Jorge Martínez sueña con abrir la puerta grande de ferias importantes
El novillero hecho en la Escuela Municipal Taurina de Almería dio que hablar en Sevilla y Madrid y el próximo 5 de julio estará en Pamplona donde quiere «que se hable de Jorge Martínez»
Domingo, 26 de junio 2022, 23:33
Jorge Martínez Giménez podría tener dos fechas de nacimiento, una la del 4 de abril de 2000 en Totana, y otra el día que cogió ... los tratos para aprender y matar el gusanillo de ser torero en Almería. Por sus venas han corrido capotes y muletas como un 'veneno' incurable. 'De casta le viene al galgo', siempre se ha dicho. Su padre fue novillero y él en su casa jugaba con capotes y muletas desde muy temprana edad. Ya soñaba y, aunque dicen que los sueños, para verlos cumplidos, no se cuentan, Jorge pregonó aquello de ser torero. Su pasos le han hecho crecer con mucha rapidez. Es un novillero puro, 'moldeado' en la Escuela Municipal Taurina de Almería por Ruiz Manuel, pero diferente, con una personalidad propia que le hace crecer y alcanzar metas y sueños.
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El 2022 está siendo un año importante pues ha ido haciendo tangibles lo que, con los ojos cerrados, soñaba con la almohada. ¿Torear en las ferias de Sevilla o Madrid? ¿Que se hable de él y bien al término de cada tarde? Sueños cumplidos. Un joven novillero con la cabeza bien amueblada, que sabe lo que quiere y que el tiempo le está permitiendo ser lo que pretende. ¿Un gran torero? El tiempo lo dirá, pero los pasos son firmes hacia ese sueño.
Ahora viene Pamplona, el 5 de julio está confirmada, luego Arganda del Rey y fechas por confirmar, pero antes fueron La Maestranza de Sevilla, Las Ventas en Madrid, Istres..., dejando siempre la impronta de un novillero importante cuyos pasos se acercan para ser un torero que dirá mucho.
-¿Quién es Jorge Martínez Giménez?
-Jorge Martínez Giménez es un chaval igual que cualquier otro, que tiene muchas ilusiones, muchos proyectos en la vida y que sueña con algo muy grande como es ser figura del toreo.
-Naces en Totana, pero te haces torero en Almería.
-Yo nací en Totana, pero mi carrera taurina y como torero se hace en Almería. Soy almeriense, soy torero más almeriense que otra cosa. Aquí, en Almería, se ha desarrollado mi carrera y aquí sigo.
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-¿Quién te mete el gusanillo?
-Mi padre. Mi padre quiso ser torero y yo desde muy pequeño lo he vivido en casa muy de cerca. Veía sus capotes, sus muletas en casa todos los días y surgió el día en el que le dije a mis padres que quería intentar ser torero.
-Conociendo cómo es este mundo, ¿no te lo ha quitado de la cabeza nunca?
-No me lo ha quitado de la cabeza, pero tampoco me lo puso fácil. Él sabe de la dureza que tiene este mundo y desde el primer momento me lo dejó claro, que para pasear trastos que me quedase en mi casa, que ni siquiera lo intentase, que si lo hacía que fuese de verdad, con todas las ganas, entregándome desde el primer día y al cien por cien. Como vio que iba en serio, que iba de verdad, siempre he tenido el apoyo tanto de mi padre como de mi madre.
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-Después de 87 festejos entre novilladas y clases prácticas como alumno de la Escuela Taurina, los 37 festejos de 2018 dan la medida necesaria para ver el destino de tu carrera.
-Fue una temporada muy importante que me sirvió mucho para reflexionar porque torear 37 novilladas sin caballos es casi imposible y conseguirlo y ver que iba triunfando, clasificándome..., fue una temporada que me dio mucho ánimo. Ahí dije que lo que tanto tiempo he soñado, una temporada completa con tantos festejos, lo he conseguido sin caballos.
-¿Qué significa Ruiz Manuel para ti?
-Es la persona a la que estoy eternamente agradecido porque lo que sé me lo ha enseñado él. Desde que llegué el primer día a Almería me acogió con los brazos abiertos y hasta hoy sigue esa relación personal y profesional. Es una persona que es fundamental en mi vida y en mi carrera.
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-Debutas en Pegalajar de noche, como si hicieses 'la luna' y aquel día se te abren las puertas de más triunfos.
-Fue llegar a una de tantas metas que tiene uno cuando quiere ser torero. Fue llegar al debut con picadores, algo en lo que sueñas siempre porque es llegar a ese día en el que das un paso más, subes un escalón, llega el novillo picado, otra seriedad, y ese día se cumplieron muchos sueños. Fue un poco refrendar lo que llevaba haciendo tiempo atrás.
-En una profesión tan dura, ir muy lejos en las miras no se estila, pero sí es cierto que en la cabeza, más que metas, tendrás sueños.
-Sí. Es un conjunto de todo. Es cierto que hay que centrarse en el día a día, en ir tarde a tarde, ir cumpliendo objetivos durante ese mismo día e ir avanzando cada día que te venga, cada tarde intentar mejorar la tarde anterior y seguir creciendo como torero. Por supuesto que sueños se tienen muchos, pero siempre con cautela y sabiendo que hay que ir día a día.
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-Estás cumpliéndolos porque cuando empezaste quizá no se te pasaba torear en Sevilla o en Madrid y luego hacer lo que hiciste en ambos sitios.
-Soñar, soñaba de pequeño pisar esas plazas y gracias a dios se han cumplido y quizá con creces. Fueron dos tardes muy importantes para mí como torero y como persona también. Me han servido para madurar.
-Dicen que en las escuelas taurinas se aprende una forma de torear, pero luego está la personalidad y el Jorge Martínez de hoy no es el que empezó en la escuela.
-Por supuesto. Lo que es la esencia de mi toreo sigue siendo la misma, pero mucho más depurada, mucho más perfeccionada. La escuela lo que te enseña es una base, una técnica para tú acoplarla a tu toro, poder enfrentarte a animales con complicaciones y con otro tipo de problemas que esa técnica que te enseñan en la escuela te ayuda, pero, al final, una vez que esa técnica la tienes entendida, acoplarla a tu forma de entender la tauromaquia y ser tú mismo.
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-Si te defines, ¿es la pureza lo que más se acerca a tu forma de torear?
-No me gusta definirme a mi mismo, siempre procuro que sean los demás los que me definan, pero sí quizá sea una de las cosas que más busco en cada entrenamiento, en cada tentadero, cuando salgo a la plaza, que siempre se vea que lo hago con la máxima pureza posible.
-También la tozudez, insistir, porque aquella tanda en Las Ventas con la mano izquierda...
-Fue la situación en la que estaba que sabía que era Madrid, que sabía que era una tarde fundamental para el devenir de la temporada y sabía que había que hacerlo. Hubo una cosa que me dijo Ruiz Manuel, que era que si estaba seguro que me iba a entregar al máximo Madrid iba a responder y hacer el paseíllo tranquilo y lo hice con esa mentalidad. Sabía que me iba a entregar al máximo y para entregarme al máximo era necesaria esa tanda.
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-¿Echas de menos aquella oreja?
-En ese momento de calentón sí que es verdad que me dio mucho coraje que no me concediese la oreja porque la gente la estaba pidiendo y me hubiese hecho mucha ilusión haber dado la vuelta al ruedo con la oreja en la mano. Una vez pasado el tiempo y reflexionándolo fríamente, puede ser una cosa que me haya beneficiado. Ahora falta volver a Madrid y cortar dos y se habrá la puerta grande.
-Ahora lo más importante es Pamplona y algunas cosas que están por confirmarse.
-Pamplona ahora mismo es una fecha clave en la temporada, una fecha en la que conseguir un triunfo importante me puede abrir muchas puertas. Voy a ir a entregarme al máximo y que al final acabe la tarde y se hable de Jorge Martínez.
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-¿Lo que pase te puede hacer pensar en una posible alternativa?
-No se sabe todavía. Estamos ahora mismo en plena temporada, con fechas importantes por delante y cuando tenga que venir que venga. Mi mente está puesta en seguir triunfando en las fechas que tengo por delante, en ganarme contrataciones para lo que queda de temporada y para el año que viene y si tiene que venir esta temporada bienvenida sea o si tiene que ser la que viene también será bienvenida.
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