El elefante en la habitación

La agenda del PP ayer en Almería dejaba poco espacio a los políticos populares para tomar una buena bocanada de aire (que seguro, bien necesitaban) entre cita y cita. Sin ahondar demasiado, el día arrancó con dos consejeras haciendo balance de obras y agua –con la correspondiente visita a actuaciones en marcha– y otro par de delegados en un acto solidario junto al presidente de Diputación (y del PP provincial), quien, además, continuó la tarde inaugurando una exposición de Semana Santa antes de partir a Adra para participar en un evento del partido. Un viernes ocupado pero normal, aparentemente. La clave estaba entre bambalinas.

Y es que, mientras cada mochuelo se dirigía al olivo agendado, nadie podía ignorar el elefante de la habitación. Desde bien temprano, en medio del bullicio habitual de la primera hora del día, por el centro de la capital se veía caminar a paso ligero a algunos de los dirigentes populares almerienses con los auriculares claramente puestos en el líder nacional del partido.

Pablo Casado comenzó un nuevo día en pie de guerra ofreciendo, en Cadena COPE, todas las explicaciones posibles (quizás, incluso, demasiadas para lo que acostumbra la 'politicada') sobre las circunstancias del descarnado enfrentamiento con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Lo que pasa en la capital de España se queda en la capital de España, parecían indicar con su aparente normalidad los representantes públicos del PP de Almería. Sin embargo, lo que no decían apuntaba a todo lo contrario.

Según avanzaba el día, mientras las mesas del desayuno y los descansos para fumar se llenaban de conversaciones en torno a la batalla campal y mediática en la que se encuentra inmerso el principal partido de la oposición nacional, los nervios se iban dejando entrever. 'Off the record', sí que se atrevían a manifestar preocupaciones varias sobre cómo puede salpicar lo que ocurra en el centro del país en este rincón al sur de la península.

Pública y oficialmente tienen claro, eso sí, un mantra: lo que diga Juanma Moreno. Él es el líder andaluz y no es este, precisamente, el momento de que el PP-A parezca tener más de una voz. Recordemos que entre las pocas alusiones del presidente de la Junta al ya llamado Caso Ayuso está aquello de que lo importa para él es lo que ocurre de Despeñaperros para abajo.

No fue hasta mediodía cuando Javier Aureliano García, vía Twitter, dejó entrever un posicionamiento claro al respecto. El presidente del PP de Almería está con sus líderes y, en tiempos de discordia, mantienen que solo hay un objetivo: echar al PSOE del Gobierno. «Para desalojar al Sanchismo de la Moncloa es fundamental estar unidos en torno a la única alternativa real, que es @populares (PP) para que @pablocasado_ sea presidente de España. En Andalucía el Cambio funciona con @juanma_moreno y el @ppandaluz. Ese es el camino», tuiteó en su cuenta García minutos antes de las 13 horas de ayer. A buen entendedor, estas palabras resultan suficientes.

Una postura, esta, generalizada entre los representantes políticos del PP almeriense. Al menos, hasta donde se ha podido rascar. La herida todavía se está abriendo y, aunque se vaticina que será profunda, aún hay que esperar a que avance el culebrón Casado-Ayuso para conocer el alcance de los daños. De momento, parece que el eterno fantasma del adelanto electoral en Andalucía se aleja un poco más. Pero de eso tampoco se habla desde el PP, ni directa ni indirectamente.

Antes que el presidente del PP de Almería, a través de la misma red social (convertida hace años en fuente de información y desinformación) mostraron su opinión acerca de la «película de espías» de Madrid –se le escapó a alguien del entorno ayer– varios populares almerienses.

No faltó, por supuesto, uno de los grandes tuiteros del partido y senador del PP por Almería: «Lo del presunto espionaje es un burdo montaje q algunos han fabricado para intentar abrir una guerra con la q debilitar al PP. Son los mismos que desde (hace) algunos años pretenden destruir al partido y la alternativa al Sanchismo. Usaron a Cs, y ahora a Vox. Nada nuevo bajo el sol», escribió el senador Rafael Hernando nada más saltar la primera liebre.

La seguirían otros como Ramón Herrera, diputado andaluz, quien recibió durísimas críticas de otros 'patiovecineros'. «No doy crédito a lo que acaba de hacer Ayuso. Es la mayor deslealtad en la historia de nuestro partido. Reconoce la relación de su hermano con la adjudicataria y realiza unos ataques tan duros contra la dirección de su partido que intenta taparlo. Detonación controlada», posteó el jueves mientras la madrileña hacía su aparición estelar en todas las cadenas.

Ayer denunció la «catarata de insultos» que le habían llovido. Gran parte, de defensores de Ayuso.

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