«Acercarse a la vida de Tolkien requiere una mirada para la que Hollywood está incapacitado»
Eduardo Segura, el mayor experto en la vida y obra del creador de 'El Señor de los Anillos' de España ·
Después de ver el primer adelanto de la película inspirada en la vida de J.R.R. Tolkien, nos sentamos con el profesor de Literatura de la Universidad de Granada para hablar del biopic que se estrenará en unos meses, de la serie que prepara Amazon, de 'Juego de Tronos' y del poder de las historiasNinguna compañía de enanos ambiciosos ha alterado lo más mínimo el agujero –despacho– de Eduardo Segura en la Facultad de Letras de la Universidad de Granada. La última vez que entramos aquí, hace seis años, Peter Jackson se disponía a estrenar 'El Hobbit'; el mismo Peter Jackson que años atrás había elegido a Segura como asesor para la trilogía original de 'El Señor de los Anillos'. Este profesor de Literatura Inglesa sigue siendo el mayor experto en Tolkien de España –con decenas de ensayos publicados sobre su vida y obra– y uno de los más grandes del mundo. Hace seis años, les decía, terminamos la entrevista con un titular visionario: «Una película sobre Tolkien sería más interesante que la de 'El Hobbit'». Y, efectivamente, en pocos meses se estrena 'Tolkien'. El lanzamiento del primer tráiler ha sido suficiente excusa para volver a sentarnos a hablar de la Tierra Media, de Juego de Tronos, de Amazon, de Hollywood, del arte... Y de la verdad que esconden las historias bien contadas.
–¿Dónde lo dejamos?
–Acertamos. Un 'biopic' de Tolkien.
–¿Sensaciones?
–La sensación que tengo es que acercarse a la vida de Tolkien requiere una mirada para la que Hollywood está incapacitado. Literalmente. Si haces un recorrido por las películas que han tenido como objetivo bucear en el proceso de creatividad de un artista, hay algo que requiere un silencio, una puesta en escena, una narrativa audiovisual, para las que el cine, desde los años 80 no está preparado. Hollywood, voluntariamente, ha esquivado este tipo de desafío.
–¿Todo eso después de ver el tráiler?
–Tengo que ser muy prudente para establecer una opinión a partir de un tráiler que dura un minuto, no sería justo establecer una opinión inamovible. Pero el tráiler mismo, la concepción narrativa de ese avance, los 'highlights'... es algo ya trillado. En el tráiler se muestra la magia como algo evanescente, como una fuerza alternativa. De alguna manera, como algo esotérico. Para Tolkien no tenía nada que ver con eso.
–¿Qué era la magia para Tolkien?
–Para Tolkien la magia es la capacidad que tiene alguien de llevar a su plenitud la potencialidad de las cosas naturales. Un mago como Gandalf es capaz de hacer que la madera, que una de sus potencialidades es ser combustible, por la fuerza de la palabra, arda. Esa es la magia. No es la magia del hechicero. No es la magia del 'magician' es la magia del 'wizard', del que vincula su poder a la palabra, a la sabiduría, al conocimiento de cómo son las cosas. Por eso Saruman es un mago pervertido, porque ha utilizado la potencialidad de su palabra, de su voz, para pervertir la naturaleza de las cosas. Este tipo de sutileza, que no es imposible de llevar al cine, creo, y Terrence Malik lo ha demostrado, requiere otro tempo, otra manera de acercarse a la situación.
–Dice que desde los años 80 Hollywood no está preparado, ¿por qué?
–Para mí, la gran amenaza fantasma (ríe) es la creciente, de una manera exponencial, importancia de los efectos especiales. En el tráiler hay un momento en el que se ve las trincheras y el fuego toma la forma de un Balrog o un ogro o algo monstruoso. Metafóricamente la imagen me parece bonita. Pero se destaca mucho a lo largo del tráiler la vinculación causa efecto entre las experiencias de las trincheras y los combates entre caballeros. Me parece que el modo en que afectó la Gran Guerra al alma de Tolkien y su creatividad es mucho más sutil. Y a la vez, mucho más bestial. Una experiencia ligada a la muerte, mirar a la muerte cara a cara. Reducir eso a una serie de hallazgos visuales, creo que no da cuenta de la profundidad de campo de lo que se está hablando.
«Para Tolkien la magia es la capacidad que tiene alguien de llevar a su plenitud la potencialidad de las cosas naturales»
–¿De qué se está hablando?
–Para Tolkien la invención de sus mundos es lingüística; no está en la concatenación de situaciones argumentales tópicas de momentos de clímax. El nacimiento de su mitología se produce en las trincheras, donde concibió 'La Caída de Gondolín' (libro que va a publicar la editorial Minotauro dentro de nada y que es, paradójicamente, el primer libro que empezó a escribir). En el prólogo a uno de los libros, su hijo Christopher Tolkien escribe «Mi padre concibió 'La caída de Gondolín' bajo intenso fuego de artillería», una manera preciosa de explicar cómo el ser humano es capaz de ser libre interiormente, libre de las situaciones exteriores, por terribles que puedan llegar a ser.
–El lenguaje, visualmente, ha cambiado mucho en los últimos años. Y entiendo que si buscas hacer una película atractiva para ojos jóvenes, pase por elegir añadir efectos especiales.
–Me expongo a los disparos. El problema es el tipo de lenguaje que tienes que escoger. Terrence Malik, Peter Weir o Clint Eastwood (los pocos maestros que quedan) eligen puestas en escena y modos de narrar que no son convencionales. Veo el tráiler de 'Tolkien' y es algo que ya he visto, en cuanto a la fotografía, planificación, puesta en escena, utilización de voz en off... No hay un lenguaje peculiar que digas -chasquea sus dedos- esto es de este director; no hay una presencia. Con lo cual me retrotraigo a la pregunta inicial: ¿el lenguaje es arte o está al servicio del mercado? Para mí el lenguaje cinematográfico debe ser arte y estar al servicio de sí mismo. No tiene que estar al servicio de llegar a nadie.
–Y así llegamos a series y películas que parecen sacadas de un mismo molde. De una fórmula.
–Mira lo que pasa en el mundo editorial. ¿Que funciona la novela negra? Pues todo el mundo a escribir novela negra. Lo que no quita que haya gente extraordinaria escribiendo novela negra. Porque los géneros son lícitos. Pero la licitud de los géneros para mí tiene un efecto secundario, puede llegar a convertirse en una especie de cuello de botella que llegue a asfixiar la creatividad. Vivimos en una época en la que se arriesga muy poco. Si alguien dice que va a hacer una serie de vikingos, coge la puesta en escena de 'Juego de Tronos'. O viceversa.
«Para mí el lenguaje cinematográfico debe ser arte y estar al servicio de sí mismo»
–Amazon trae la serie de El Señor de los Anillos, ¿qué espera?
–Igual chapoteo en mi propia ignorancia. Pero me da la sensación de que va a tirar por el lado de hacer una puesta en escena entre Peter Jackson y 'Juego de Tronos', por no salirse de una fórmula que ha funcionado en términos de taquilla, no en términos estéticos. Me llama mucho la atención que, desde que Peter Jackson hizo 'El Señor de los Anillos' y perpetró 'El Hobbit' –sonora carcajada–, la gente que dibuja a Tolkien parte de la base de que los diseños son los de Peter Jackson. Todo es exactamente una continua paráfrasis de la puesta en escena de Jackson. Un empobrecimiento bestial de la imaginación.
–Tenemos Tolkien para rato, ¿no?
–Hay una gallina de los huevos de oro por delante. Habrá que ver la serie que produce Amazon. Creo que es interesante bucear en los años intermedios; Tolkien dejó mucho material escrito en el que no todo está contado. 'Juego de Tronos' ha jugado un papel grande, no sé si para bien o para mal, en lo que es el aspecto...
«Habrá que ver la serie que produce Amazon. Creo que es interesante bucear en los años intermedios, Tolkien dejó mucho material escrito en el que no todo está contado»
–¿No le gusta 'Juego de Tronos'?
–'Juego de Tronos' es parte del producto. No me interesa lo más mínimo. La gente da por sentado que como me gusta 'El Señor de los Anillos' me gusta 'Juego de Tronos'. Es el problema de los estereotipos...
-¿A qué se refiere?
