10 respuestas para entender por qué la Inteligencia Artificial cambiará tu vida

El próximo lunes 4 de marzo, el gobierno español presentará, en el Palacio de Congresos de Granada, el Plan Nacional de Inteligencia Artificial (IA). Una hoja de ruta fundamental para superar los retos que están por venir. John McCarthy definió la IA, en 1955, como «la ciencia e ingeniería de hacer máquinas que se comporten de una forma que llamaríamos inteligente si el humano tuviese ese comportamiento». 60 años después, Francisco Herrera, investigador de la UGR, referencia mundial en este sector y uno de los autores del Plan Nacional, responde a 10 preguntas clave para entender la trascendencia del asunto. Porque sí: la IA nos va a cambiar la vida. Nos la está cambiado.

La Inteligencia Artificial nos conducirá hacia una sociedad en la que se irán automatizando aquellas tareas que requieran muy poco tiempo para pensar en cómo hacerlas. Se irán automatizando paulatinamente por algoritmos de IA. Un estudio reciente realizado en la Universidad de Oxford clasificó los empleos más difíciles de sustituir en 3 categorías: empleos que requieren el uso de las manos (dentistas, bomberos...), empleos que requieren creatividad (coreógrafos, directores de arte...) y empleos que requieren percepción social (sacerdotes, enfermeros...).

Cuando se habla de trabajos en riesgo de extinción uno puede pensar en el coche autónomo (sin conductor), y en cómo va a cambiar nuestra movilidad en el futuro, y esto nos llevará a una transformación del empleo en este sector. Se perderán los trabajos muy repetitivos y se mantendrán los que requieren creatividad y se crearán muchas profesiones actualmente no existentes. Esto tendrá una amplia repercusión social.

Una IA aprende a partir de datos y de la propia experiencia, como es el caso de AlphaGO, la IA que creó la empresa Google Deep Mind para jugar al Go y que ganó al campeón del mundo Lee Shedol, realizando jugadas que fueran catalogadas como creativas y lejos de los movimientos de piezas que suelen hacer los jugadores humanos en similares posiciones. La IA puede crear. Ya hay diseño de IAs con experimentos para escribir pequeños artículos sobre noticias locales, hay IAs que imitan un estilo de pintura, hay IAs que crean música, y veremos IAs que escribirán libros. Cada vez habrá más.

No, esta es una profesión donde la IA les ayudará a ser supermédicos, con sistemas inteligentes de ayuda a la toma de decisiones que les aportará información de gran calidad en tiempo real a partir de los datos de los pacientes. A la inteligencia artificial se le da muy bien reunir datos y analizarlos para ofrecer información más completa sobre síntomas, diagnósticos y tratamientos. Pero no puede atender a los pacientes como hacen los humanos. Es esa combinación de capacidades la que puede revolucionar la medicina.

Ya vivimos entre artefactos inteligentes, por ejemplo en el ámbito de la automoción (los coches con sistemas muy básicos de visión y cámaras para ayudar a aparcar;sensórica para avisarnos si nos dormimos, entre otros);en el ámbito médico se utiliza para el análisis de imágenes digitales;y en la agricultura hay sistemas inteligentes para la toma de decisiones en invernaderos (cuando abrir el riego, control inteligente del invernadero...).

Nuestro acceso a los buscadores de internet hace uso continuo de la IA, el reconocimiento de voz de los asistentes virtuales (Alexa de Amazon o Cortana de Microsoft) utilizan IA, las recomendaciones de Amazon son IA... A lo largo de los próximos años esta presencia de artefactos inteligentes será más visible en nuestro día a día. Por ejemplo, en los hogares utilizamos robots de limpieza o de cocina. Dentro de nada, los electrodomésticos nos ayudarán a tomar decisiones.

La IA no puede sustituir a los humanos. Una premisa básica propuesta por los expertos en ética en los campos de la IA y la robótica es que la creación de IAs debería llevarse a cabo siempre con la visión de que están ayudándonos a tener una vida mejor, promoviendo el bienestar de la especie humana. La IA permitirá investigaciones más rápidas sobre enfermedades graves y sus curas, reducir el número de accidentes de tráfico con los coches autónomos, estimulará el crecimiento económico... Yun largo etcétera.

Sí, a medio plazo los coches autónomos no tendrán volante y bastará con darles la dirección a la que queremos ir. Esto, aunque pueda parecer otra cosa, está más cerca de lo que se puede pensar. Lo tenemos a la vuelta de la esquina.

Existen estudios que afirman que el «65% de los alumnos que acceden hoy a la escuela primaria trabajarán en profesiones que aún no existen». Las profesiones se transformarán y seguirá habiendo trabajos que realizarán los humanos. Sí es posible que la paulatina automatización permita reducir la jornada laboral y disfrutar así de los mencionados fines de semana más largos.

En problemas concretos donde se dispone de suficientes datos e información para entrenar a una IA puede ser difícil que un humano venza a una IA. Ya tenemos ejemplos en los deportes que requieren inteligencia, el más paradigmático el ajedrez, ya en el año 1997 una IA (Deepblue) le ganaba al campeón del mundo, Gary Gaspárov. Desde entonces los máquinas son mucho mejores que los hombres. Existen predicciones en diferentes campos, realizadas en un estudio reciente de la Universidad de Oxford, que apuntan a que hay ciertas tareas en las que las IApodría superar a los humanos, tales como: traducir idiomas (2024), escribir ensayos de secundaria (2026), conducir caminos (2027) y escribir bestsellers (2049), entre otras.

Lo sentimental es una área donde las IA están muy lejos de acercarse a los humanos. El neurólogo Antonio Damasio (Premio Príncipe de Asturias en el 2005) publicó recientemente el libro 'El extraño orden de las cosas' que situaba a los sentimientos como un elemento esencial en las personas, los sentimientos y la consciencia nos sitúan muy lejos de la inteligencia artificial. Recuerdo la película 'Her', de Spike Jonze, donde el actor principal se enamoraba de un sistema operativo inteligente que al final acaba abandonándolo, pero no deja ser ciencia-ficción. También el protagonista de la película 'AI' de Spielberg se enamoraba de la madre en la familia que lo acogía. El cine nos transporta a estos escenarios lejos de la realidad actual.

Dos películas que son de las más icónicas del cine de ciencia-ficción. Una narrativa que es atractiva para el espectador pero lejos de una realidad posible. Skynet es una invención del cine y la ciencia-ficción. La tecnología actual no permite diseñar una inteligencia multitarea que piense, que pueda parecerse a un humano. De igual forma estamos lejos de un androide con sentimientos, todos los diseños actuales de IA son monotarea, IAs para realizar una tarea concreta, igual o mejor que los humanos.

Uno de los temores más comunes en torno al desarrollo de la IA es que con el tiempo se pueda crear una superinteligencia artificial que pueda dañar o matar a los humanos, pero esto es consecuencia de las películas de Hollywood sobre IA. También hay científicos que plantean esta distopía como Elon Musk que hablan de los peligros de la IA. Nada mas lejos de la realidad. Pero es cierto que se puede hacer un uso intencionadamente malvado de la IA al igual que se hace con otras tecnologías, como por ejemplo en la creación de noticia falsas o su uso en tecnologías destructivas. La realidad es que estamos ante un futuro con máquinas no pensantes cada vez más capaces que nos ayudarán en muchos campos a mejorar la vida de los humanos. Y por qué no, nos ayudarán a hacer frente a los grandes desafíos mundiales, como los 17 objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas.