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«Se están estableciendo medidas para evitar que la fiebre del Nilo sea un problema»

La directora general de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta, considera que el brote que tuvo lugar el año pasado «fue excepcional», pero invita a «estar alerta»

Chema Ruiz España

GRANADA

Domingo, 4 de julio 2021, 12:33

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Los 77 casos de humanos afectados por la fiebre del Nilo en España detectados en 2020, 71 de ellos registrados en un brote en Andalucía, alarmaron a la comunidad sanitaria y medioambiental. «Normalmente, suele haber algún caso en equinos y raramente los hay en personas», argumenta Milagros Fernández de Lezeta, directora general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA). No obstante, «lo del año pasado fue excepcional», sostiene, y, aunque «el riesgo va a estar porque vienen aves de África y habrá mosquitos», en esta ocasión «se están estableciendo medidas para evitarlo».

La denominada fiebre del Nilo es una enfermedad infecciosa que puede afectar tanto a caballos como a seres humanos. Se propaga a través de insectos que ejercen de vectores. En concreto, «la transmite el mosquito común, que es del género Culex, cuya zona de implantación es todo el país», puntualiza Fernández de Lezeta. Un 80% de las personas contagiadas por el virus no manifiesta síntomas, si bien quienes lo hacen suelen padecer fiebre, dolor de cabeza, cansancio, dolor corporal, náuseas, vómitos, erupción cutánea y ganglios inflamatorios. El caso más extremo se da cuando accede al cerebro, pues puede causar meningitis y encefalitis, cuyas consecuencias resultan mortales para alrededor del 10% de los afectados por este cuadro.

Son casos habitualmente aislados, pero que en 2020 crecieron sin que se haya concretado una causa. «Se han barajado muchas hipótesis de por qué ha habido tantos casos. Una de ellas es que, durante el confinamiento, las aves migratorias que se quedaban en los parques naturales se acercaban más a las ciudades para buscar comida porque, como no había actividad humana, se sentían seguras». Los mosquitos picaban a estas aves y, posteriormente, a personas, según esta teoría. Otra, en cambio, apunta a los hábitos de vida cerca de zonas de mucha vegetación motivados por el desconfinamiento, que facilitaban las picaduras.

Medidas de control

«La Junta de Andalucía ha establecido un plan estratégico para el control de enfermedades transmitidas por artrópodos con incidencia en la salud. Un plan estratégico para evitar este tipo de transmisiones por vectores, por mosquitos. Ese hace que se establezca en toda la comunidad un mapeo con las zonas de riesgo sobre el virus del Nilo occidental», relata la directora general de ANECPLA, quien también detalla que en las zonas de bajo riesgo, sin marismas, «no se van a hacer acciones especiales; simplemente se va a monitorizar». A la par, se harán capturas del mosquito Culex para ser analizados. Entonces, si se detecta una infección, «se establecerán medidas». «Hay zonas, sobre todo en las provincias de Cádiz, Huelva y Sevilla, en las que los niveles de riesgo son altos porque hay aves migratorias, marismas y una densidad de población de mosquitos muy importante», advierte.

«Allí -en los territorios en los que el nivel de peligrosidad sea mayor-, se va a exigir a todos los municipios que tengan planes municipales para el control de mosquitos. Entendemos que estas medidas van a disminuir mucho el riesgo de que haya transmisión del virus de la fiebre del Nilo», matiza Milagros Fernández de Lezeta. De hecho, invita a mantener la calma: «Por el momento, no tenemos que estar preocupados. Tenemos que estar alerta y tomar medidas de precaución». Aconseja en este sentido emplear repelentes, evitar los lugares con mucha vegetación o acudir a ellos con ropa larga y colocar telas mosquiteras en las casas de las viviendas. «Yo creo que, con el plan estratégico que se va a adoptar y si nosotros, luego, adoptamos nuestras medidas individuales, el riesgo de transmisión se va a minimizar, por supuesto», insiste.

Otras amenazas

La fiebre del Nilo no es la única amenaza vinculada a la salud medioambiental que inquieta de cara a este verano. «El riesgo de enfermedades en el mundo son las enfermedades zoonóticas, que son las que se transmiten de los animales a las personas. Es el caso de la covid-19, por ejemplo», ejemplifica la directora general de ANECPLA. «Uno de los problemas que hay actualmente también son las enfermedades transmitidas por garrapatas. Por ejemplo, la fiebre de Crimea Congo», apunta. Esta especie ejerce de vector de virus de forma similar a la que emplea el mosquito Culex, al buscar sangre de la que alimentarse. «Al chupar nuestra sangre, como nos introduce la pinza, ahí es donde nos contamina», aclara. En este caso, el peligro está igualmente en las zonas de abundante vegetación.

«El año pasado, en España, las picaduras de garrapata aumentaron un montón», afirma. En este verano, «presumiblemente sí va a haber», aunque el riesgo de que supongan un foco de contagio importante dependerá «de la climatología y de lo que las garrapatas tengan para comer». «Hay ciertas enfermedades que ahora están proliferando a través de garrapatas porque se están alimentando de los ratoncillos del campo y estos tienen otros tipos de virus», ejemplifica.

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