-Funcionamos con asunciones estéticas en casi todas las cuestiones. El gusto personal se ha convertido en la vara de medir y ese es un grandísimo error. El argumento no puede ser que mi gusto mide la realidad; la realidad se mide sola. Por eso es tan importante la formación estética, ausente en los planes de estudio desde primero de Primaria hasta la Universidad (y así nos va). Lo que se tiene que enseñar es la humildad en la mirada. Educar la mirada para nunca perder la capacidad de asombrarse ante la realidad. Hay una escena preciosa de 'Master & Commander' (Peter Weir, 2003) en la que acaban de llegar a las Galapagos y está todo el barco mirando hacia un lado y, entonces, la cámara se mueve y vemos al capitán mirando con el catalejo hacia el otro lado; y esa mirada es la que hace avanzar la narración.
–¿No estamos mirando en la dirección correcta?
–El problema está en cómo miramos la realidad. En cómo nos interpela. Si esa realidad la queremos transformar en Arte, estás dando un salto exponencial. Si la pregunta que quieren responder los productores del biopic de Tolkien es 'cómo fue la evolución de Tolkien desde un chaval al inventor de la Tierra Media', no te puedes quedar simplemente en situaciones tópicas, que tal y como están presentadas hasta ahora, son en términos de causa y efecto. Como ocurrió esto, entonces en la Tierra Media esto... Y eso no fue así. Si hay algo difícil de explicar es cómo las vivencias de un ser humano se transforman después en arte.
–¿Cómo fue el proceso de Tolkien?
–La convivencia de Tolkien con la muerte no sucede en la Gran Guerra. Sucede cuando a los 4 años muere su padre y a los 12 su madre. Tolkien ya sabía lo que era la muerte desde chiquitín. Es cierto que en la Gran Guerra mueren dos de sus tres mejores amigos y se casa antes de irse al frente. Pero la historia de amor del propio Tolkien, dudo que hayan sido tan valientes como para ponerla en pantalla. Ojalá me equivoque. En palabras de Tolkien, esa historia de amor fue un error. En una carta a uno de sus hijos le decía que ser un romántico empedernido traía muchas tristezas y muchas de las oscuridades que acompañaron su matrimonio tuvieron que ver con ese romanticismo empedernido. No creo que Hollywood se atreva con eso. Nos van a contar que Lilly Collins, que es la que interpreta a Edith Bratt, es una chica estupenda a la que le cuenta cuentos, con la que baila en el bosque como Beren y Luthien... Las historias crepusculares son las difíciles de contar. Requieren una maestría y un conocimiento matizado del alma humana. Eso en 2019 no vende.
«La magia de la palabra siempre deja la alternativa de que el otro diga algo. Se abre al diálogo. ¿Por qué vivimos en un mundo de sordos? Porque el otro, cuando habla, ya no quiere escucha»
–Como decía antes, hay un Saruman que se ha hecho con el cine y las historias.
–Exacto. La magia de la palabra siempre deja la alternativa de que el otro diga algo. Se abre al diálogo. ¿Por qué vivimos en un mundo de sordos? Porque el otro, cuando habla, ya no quiere escuchar. Es algo clausurado desde el principio porque la palabra no está abierta a la verdad. Siempre me ha chocado que Tolkien dedique un capítulo entero a la voz de Saruman. Claro que sí. Porque es la capacidad que ha tenido un tío de pervertir la posibilidad de que la palabra esté abierta. En este capítulo, Saruman engaña a todos menos a Gandalf. Qué momento en el que Gandalf se ríe y rompe el hechizo (suspira)...
–¿Hacen falta más Gandalfs?
–Hacen falta más Gandalfs. Gandalf llega el último a la Tierra Media porque no quería ir. No por miedo a Sauron. Por miedo a sí mismo. Es el «conócete a ti mismo» del oráculo de Delfos, el principio de toda sabiduría. Sólo somos seres humanos.
¿En qué trabaja ahora Eduardo Segura?
Estoy escribiendo un libro sobre qué es la belleza para Tolkien, para la Editorial PPC. Y otro sobre las 7 crónicas de Narnia, de C. S. Lewis. Es curioso, por que a Tolkien nunca le llegaron a gustar las historias que inventaba Lewis, al menos las de Narnia. Además, estoy con una traducción de George MacDonald, autor que influyó mucho en Tolkien.
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