profesión. Y ése es mi camino». Los referentes profesionales de Carlos son IlloJuan y WillyRex, dos 'streamers' que también han hecho del videojuego su trabajo. «Hay otros que han llegado alto por hacer cosas... tontas, por así decirlo. Pero en ellos me fijo en su humildad y en su forma de ser; en que se puede llegar alto y no perder la cabeza. Quiero ser así, centrado, como ellos».

Carlos hace ejercicio a menudo y está fuerte como un roble. «Por eso aguanté la traca», explica. Pero dice que con una es suficiente y que ahora, asegura, toca descansar, divertirse y pensar en el futuro. «Esto acaba de empezar».